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Polémica en Colombia porque su ministra de Ciencia promueve un tratamiento pseudocientífico

Mabel Torres es cuestionada por haber impulsado una bebida contra el cáncer sin pruebas ni evidencia

Santiago Torrado
Iván Duque junto a Mabel Torres, ministra de Ciencia de Colombia.
Iván Duque junto a Mabel Torres, ministra de Ciencia de Colombia.Presidencia de Colombia

El nombramiento de Mabel Torres, una reconocida bióloga del selvático departamento del Chocó, como la primera ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, amenaza con convertirse en un foco de tensión para el Gobierno de Iván Duque. El anuncio del encargo a una mujer afrodescendiente hecha a pulso, proveniente de una de las regiones más pobres y apartadas del país, fue bien recibido a finales del año pasado. Pero en la última semana ha desatado la disconformidad de parte de la comunidad científica, después de que han emergido detalles sobre cómo creó y promovió un bebedizo contra el cáncer sin pruebas ni controles suficientes.

Torres (Bahía Solano, 1972) ha dedicado la mayor parte de su vida a la academia –era docente de la Universidad Tecnológica de Chocó– y viene de ser una de las 49 integrantes de la Comisión de Sabios a la que el Ejecutivo le encomendó una visión sobre el futuro del país en los campos que abarca el nuevo ministerio. También fundó la empresa de productos cosméticos y terapéuticos Selvacéutica, que de acuerdo con la hoja de vida que divulgó Presidencia reconcilia ciencia, saberes ancestrales y economía. Su currículo incluye una maestría en Microbiología de la Universidad del Valle y un doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Guadalajara, en México. Una de sus principales tareas es lograr que el presupuesto para ciencia e innovación aumente del 0,2% al 1,5% del Producto Interno Bruto para cuando Duque entregue el poder, en el año 2022.

“Mabel Torres representa el talento dedicado a la ciencia, y el talante, la berraquera y el ejemplo de la mujer chocoana para todo el país”, la presentó el mandatario hace una semana, cuando se juramentó en su natal Chocó. “Una de mis misiones es lograr incorporar nuestros saberes ancestrales en el futuro del país”, declaró por su parte la flamante ministra. Su gestión arrancaba con grandes expectativas, pero pronto aparecieron oscuros nubarrones.

En esos mismos días, el periódico El Espectador publicó un reportaje en el que explora la dudosa promesa de la ministra contra el cáncer. La publicación se remite a un informe del programa Los Informantes, de agosto de 2019, que perfilaba a Torres y detallaba su trabajo con un hongo llamado ganoderma. Ante las cámaras, ella cuenta que elaboró una “bebida líquida funcional con ganoderma y otros extractos de frutas del Pacífico. Esta bebida la tomaron algunos pacientes y tuvimos casos positivos de resolución en cáncer de cérvix, seno y cerebro, especialmente”.

Para los investigadores, desarrollar medicamentos a partir de plantas medicinales es un largo camino que puede tomar entre 10 y 20 años. Torres se saltó los pasos. “Su trabajo con este hongo demuestra que llegó a una etapa valiosa, pero muy básica, de conocimiento: se trata de estudios taxonómicos, es decir, clasificación botánica”, afirma el extenso reportaje firmado por Pablo Correa. “Sobre la relación entre ganoderma y algún tipo de cáncer, la ministra no ha publicado nada”, continúa. “Si Mabel Torres no tiene una línea de investigación sobre el potencial terapéutico del ganoderma para el cáncer, ¿por qué fabricó una bebida y comenzó a tratar pacientes? ¿Por qué se saltó todos los difíciles estudios químicos para detectar una posible molécula con actividad terapéutica en este hongo, los estudios in vitro con células para demostrar su actividad biológica, los estudios con animales y, finalmente, las largas etapas de experimentación con humanos?”

La Liga Colombiana Contra el Cáncer ha dicho que la desinformación o la información "no avalada científicamente hace mucho daño, especialmente cuando se trata de una enfermedad tan compleja como el cáncer que afecta a más de 10.000 colombianos cada año y que con frecuencia son asaltados en su buena fe por mercaderes de la esperanza”

Entrevistada sobre esos reparos, Torres justificó sus acciones como un acto de “rebeldía” desde las emociones en una época en que estaba “distanciada y divorciada del sistema”. “Puede ser que el conocimiento ancestral sea empírico y no tiene un método científico, pero sí tiene una metodología (…) Por qué esperar 10 años si están hechos todos los estudios de toxicidad y podemos salvar a alguien con una bebida que tú puedes hacer sin ningún riesgo para la salud”, sostuvo. “Fue muy complicado y, lo confieso, dar ese salto desde una formación muy científica para hacer esto que no está dentro de los cánones”.

En una de las primeras reacciones, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina lamentó el lunes que “el derrotero de cómo hacer ciencia en nuestro país haya quedado en manos de la pseudociencia”. El Gobierno decidió cerrar filas en torno a la ministra. El jueves, la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez convocó a los miembros de la Misión de Sabios. En esa reunión, Torres argumentó que la publicación la había sacado de contexto. Ha trascendido que algunos de los asistentes ventilaron sus preocupaciones, ajenas a los asuntos de raza o género en los que algunos han querido enmarcar el debate. Ramírez ratificó su respaldo y, según la Vicepresidencia, no piensa hacer pronunciamientos sobre el tema por el momento.

Los reparos, sin embargo, no cesan. El mismo jueves dos asociaciones científicas cuestionaron el trabajo de la ministra. La Liga Colombiana Contra el Cáncer, que decidió sumarse a “las voces de inconformidad y perplejidad”, expresó que “la desinformación o la información no avalada científicamente hace mucho daño, especialmente cuando se trata de una enfermedad tan compleja como el cáncer que afecta a más de 10.000 colombianos cada año y que con frecuencia son asaltados en su buena fe por mercaderes de la esperanza”. En otro comunicado, la Asociación Colombiana de Ginecólogos Oncólogos señaló que “recomendar terapias oncológicas sin evidencia científica que la soporte; referir el uso anecdótico de una sustancia no aprobada en Colombia para tal fin, negando la validez del método científico y justificar lo anterior aduciendo que no pueden esperarse diez años para cumplir las exigencias que un experimento o estudio requieren, envía un mensaje equívoco de quien está llamada a liderar la investigación en nuestro país”.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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