Libia, retrato humano de un gran rompecabezas
Pasto de guerra, punto de encuentro de migrantes, campo de recreo de traficantes.... La violencia ha convertido a las fronteras libias en las más mortíferas. El premiado fotógrafo Ricardo García Vilanova retrata sus luces y sombras en un audiovisual que comenta, foto a foto, para EL PAÍS
Diez años de trabajo desde Níger hasta Bangladés, atravesando las fronteras de una docena de países africanos, asiáticos y de Oriente Medio. Diez años de vaivenes para regresar siempre a un lugar: Libia, territorio peligroso y punto de mira de Ricardo García Vilanova, (Barcelona, 1972), fotógrafo con más de 20 años de experiencia y reconocido con numerosos premios internacionales; el último, uno de los prestigiosos Word Press Photo. Pasto de la guerra civil desde 2011, punto de encuentro de migrantes de cien latitudes, campo de recreo de los mayores traficantes de trata y torturadores, Libia también es un país cuya población resiste e intenta —e incluso, consigue— vivir en paz y con normalidad, alejada del estigma monstruoso que ha ganado por su convulso pasado y su incierto futuro.
Este país, o más bien quienes viven y sufren en él, son la razón de ser de The Libyan Crossroad, un proyecto audiovisual con textos del periodista Javier Martín que documenta qué ocurre con los inmigrantes que atraviesan sus fronteras y que se estrena este 6 de marzo. Como previa, EL PAÍS publica en exclusiva una serie de imágenes comentadas por su autor, García Vilanova.
The Libyan Crossroad está estructurado en tres partes que visibilizan las vulneraciones de derechos humanos que sufren miles de personas: el primero describe los rescates de los migrantes por mar y tierra (fotografías 1 a 7). El segundo, la guerra y el contexto que explica que Libia se haya convertido en la puerta de entrada a Europa (fotografías 8 a 10). El tercero está basado en un informe de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) sobre las principales regiones de las que proceden los migrantes (fotografías 11 a 13). Este último apartado intenta explicar las causas que se producen en los países de origen y que empujan a marcharse a su población.
Este documental habla de torturas, de violencia, de centros de detención, de mafiosos… Pero sus autores intentan no definir Libia en términos absolutos. “Una de las ideas principales también es romper una lanza en favor de Libia, porque en Europa la hemos demonizado”, explica García Vilanova. “Las historias que explican los inmigrantes sobre torturas y trata de seres humanos son ciertas, pero también es cierto que eso afecta a una parte de las personas. No estoy diciendo que no exista la otra parte, pero sí que existen dos Libias”.
Este proyecto ha sido realizado en colaboración con Novact, en el marco de la beca DevReporter, y con la financiación de Lafede.cat y la Unión Europea. Como complemento al documental, también se publicará en abril un libro homónimo con la editorial Blume de Martín y García Vilanova.
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