Escenas del crimen a prueba de coronavirus

La pandemia lo ha cambiado todo, incluidos los protocolos policiales para investigar asesinatos y homicidios. La Comisaría General de Policía Científica ha remitido a sus agentes una instrucción interna en la que les ordena extremar las medidas de seguridad cuando deban acudir a la escena de una muerte violenta a recoger indicios y haya sospechas de que el cadáver puede ser portador del coronavirus. El documento, al que ha tenido acceso EL PAÍS, recomienda reducir e número de policías que participen en el levantamiento del cuerpo en la escena de crimen, además de pedirles que utilicen equipos de protección individual (los conocidos por las siglas EPI) completos que posteriormente debe ser desechados adoptando nuevas medidas de seguridad.

La orden, fechada el pasado 2 de abril, recuerda que la policía solo debe intervenir en el levantamiento de un cadáver “en aquellos hechos violentos o susceptibles de criminalidad con el fin de investigar las causas del deceso o bien en aquellos casos en los que resulte necesario identificar a dicho cadáver”. El escrito recuerda a las unidades policiales especializadas que en ningún caso deben acudir al levantamiento de ciudadanos españoles identificados fallecidos por causas naturales. En el caso de extranjeros, de los que se deba recoger una muestra indubitada de ADN para confirmar su identidad, recomienda que estas se tomen en el depósito de cadáveres donde haya sido trasladado el cuerpo y no en el lugar donde haya perecido.

En el caso de que sí se trate de un crimen o muerte violenta y se sospeche que el cadáver pudiera estar infectado por el coronavirus, la policía ordena a sus agentes adoptar nuevas precauciones para evitar su contagio. Así, pide “minimizar el número de funcionarios [de policía] que han de estar en contacto con el cadáver”. Estos deberán, además, utilizar un equipo de protección compuesto de cinco elementos: un mono desechable con capucha, una mascarilla con nivel de protección alto, gafas, guantes de nitrilo y calzas.

El nuevo protocolo especifica tanto el modo de recoger las muestras como los lugares donde depositar el material que se va a utilizar y los residuos que se generen. Así, recomienda poner una bolsa de plástico en el suelo para dejar sobre ella el material y evitar que se contamine. El objetivo es que en ningún momento “entre en contacto con cualquier superficie”. Además, ordena desinfectar todo el material usado “mediante el empleo de desinfectantes con base alcohólica, lejía o con una solución de hipoclorito sódico”.

Los agentes deberán ser especialmente cuidadosos con las muestras recogidas, incluida la reseña dactilar del cadáver, para evitar su contaminación. Para ello, el protocolo pide a los agentes que las dejen en lugares que no entre en contacto con otros vestigios “durante al menos un día”. Al finalizar el trabajo con el cadáver, los policías deberán introducir los equipos de protección y el material desechable utilizado en una bolsa que, a su vez, debe ser metida en otra y esta, a su vez, en una tercera. Posteriormente serán tratados como residuos biosanitarios y depositados en un contenedor específico. La instrucción concluye recordando a los policías que una vez realizado todo ello, deberán limpiar las manos “con un desinfectante de base alcohólica”.

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