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Lo que esconden los álbumes ilustrados infantiles

Consejos a los padres para sacarlos el máximo partido y convertir ese momento de lectura compartida en un instante mágico

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“Creo que estamos, sin duda, en la edad de oro de los álbumes ilustrados. Me atrevería a decir que se han puesto “de moda”, así que eso provoca que cada vez haya más gente orientándose hacia esta forma de literatura (…), buscando la manera de contar una historia o de transmitir un concepto con el simple proceso de dibujar una página”, afirmaba el escritor e ilustrador Oliver Jeffers en una entrevista concedida a El País hace unos meses.

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Fernando Diego García, director de la editorial Libros del Zorro Rojo y presidente de la Asociación Álbum, reconoce que, dentro de la caída de cuota de mercado experimentada por todos los géneros y subgéneros literarios, la experimentada por el libro dirigido al mercado infantil y juvenil (en la que se incluiría el álbum ilustrado) ha sido porcentualmente menor, lo que ha provocado que muchas editoriales no enfocadas en principio al público infantil se hayan lanzado a la publicación de álbumes ilustrados. Sin embargo, matiza que la cantidad “no siempre se lleva bien con la calidad de los contenidos” y que la multiplicación de la oferta “muchas veces invisibiliza los libros especialmente valiosos”.

Para visibilizar esos libros y revalorizar el potencial literario y artístico del álbum ilustrado nacía precisamente en 2017 la asociación Álbum, que agrupa a veintitrés editoriales pequeñas y medianas de toda España, todas ellas independientes y especializadas en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, en cuyos catálogos el libro álbum ocupa un lugar preponderante.

“Buscamos que el libro álbum sea más visible y más valorado, porque lo concebimos como una herramienta fundamental para construir una sociedad de lectores con espíritu crítico”, afirma su presidente, que es consciente de que el formato “rara vez es considerado literatura con mayúsculas”. En su opinión, esto se debe en parte al “desconocimiento” sobre el álbum ilustrado, que debido a su amplia variedad de formatos a veces resulta “difícil de definir y clasificar”. También al hecho de que generalmente tenga poco texto, algo que “muchas veces despierta la suspicacia de algunos mediadores y adultos, que dudan de que sea una herramienta «eficaz» para el fomento de la lectura”.

En contrarrestar este mito están centrando gran parte de sus esfuerzos desde la asociación. Un ejemplo de ello es la organización de la Semana del Álbum —que en 2019 celebrará su tercera edición en más de una docena de ciudades de España bajo el lema «Libros que abren mundos»-, con la que desde Álbum buscan difundir la “riqueza literaria y estética de los álbumes” y potenciar su presencia tanto en los hogares como en las aulas, “y no solo entre los más pequeños, ya que un buen álbum puede ser descubierto a cualquier edad y un mismo álbum puede ser compartido por lectores de distintas edades”.

También el trabajo que están realizando junto con las librerías independientes, las bibliotecas y los colegios “para ampliar las fronteras sociales y geográficas del libro álbum para llegar a más niñas y niños, no solo de las grandes ciudades, incluir a colectivos históricamente desfavorecidos o acceder a pueblos y barrios en los que la oferta cultural no está a la altura de las necesidades reales”. En ese sentido, Fernando Diego García destaca como “prioritario” el trabajo con las pequeñas librerías independientes, que según afirma son las que “resisten mejor las presiones del mercado, apuestan por fondos variados y bien seleccionados y hacen una labor decisiva para prolongar la vida de los buenos libros”.

¿Qué tiene un álbum ilustrado que lo hace especial respecto a otras opciones literarias?, preguntamos al presidente de Álbum, que remite al manifiesto fundacional de la asociación, en el que han reunido once razones para elegir un libro álbum como opción de lectura: “De este peculiar «decálogo», que reivindica valores perdurables frente al culto a lo inmediato y lo efímero, me gustaría destacar tres puntos. El primero es que el libro álbum nos invita a ser reflexivos, a detener el tiempo para contemplar el mundo, a descubrir esos pequeños detalles que esconden las imágenes; el segundo es que un libro álbum ofrece distintos niveles de lectura en los que se combinan el lenguaje visual y el literario; y, por último, que el libro álbum posibilita a un tiempo entretenimiento y aprendizaje, placer artístico y pensamiento crítico”.

Álbumes ilustrados contra el ritmo desenfrenado de vida

“Porque compartir lecturas en familia o con amigos es quererse, nos une; sin menoscabo del placer de leer un libro álbum en soledad”, puede leerse en el segundo punto del manifiesto. Y en ese valor incalculable del álbum ilustrado como punto de encuentro quiere incidir también Slow Stories, la campaña que la editorial valenciana Andana, miembro de Álbum, ha lanzado para conmemorar el décimo aniversario de su fundación, un tiempo en el que han publicado más de 160 títulos.

“La idea es “actuar” contra el ritmo desenfrenado de vida que nos estamos autoimponiendo, así que aprovechando que el movimiento slow está calando entre la población, hemos querido hacer una propuesta: que cuando llegue el momento de la lectura en casa dejemos de lado las pantallas y disfrutemos del momento de lectura compartida entre padres e hijos, porque en estos años de dedicación al mundo de la literatura infantil hemos visto que es una de las experiencias que más recuerdan padres e hijos con el paso de los años”, reflexiona Ricard Peris, cofundador de Andana.

Cuentan en la editorial que la iniciativa surge de “las buenas experiencias” que han ido acumulado durante sus diez años de vida, un tiempo en el que según Peris han podido ver y conocer “muy buenas prácticas” con la lectura que les han ayudado a crear mejores libros. “Pensamos que esas experiencias había que transmitirlas a los lectores, a los libreros, a los bibliotecarios y a todos aquellos que nos han acompañado en este viaje”, sostiene. Y a ello se van a dedicar desde la web de la campaña, en la que pretenden compartir “consejos, ejemplos y ánimos para que nos lancemos a la aventura de bajar el ritmo y ser contadores de historias”.

¿Qué consejos darías a los padres para sacar el máximo partido a los álbumes ilustrados y convertir ese momento de lectura compartida en un instante mágico?, preguntamos al fundador de Andana. “El primero es vivirlo con intensidad, porque eso nos conectará plenamente con los pequeños y al mismo tiempo nos ayudará a conectar con el “niño” que llevamos dentro. En segundo lugar, también creo que es muy importante que los padres y madres estén abiertos a escuchar la perspectiva del niño, a dejarle que interprete el libro y el mundo desde su punto de vista, a invitarlo a despertar su imaginación, su creatividad. Por último, es importante dedicar tiempo a elegir buenos libros”, responde Peris, que destaca la importancia de poner el mismo mimo en la selección de libros que en las elecciones de los ingredientes que compramos para que la comida de nuestros hijos sea saludable. “Con una buena materia prima el resultado siempre es mejor”, concluye.

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