_
_
_
_
_

Max Irons: cómo se lleva ser hijo de Jeremy Irons, protagonizar una serie de éxito y odiar verse en pantalla

Antes de continuar con la profesión familiar, Irons trabajó como modelo gracias a Mario Testino. Ahora triunfa en 'Condor' y reconoce que no presta mucha atención a las críticas

Toni García
En la primera temporada de 'Condor', el actor interpretaba al analista de la CIA Joseph Turner.
En la primera temporada de 'Condor', el actor interpretaba al analista de la CIA Joseph Turner.

Max Irons no arrastra el apellido, sino que le saca lustre. Después de salir de Oxford con una marcada obsesión por el teatro y docenas de obras en el zurrón, a Irons le echó el lazo el fotógrafo Mario Testino. Por culpa del italiano, el hijo de Jeremy Irons y Sinead Cusack empezó una breve carrera como modelo para marcas como Burberry y Mango. Pero el gusanillo familiar era demasiado tentador y así empezaron a caer proyectos audiovisuales, a veces en la tele, a veces en la gran pantalla. Papeles pequeños hasta que llegó el Dios de la caja tonta y le puso en bandeja una oportunidad de oro: encabezar el reparto de una de las grandes series que ha dado el último lustro: Cóndor (la segunda temporada está disponible hasta octubre 2020 en Calle 13).

Basada en la icónica Los tres días del cóndor (imprescindible clásico de Robert Redford dirigido por Sidney Pollack), pocos apostaban por ella pero gracias al boca-oreja acabó en lo más alto de las listas de ‘Lo mejor’ en 2018. Ahora se estrena la segunda entrega, con expectativas mucho más altas y el intérprete británico se propone demostrar que la primera temporada no fue una casualidad.

“Es un error hacer algo y a continuación ir a internet a mirar a ver qué piensan, cuando has hecho lo tuyo te mueves y a otra cosa. No creo que haya ninguna otra forma de hacer este trabajo”

“Lo que me gusta de Cóndor tiene que ver con algo muy personal: si firmas un contrato para hacer una serie y la serie habla sobre política, llega un punto en que te preguntas a ti mismo: ‘¿Me gusta el mensaje o no me gusta hacia donde va?, ¿voy a poder respaldar lo que proyecta?. Así que cuando me reuní con los guionistas no tarde mucho en darme cuenta de que no era uno de esos shows americanos de propaganda. Al contrario, era un trabajo muy crítico que se hacía un montón de preguntas sobre qué hacen esta clase de organizaciones de espionaje y qué efecto tienen en la democracia. Personalmente, creo que esas preguntas son las que hacen que la serie destaque por encima de las demás: es de las que dan su auténtico peso específico", explica Irons a Icon desde Londres.

En la primera temporada de la serie, Irons (Londres, 1985) interpretaba al analista de la CIA Joseph Turner. Turner da por error con una información altamente comprometida y todos sus compañeros son aniquilados en las instalaciones donde trabaja. Él escapa casi por casualidad y a partir de ahí empieza una caza al hombre con mil ramificaciones distintas. “Una de las cosas que más me gustan de Cóndor es que en una época en que todo va extremadamente rápido, aquí los personajes se explican, hay una intención honesta y tridimensional de darles voz. Creo que eso es algo absolutamente inusual”, cuenta.

Max Irons con su pareja Sophie Pera durante una fiesta celebrada en Londres en 2017, dos años antes de casarse.
Max Irons con su pareja Sophie Pera durante una fiesta celebrada en Londres en 2017, dos años antes de casarse.Foto: Getty

Lo más curioso del caso, más allá de esa visión poco romántica del espionaje (no hay puentes bajo los que se intercambian maletines, no hay mujeres ligeras de ropa atravesando el encuadre y el malo no es tan discreto en sus métodos de eliminación), es la habilidad de la serie para ser relevante en tiempos en los que todo parece durar cinco minutos: “No es algo forzado. No hemos querido ser un reflejo de la realidad. Las cosas se mueven tan rápido que los guionistas decidieron que era una decisión sabia no tratar de actuar como un espejo. Precisamente por ese motivo la serie es extremadamente relevante, porque es atemporal”.

Max Irons tiene un problema que el mismo reconoce ("odio verme en la gran pantalla, o en la pequeña. Odio verme"), así que cuando le preguntamos si está satisfecho con su trabajo, duda unos segundos. “Bueno, cuando he ido a poner voz en off he podido ver alguna cosa y estoy muy contento. Hay algo que aprendí cuando empecé en esta profesión: no tienes control sobre el resultado final. Haces tu parte lo mejor que puedes y luego queda en manos de otras personas. No vas a montarlo tú, no vas a ponerle música. Eso sí, es muy bonito ver que sale exactamente como querías. Es una sensación maravillosa”.

Irons se casó en 2019 con su novia de siempre, Sophie Peda, la editora de moda de la revista Tatler y a pesar de disfrutar del campo y de su moto como si le fueran la vida en ello, no quiere poner el asunto en primer plano: “Ya sé que es casi un tópico, tíos hablando de sus motos y demás. Digamos solo que es algo que disfruto mucho (risas)”.

Pero más allá de motocicletas, modeleo y platós, el británico reconoce que llegó a la actuación casi por casualidad, que ese no era su plan primigenio: “Siempre había querido enseñar, ser profesor, pero empecé a hacer obras de teatro y todo cambió. ¿Qué me dijeron mis padres? Pues fueron muy cautos, porque sabían que ellos habían sido muy afortunados, pero que las cosas no son siempre así”, confiesa.

Tráiler de 'Condor'.

Ahora, ya asentado, con una serie que funciona y la autoconfianza en niveles óptimos, Irons reconoce que lo de la tele le pega bastante. “Es mucho más sencillo si tienes a un reparto cojonudo a tu alrededor, porque trabajas a un ritmo infernal y todo cuenta. Pero lo mejor es que la tele es un mercado libre, puedes hacer lo que te de la gana. Supongo que desde que se hicieron cosas como Los Soprano o Dos metros bajo tierra, todo el mundo empezó a plantearse que aquello era el sitio al que había que ir. Así que he tenido mucha suerte con Cóndor”.

Para acabar, y antes de atender a los medios que le esperan en una de esas jornadas de promoción frenética, deja un consejo para navegantes y actores de nuevo cuño. Algo rápido y conciso: “Es un error hacer algo y a continuación ir a internet a mirar a ver qué piensan, cuando has hecho lo tuyo te mueves y a otra cosa. No creo que haya ninguna otra forma de hacer este trabajo”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_