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Las lenguas que no existen en Internet

Idemi es una plataforma digital que aspira a aumentar la presencia de idiomas africanos en Internet y facilitar así el acceso a la Red de más usuarios del continente

Sergi Kabrera (Unsplash)
Carlos Bajo Erro
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“Hay más de 2.000 lenguas en África, pero apenas existen en Internet. Google no hace nada para valorizarlas, Microsoft no hace nada. Las grandes compañías tecnológicas no se preocupan. ¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados?”, se pregunta Sinatou Abèdjè Saka, una periodista yoruba de origen beninés. Ella decidió que no, que no podía quedarse con los brazos cruzados. Y encontró a otros entusiastas del entorno digital, orgullosos africanos con sensación de orfandad digital que compartían sus inquietudes. Entre todos construyeron Idemi, de momento una plataforma digital, con vocación de convertirse en una ola, en un fenómeno, en una energía que vaya colonizando diferentes espacios de un Internet en el que las lenguas del continente tienen una posición minorizada.

La periodista escribió un artículo en su blog sobre la situación de las lenguas africanas en Internet. Corría noviembre de 2017, y después de su repaso, en el que se alertaba por ejemplo de que “prácticamente uno de cada dos africanos, alrededor de 650 millones están excluidos de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)", Sinatou Saka lanzó un guante: “Si estáis leyendo este artículo, quiere decir que, como yo, tenéis acceso a las nuevas tecnologías y las competencias precisas e indispensables para divulgar las lenguas africanas en Internet. Si queremos que nuestro continente esté más representada en la Red, este trabajo es indispensable porque nadie debe ser apartado del progreso”. Y la provocación a sus seguidores continuaba: “¿Tenemos que esperar, otra vez, que las soluciones vengan de fuera?”.

“Después de aquello, mucha gente me contactó”, comenta divertida Saka, “y empecé a preguntarme qué podíamos hacer, porque no pensaba que nadie fuese a responder”. Paradójicamente, a pesar de su vocación digital, la primera acción del grupo fue verse las caras. “Organicé una actividad en un bar en París y percibí que realmente había ganas de montar alguna cosa juntos. Formamos un colectivo, la mejor fórmula para nosotros, sin jerarquías, con flexibilidad...”, relata la periodista.

Así que este colectivo de jóvenes de las diásporas africanas residentes en la capital de la antigua metrópoli, que se comunica fundamentalmente a través de un grupo de WhatsApp, empezó por buscarse un nombre. “Idemi viene de ede mi que en yoruba significa mi lengua”, explica Saka. Después definieron la estrategia. Se fijaron tres retos. El primero era poner en valor los trabajos ya existentes. “En Internet hay materiales sobre las lenguas africanas en la Red, pero son poco conocidos”, comenta la periodista. En segundo lugar, el colectivo pretendía establecer lazos entre algunas iniciativas sobre las lenguas africanas en el entorno digital que ya existen. “Hay aplicaciones para aprender lenguas africanas o plataformas que generan recursos y queríamos establecer una red para intercambiar experiencias y hacerlas más visibles”, explica Saka. Y, el tercer reto del colectivo era romper la dinámica de introducción de lenguas africanas en el mundo digital. Saka se queja de que parece que tienen que ser las grandes compañías las que produzcan los recursos digitales. Eso significa que serán privados y no serán accesibles para el gran público. “La intención es ir creando un volumen de contenidos en lenguas africanas, en cualquier formato, y ponerlo a disposición de los desarrolladores de aplicación que puedan utilizar eso contenidos accesibles para incorporarlos a sus proyectos”, comenta. “Las iniciativas de las grandes compañías están motivadas por los beneficios y necesitamos contrapesos de iniciativas que respondan a otros criterios”, matiza.

“Sólo diez lenguas monopolizan el 80% del espacio digital y todas ellas son lenguas occidentales”, argumenta Sinatou Saka, que considera que Internet parece una amenaza para la supervivencia de las lenguas africanas, pero que se puede convertir en una oportunidad. “Si no hacemos nada, los idiomas que no están presentes en Internet acabarán desapareciendo en unos años, porque todo el mundo lo está usando y parece que será la memoria del mundo. Pero, si actuamos, Internet puede ser una herramienta para preservarlas”, asegura apasionada. Esta periodista yoruba comenta entre la indignación y la burla: “Hay gente que dice que las lenguas no son más que palabras, bla, bla. Pero, ¡no! Las lenguas son la puerta de entrada a toda una cultura. Si una desparece hay toda una producción cultural que deja de ser accesible”.

Han intensificado la colaboración con Wikipedia como una de las estructuras que más se preocupan por mantener viva la producción de contenidos en lenguas africanas

En ese núcleo duro de Idemi hay activistas hablantes de una decena de idiomas de África occidental y central, fundamentalmente, aunque la voluntad es continuar atrayendo personas familiarizadas con el mundo digital y preocupadas por la defensa de las lenguas africanas. “En Idemi nos identificamos más con nuestras lenguas maternas que con los países que responden a fronteras artificiales. En ese sentido, yo soy yoruba y el yoruba se habla en Benín, en Nigeria, en Ghana, o en Togo... y eso ocurre con muchas de las lenguas africanas que se hablan en diversos países”, precisa Sinatou Saka.

En un primer momento, Idemi lanzó la campaña, que llamaba a compartir las webs elaboradas en lenguas africanas, para darles valor, para visibilizarlas y, también, para comenzar a desbrozar el espacio del colectivo en el panorama digital. Después de aquello, han intensificado la colaboración con Wikipedia como una de las estructuras que más se preocupan por mantener viva la producción de contenidos en lenguas africanas. “Hemos desarrollado una acción para crear contenido en fon (una lengua de Benín)”, concreta Saka. Idemi también ha organizado un hackathon, junto al CNRS que desarrolla importantes trabajos académicos sobre las lenguas africanas, para idear herramientas digitales que permitan visibilizar esos idiomas.

“Nuestros Estados podrían poner la web institucional de la Asamblea o de la Presidencia, que habitualmente está en inglés y francés, en lenguas africanas. No les supondría demasiado esfuerzo. Más allá de las visitas que generase, es una forma de poner en valor y empezar a generar contenidos digitales en nuestras lenguas”, se queja Saka. Con esta dinámica llaman a usar las lenguas africanas cotidianamente en Internet. “Envidio a los senegaleses que muchas veces discuten en Twitter en lengua wolof. La brecha entre las lenguas occidentales y las africanas es tan grande que hay que ir llenando el hueco poco a poco. Cualquier cosa que compartas en Internet en una lengua africana, ya ayuda a disminuir esa diferencia”, concluye la periodista yoruba.

Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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