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Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Almudena Ariza, de reportera de calle a directora

Periodista polivalente, se pone al frente de los siempre peliagudos informativos de TVE

Rosario G. Gómez
Almudena Ariza.
Almudena Ariza. Luis Grañena

Dirigir los informativos de una televisión pública es lo más parecido a un potro de tortura. Pocos cargos están sometidos a tantas presiones desde el poder político y son vigilados con tanto ahínco desde la oposición. El mérito está en eludirlas. Defender la independencia profesional y el criterio periodístico es lo que se espera de un medio público.Eso es lo que ha intentado hacer durante 15 meses la periodista Begoña Alegría, que ahora cede el testigo a Almudena Ariza como responsable de los informativos de TVE.

Ariza aterriza de nuevo en Torrespaña tras una década alejada de la sede central de la gran factoría de noticias. En estos años ha ido encadenando corresponsalías en el extranjero: primero en Pekín, más tarde en Nueva York y recientemente en París. Pero la lejanía física no le ha impedido involucrarse a fondo en la defensa de un modelo de televisión en el que prime la credibilidad, el pluralismo y la independencia. Desde Nueva York apoyó los viernes negros y se comprometió con el movimiento Mujeresrtve, una decidida apuesta por construir una radio y una televisión estatal con perspectiva de género y de calidad.

Defensora de la verdadera meritocracia, Ariza ha sostenido que TVE es una empresa llena de talento pero mal gestionada, donde la valía profesional ha sido arrinconada a mayor gloria de gente gris, gregaria y mediocre. Este modus operandi dio un vuelco con el equipo liderado por Alegría, que desde el primer día optó por situar en los puestos más relevantes a trabajadores de la casa con amplio bagaje profesional. “En los últimos 15 meses se ha producido un cambio brutal: se ha sustituido la maquinaria de manipulación y de información sesgada” y “se ha recuperado el pluralismo”, sostienen periodistas de TVE, que confían plenamente en que Ariza mantendrá el ritmo marcado por su antecesora. “No es una persona domesticada”, dicen sus compañeros de Torrespaña.

Nacida en Madrid en 1963, Ariza comenzó su andadura profesional en Radio Algeciras. Tenía 17 años pero se añadió uno para poder trabajar. En realidad, lo suyo era la música. Antes de verse atrapada por el periodismo estudió guitarra flamenca y clásica en el conservatorio. Ya en Madrid, aterrizó en Los 40 Principales y más tarde en los informativos de la cadena SER, donde compartió tareas con el actual secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. El salto a la televisión lo dio de la mano de Jesús Hermida. “Hice una prueba en TVE para un informativo de autor”, contaba este verano en La Ventana. Hermida, el examinador, le pidió que se sentara en una silla y le contara una historia. Y a Hermida le gustó. Vio “algo” en ella y en 1990 comenzaron a presentar Diario noche al alimón y sin telepromter de por medio. Al principio, confesaba la periodista, le temblaban las piernas. Hasta que se sintió cómoda tuvo que transcurrir mucho tiempo.

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Empezó en Radio Algeciras con 17 años; se añadió uno para poder trabajar. Hermida vio “algo” en ella

Y así ha ido cumpliendo años en TVE. Durante cinco lustros ha hecho de todo: reportera, editora y presentadora del telediario, conductora de Informe semanal, enviada especial y corresponsal internacional. Ariza se ha sentido siempre más reportera que editora. No es una profesional acostumbrada a los despachos. Lo suyo es seguir la noticia en la calle, como está haciendo estos días para contar las masivas manifestaciones de los franceses contra la reforma de las pensiones planeada por el presidente Emmanuel Macron. Y como hizo antes en otras coberturas de acontecimientos de gran impacto como los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, la guerra de Irak y Afganistán o el tsunami del sureste asiático. “Es una periodista de acción y muy comprometida”, asegura una colega de TVE. Que advierte: “Sobre ella van a caer todos los males”.

Ahora, esta periodista polivalente, corredora de maratones y aficionada al baile, regresa a Torrespaña en un momento en el que la televisión está inmersa en un nebuloso proceso de transformación. Los contenidos ya no se consumen solo en la pantalla tradicional. Las televisiones distribuyen vídeos, piezas de audio y textos en sus páginas web. La transformación digital está cambiando la forma de trabajar, de empaquetar los contenidos y de digerirlos. Ese es el gran desafío tecnológico, un territorio en que Ariza ha explorado durante su etapa en Nueva York con trabajos innovadores como el podcast interactivo Soñadores, que narra las historias de cinco españoles, con sus ilusiones y empeños, asentados en la Gran Manzana.

Además de avanzar en el uso de las nuevas herramientas narrativas, los informativos de TVE tienen ante sí el reto de ganar peso en la emisión tradicional. Han perdido la hegemonía de otros tiempos y actualmente están por detrás de los noticieros de Telecinco y Antena 3, que se han hecho fuertes en uno de los territorios más encarnizados de televisión. Una vez desgubernamentalizado, el siguiente paso es que los espectadores se reenganchen al Telediario.

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