_
_
_
_
_
carta blanca
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A Conchita Débora

Para ser un buen maestro te tiene que apasionar lo que vas a enseñar, y a ti se te iluminaba la mirada cuando nos hablabas de Cervantes o Lorca

Mi querida profesora: Verás, si te escribo desde esta página es porque si estoy “aquí”, en parte, es gracias a ti.

No, nunca fui tu mejor alumna, seguro que recuerdas a muchas otras más aplicadas que yo, pero puede que vieras algo especial en mí y ese “algo” te llevara a guiarme por los entresijos de la Literatura hasta convertirla en mi asignatura favorita.

No es que me pusieras “buenas notas”, la verdad es que nunca me diste un sobresaliente, pero sí lograste que me esforzara en la lectura de los libros que nos mandabas leer para luego resumirlos en “comentarios de texto”. No sé si los bachilleres de hoy continúan haciendo comentarios de texto, pero para mí fue una fuente de aprendizaje desbrozar la esencia de obras como El Lazarillo de TormesDon QuijoteFuenteovejunaLa vida es sueñoNieblaCampos de CastillaLa Regenta

Todavía recuerdo cómo torciste el gesto cuando un lunes por la mañana te entregue el comentario sobre las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique. Andaría por los 13 o 14 años y no debí de poner demasiado entusiasmo en aquel trabajo porque no solo me lo hiciste repetir, sino que, previamente, pusiste todo el empeño en descubrirme la profundidad trágica de esos versos.

Sabes, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que para ser un buen maestro te tiene que apasionar lo que vas a enseñar, y a ti se te iluminaba la mirada cuando, subida en el estrado de espaldas a la pizarra, nos hablabas de Cervantes, Lope, Calderón, Valle-Inclán, Lorca o Unamuno con un entusiasmo tal que parecía que fueran tus mejores amigos.

Pero a pesar de lo mucho que me gustaba tu asignatura, no había pensado en dedicarme a nada que tuviera que ver con las “letras”. En el último año de bachillerato recuerdo que me preguntaste qué pensaba hacer cuando dejara el colegio, y muy seria te dije que me gustaría hacer del ballet mi profesión, pero que en casa no me lo iban a permitir, así que lo mismo optaba por estudiar Química o Física. Aún recuerdo tus carcajadas y lo que me dijiste: “¡Pero cómo vas a estudiar Química o Física si has hecho el bachillerato de Letras precisamente porque estas asignaturas te costaba aprobarlas!… A ti lo que se te da bien es escribir”.

Me quedé atónita, era la primera vez que me decías que se me daba bien escribir, y mira por dónde te hice caso y aquí estoy escribiéndote desde está página a la que me han invitado porque me dedico al oficio de contar historias. Te confesaré un secreto: cada vez que publico un libro me pregunto si lo leerás y, sobre todo, qué nota me pondrás… Te aseguro que, viniendo de ti, me conformo con un aprobado. ¡Ojalá!

Julia Navarro es autora de Tú no matarás (Plaza Janés).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_