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Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, el secreto de escribir a cuatro manos

Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, a las puertas de la librería Rafael Alberti, en Madrid, donde han presentado algunos de sus libros.
Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, a las puertas de la librería Rafael Alberti, en Madrid, donde han presentado algunos de sus libros.Montse Velando
Helena Poncini

ESCRIBIR UNA novela a cuatro manos requiere dosis de diálogo, respeto y método a partes iguales. Si además los escritores comparten techo, conviene doblar las cantidades. Así lo acreditan Lorenzo Silva (Madrid, 1966) y Noemí Trujillo (Barcelona, 1976), dos autores curtidos en desarrollar historias de manera conjunta y convivir al mismo tiempo. La última de sus criaturas literarias, titulada Si esto es una mujer, es la cuarta novela que firman ambos, aunque en el género policiaco Silva juega con ventaja. “Él es muy hiperrealista en las investigaciones y sabía que debía respetar su estilo. Eran las reglas del juego y no me las podía saltar”, confiesa ella. Previo acuerdo de los puntos fundamentales, trabajaron durante todo un año juntos, pero no revueltos. Trujillo escribió los primeros 12 capítulos y Silva los 12 siguientes, aunque con algunas diferencias. “Él es muy flexible, escribe en trenes, aviones…yo no. Me gusta hacerlo en la mesa de mi despacho, necesito silencio. Por lo que más discutimos es porque él es muy ruidoso”.

Hay en la inspectora Manuela Mauri más de Trujillo que de Silva. Al contrario que otros personajes creados por el escritor en solitario como Bevilacqua y Chamorro, la protagonista posee una vida sentimental exitosa a sus cuarenta y tantos. “El novio bueno ha sido cosa de ella”, apunta el autor entre risas, mientras señala a Trujillo, su pareja desde hace 11 años. “Un día Lorenzo me dijo que Manuela era un poco desordenada y que eso era mío”, confiesa la autora catalana. “Dije caótica”, replica él, que se define a sí mismo como un “contador de historias”. “Hay algo que nos diferencia mucho. Ella es poeta y yo no. Soy más calculador, más racional”, defiende. “Mi punto débil es la estructura”, admite la escritora. Para ella, trabajar junto a Silva se asemeja a pasar un examen con el “profesor más exigente de la carrera”.

Hace 18 años que se conocieron en la librería Laie de Barcelona, pero es en Madrid ­—donde residen— y en sus alrededores donde han ambientado su última obra. Un escenario que Trujillo aún siente como ajeno, pese a que haya lugares que ya forman parte de su apego sentimental por la ciudad. Como la librería Rafael Alberti, en el barrio de Argüelles, comercio de cabecera de los escritores y ahora también de su nuevo personaje. “Trabaja como inspectora de policía, pero también es licenciada en Derecho y estudió historia. Necesita algo más que la mesa de novedades”. Hasta en eso se parecen. Últimamente, en la mesita de noche de ambos, según confiesan, abundan los clásicos grecolatinos. 

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Sobre la firma

Helena Poncini
Es redactora en Gastronomía. Antes pasó por Gente y Estilo y por El País Semanal. Trabajó como redactora y fotógrafa para varios diarios españoles y portugueses en Lisboa, entre ellos 'El Periódico de Catalunya', 'Correio de Manha' y 'Jornal i'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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