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Cuando nacer prematuro ya no supone la muerte

El autor cuenta cómo se pasa de una derrota asegurada a la esperanza en una región de Etiopía gracias a la implementación de un programa piloto de salud neonatal

Amina sonríe con su bebe prematuro en brazos.
Amina sonríe con su bebe prematuro en brazos.I. A

Amina está embarazada de nuevo, pero todavía no sabe lo que es cuidar a un bebé. Hace apenas dos años, acudió a este mismo centro de salud y dio a luz a un hijo que nació con un llanto vigoroso, pero su diminuto cuerpo de apenas un kilogramo de peso ponía de manifiesto un parto prematuro, y la condena del bebé que acabó muriendo, en casa, a los pocos días.

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La matrona que atendió el alumbramiento, al recibir entre sus manos el pequeño cuerpo, a pesar de latir y llorar con fuerza, se lo entregó a la madre con un mensaje: debía regresar a casa y esperar que la muerte llamara a la puerta. En efecto, no tardó en llegar en forma de sepsis.

Ahora vuelve a acudir a la sala de partos. Con dos miedos. A perder la vida como le sucedió a su madre en su propio alumbramiento. Y a que a su bebé le pasara lo mismo que al primero. De nuevo, Amina no ha completado las semanas de gestación. Pero ahora algo ha cambiado.

Mulu, la matrona atiende el parto con serenidad, hasta que el niño asoma la cabeza. El cordón umbilical le estangula. Este episodio, hace apenas dos años, hubiese provocado la muerte por asfixia del bebé nada más nacer. Ahora, no será así. Con agilidad, destreza y profesionalidad, Mulu realiza una maniobra para liberar la vuelta de cordón. Pero el bebé sigue sin respirar. Sin demorarse ni un segundo, toma la bolsa con mascarilla y le insufla aire en sus pequeños pulmones y el milagro se empieza a gestar. Un llanto vigoroso inunda la habitación.

Llora, late, vive

Se repite la imagen de la matrona entregando a la madre el prematuro recién nacido. Esta vez, la matrona le dice que puede sobrevivir. Necesita ser trasladado a la nueva unidad de cuidados intensivos neonatal del Hospital Rural de Gambo. La joven matrona toma el teléfono y contacta con la maternidad del hospital de Gambo disponible 24 horas, activa la ambulancia y lo deriva junto a la madre siguiendo el método canguro para evitar la hipotermia, una de las complicaciones.

A la llegada al hospital de Gambo se las recibe e ingresan en la unidad neonatal de cuidados intensivos, la única en la zona rural en la que nos encontramos. Hemos conseguido inaugurar y poner en marcha este servicio que dispone de cuatro incubadoras, camas para método piel con piel, máquinas de fototerapia, oxigenoterapia y CPAP —un método para aliviar las vías respiratorias—.

Se repite la imagen de la matrona entregando a la madre el prematuro recién nacido. Esta vez, la matrona le dice que puede sobrevivir

Pero el éxito de estos casos no es más que la punta del iceberg, lo importante ha sido el programa de salud materno-neonatal extendido como una red por los centros de salud y dispensarios rurales.

La base es el seguimiento del embarazo en las zonas rurales por las matronas de los centros de salud. La capacitación para realizar los partos no complicados, detectar a tiempo las complicaciones y derivarlas al hospital de referencia, en este caso el de Gambo, para que puedan ingresar, realzar un parto instrumentado o una cesárea si fuese necesario.

El curso de formación en reanimación neonatal forma parte del programa en colaboración con el Ministerio de Sanidad de Etiopía. Según la encuesta de demografía y supervivencia de 2016, hay 37 muertes neonatales por cada 1000 nacimientos vivos y en zonas rurales aumentada hasta las 180 cada 1000. En estos territorios, los partos tienen lugares en centros sin agua corriente y con parteras tradicionales. Desde el año 2000, Etiopía está realizando un gran esfuerzo para disminuir la mortalidad maternal e infantil en menores de cinco años. El gran objetivo es mejorar los datos de la mortalidad neonatal que prácticamente no ha mejorado.

Iñaki Alegría es pediatra, coordina programa de salud materno-infantil en el Hospital de Gambo, Oromía, Etiopía.

La sección En Primera Línea es un espacio en Planeta Futuro en el que miembros de ONG o instituciones que trabajan en terreno narran sus experiencias personales y profesionales con relación al impacto de su actividad. Siempre están escritos en primera persona y la responsabilidad del contenido es de los autores.

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