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El cambio climático también amenaza a los delfines

Una ola de calor que en 2011 elevó cuatro grados la temperatura del agua en la costa australiana impactó en su supervivencia y en la tasa de natalidad

Delfines en Shark Bay, Australia.
Delfines en Shark Bay, Australia. Getty Images

Una ola de calor marina sin precedentes a principios de 2011 tuvo un impacto negativo duradero tanto en la supervivencia como en las tasas de natalidad en la icónica población de delfines en Shark Bay, en Australia Occidental. Las temperaturas del agua subieron más de cuatro grados por encima del promedio anual y el periodo extendido causó una pérdida sustancial de pastos marinos.

Shark Bay, en el extremo de la costa índica australiana, es una zona de gran riqueza natural, reconocida como Patrimonio de la Humanidad en 1991. 

Ahora, investigadores de la Universidad de Zúrich, en Suiza, han documentado que el cambio climático puede tener consecuencias de mayor alcance para la conservación de los mamíferos marinos de lo que se pensaba anteriormente.

Los científicos han investigado cómo este daño ambiental ha afectado la supervivencia y la reproducción de los delfines. Utilizaron datos a largo plazo de cientos de animales recolectados durante un periodo de diez años desde 2007 hasta 2017. Sus análisis revelaron que la tasa de supervivencia de los delfines había disminuido en un 12% después de la ola de calor de 2011. Además, los delfines hembra estaban dando a luz menos crías, un fenómeno que duró al menos hasta 2017.

"La magnitud de la influencia negativa de la ola de calor nos sorprendió", dice la primera autora del estudio, Sonja Wild, de la Universidad de Leeds, en Reino Unido. "Es particularmente inusual que el éxito reproductivo de las hembras no haya regresado a los niveles normales, incluso después de seis años".

Hay varias explicaciones posibles para este fenómeno, por ejemplo, el abandono de las crías, el aumento de la mortalidad neonatal, el retraso de la madurez sexual o una combinación de estos, pero los investigadores aún no han podido investigarlos en detalle.

Curiosamente, la ola de calor no tuvo el mismo efecto en todos los grupos de delfines. Los delfines que usan esponjas como herramientas, una técnica de forrajeo socialmente aprendida que ayuda a los delfines a ubicar alimentos en aguas profundas, no se vieron tan afectados como los que no usan esta técnica.

"Sin embargo, nuestro trabajo plantea la preocupación de que estos eventos repentinos puedan tener efectos negativos a largo plazo, incluso en grupos de mamíferos marinos que se suelen adaptarse bien a las nuevas condiciones ambientales", apunta Wild.

Los investigadores muestran que las olas de calor marino no solo afectan a los organismos en los niveles más bajos de la cadena alimentaria, sino que también pueden tener consecuencias considerables a largo plazo para los animales en la parte superior, como los delfines.

"Es probable que las olas de calor marinas se produzcan con más frecuencia en el futuro debido al cambio climático", alerta el líder del estudio, Michael Krützen, profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Zúrich "Esto es preocupante no solo por las perspectivas a largo plazo de las poblaciones de mamíferos marinos, sino también por todos los ecosistemas oceánicos", sentencia.

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