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Los niños con alergia a un fruto seco pueden comer otros de forma segura, según un estudio

Este hallazgo del Hospital de la Fe (Valencia) reduce considerablemente las restricciones alimentarias que padecen estos menores y sus familias

La alergia a la nuez es la más común entre los niños españoles.
La alergia a la nuez es la más común entre los niños españoles. Getty
Carolina García

A los niños con alergia a los frutos secos su médico les suele recomendar que no coman ninguno. Cero frutos secos para ellos, ya tengan alergia solo a la nuez, o al cacahuete o a la almendra, entre muchas otras posibilidades. Pero parece que no tiene por qué ser así. Un último estudio, denominado Pronuts y publicado en el Allergy and Clinical Immunology, demuestra que menores con alergia a un fruto seco o varios pueden comer de manera segura, de promedio, otros nueve frutos secos, cacahuete o sésamo, de los 11 probados. En la investigación cooperan el servicio de Neumología Pediátrica del Hospital La Fe de Valencia, la Fundación NHS de Guy's and St Thomas Hospital de Londres, y el Hospital Universitario de Ginebra. Las alergias al cacahuete, frutos secos y sésamo afectan al 1,4% de menores en todo el mundo y su frecuencia va en aumento, según sus últimos datos.

La investigación se inició en 2012 con una muestra de 159 menores entre cero y 16 años, con alergia confirmada al menos a uno de los siguientes frutos secos: almendra, anacardo, avellana, cacahuete, coquito de Brasil, nuez, nuez de Macadamia, nuez pecana, piñón, pistacho y sésamo.

Se investigó si un niño alérgico a un fruto seco podría comer otros. Para ello, se realizaron pruebas de provocación oral, que consisten en darle a comer esos alimentos uno por uno, bajo supervisión médica, en función de pruebas en la piel y análisis de sangre. Todo se hizo en el ámbito hospitalario y luego se pidió a los padres que introdujeran regularmente en la dieta de sus hijos los frutos secos que toleraban en la consulta.

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“Hasta ahora, cuando un niño era alérgico a un fruto seco se recomendaba con frecuencia que se eliminaran todas sus variedades, así como los cacahuetes y las semillas de sésamo de su dieta. Estas restricciones reducen la calidad de vida de estos menores y de sus familias, ya que implican tener que excluir muchos alimentos de la dieta y controlar de cerca la composición de las comidas que se comen fuera del hogar", explica por teléfono Antonio Nieto, responsable de la Unidad de Neumoalergia Infantil de La Fe y director de este estudio.

Para el doctor, “tratar las alergias de forma individualizada es lo idóneo”. Un simple análisis de sangre nos puede decir a qué frutos secos es alérgico nuestro hijo y si existe alguna predisposición a padecer alguna alergia que sea cruzada. “Esto significa que si un pequeño es alérgico a la nuez, la más común en España, puede que también lo sea a la nuez pecana, aunque no la haya probado en su vida”. Otras alergias cruzadas, según mantiene el experto, que se pueden dar, pueden ser entre el anacardo y el pistacho o los niños que tienen alergia a la nuez también lo pueden ser a la almendra y la avellana, por ejemplo.

El estudio valoró la prevalencia de los frutos secos en el norte, centro y sur de Europa. “En Reino Unido la alergia más común es al cacahuete; en Ginebra, al anacardo, y aquí a la nuez”, reitera Nieto. Según mantiene el experto, esto se debe principalmente a la alimentación en cada país.

En cuanto a los frutos secos también existe cierta confusión con la nomenclatura de los mismos, “por ejemplo, el cacahuete tiene más en común con las legumbres, como lentejas o garbanzos, o la semilla de girasol, que son eso, semillas”. También el etiquetado puede perjudicar mucho a las familias, al no ser específicos, “en España es muy común encontrar etiquetados que indican que cierto alimento puede contener trazas de frutos de cáscara o secos. Son etiquetas muy poco precisas. Sería más cómodo que fueran más claras y específicas". Según explica el experto, muchas empresas en España prefieren poner esta descripción para curarse en salud.

Otro tema que se puede estudiar acerca de este tipo de alergia alimentaria es poner el foco en las proteínas de cada uno de ellos, de forma que se averigüe la gravedad y prevalencia que va a tener en la vida del menor. Cada una de estas proteínas tiene una potencialidad alergénica, pudiendo ser más o menos severa. “Por ejemplo, en la del cacahuete, no es lo mismo que la proteína que prevalezca sea la Ara H2 que es potencialmente más alergénica y persistente que otra como la Ara H9 –en este fruto seco existen una decena de proteínas distintas– . Esta última, por lo tanto, tendría mejor pronóstico”.

Así, Nieto ha concluido que con este estudio se muestra que, con un programa de introducción cuidadoso y bajo supervisión médica, es posible descubrir con precisión a qué tipo de fruto seco, cacahuete o sésamo tienen alergia esos menores. "Esto les permite no tener que evitarlos todos y reducir considerablemente las restricciones alimentarias".

Y enfatiza que durante esta investigación, las pruebas y la provocación con los alimentos se llevaron a cabo bajo estrecha supervisión médica: “De hecho, pueden causar reacciones alérgicas graves. Los padres de menores alérgicos no deben en ningún caso intentar reproducir este programa sin esta supervisión”.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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