Audacia en botella

Que una denominación de origen se base esencialmente, aunque no exclusivamente, en una variedad blanca que estuvo a punto de desaparecer, ya tiene mérito. Que esta variedad sea la picapoll, uva destinada en Francia, donde se la conoce como folle blanche, a la elaboración de coñac y armañac, es ya el colmo de la audacia vitivinícola. Sin embargo, el prodigio adaptativo de la Vitis vinifera hace que lo que en el país vecino es una variedad mediocre, apta para destilar, en Pla de Bages resulte extraordinariamente atractiva, y sus vinos, de una fascinante personalidad.

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Que una denominación de origen se base esencialmente, aunque no exclusivamente, en una variedad blanca que estuvo a punto de desaparecer, ya tiene mérito. Que esta variedad sea la picapoll, uva destinada en Francia, donde se la conoce como folle blanche, a la elaboración de coñac y armañac, es ya el colmo de la audacia vitivinícola. Sin embargo, el prodigio adaptativo de la Vitis vinifera hace que lo que en el país vecino es una variedad mediocre, apta para destilar, en Pla de Bages resulte extraordinariamente atractiva, y sus vinos, de una fascinante personalidad.

Por eso es de agradecer el trabajo de recuperación de esta variedad autóctona en su hábitat natural, particularmente el llevado a cabo por la bodega Abadal, de la familia Roqueta.

A partir de las 70 hectáreas de cuidado viñedo, situado en un entorno boscoso, sobre tierras franco-arcillosas y calizas, un peculiar y microclima de contrastes térmicos y gran luminosidad, junto a una exquisita elaboración que incluye el oportuno reposo sobre lías durante tres meses, Abadal elabora un excelente blanco de picapoll. Estilizado, muy aromático, ligero en el paladar, con una refrescante acidez que vivifica las frutas cítricas, las notas herbales, incluso el leve perfume floral. La suavidad y el final ligeramente amargo inducen un encanto inmediato y brillante.