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La gente no puede dejar de hablar de estas nueve cosas de la gala de los Goya 2019

Amaia resolviendo genialmente un problema, las lágrimas de España con el discurso de Jesús Vidal, las imitaciones de Antonio de la Torre... Estos han sido los mejores momentos de la entrega de premios

Hace 30 años, Pedro Almodóvar ganaba el Goya a mejor película por 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'. Anoche el director manchego volvió a subir al escenario, acompañado de Rossi de Palma, Julieta Serrano y Loles León. EN vídeo, resumen de la gala.

España es corrupta, pero también es fuerte y solidaria cuando trabaja en equipo. Anoche en la gala de los Goya 2019 se premiaron ambas cualidades. El reino recibió siete premios técnicos y artísticos, incluido el reconocimiento a mejor dirección y guion para Rodrigo Sorogoyen, al que se le escapó el de mejor película. El título recayó en Campeones, el filme español más visto del año (cuatro millones de espectadores), que se marcó un triple por la mínima, en una gala donde también se reivindicaron a las minorías. Carmen y Lola, una historia de amor entre dos gitanas lesbianas, ganó la estatuilla a director novel y actriz secundaria. Hay España para todos.

Lo que también hubo fue tralla para Pedro Sánchez (que no acudió por tener un mitin en Zaragoza) y para Leticia Dolera que, tras la pullita en los Feroz, parece haberse convertido en el chiste recurrente del cine español. Al menos, lo fue para los presentadores Silvia Abril y Andreu Buenafuente quienes, a diferencia del presentador medio de los Goya, parecían pasárselo bien. También Susi Sánchez, que posó en la alfombra roja a las 18.00, representó una función teatral a las 21.00 y recogió su Goya como mejor actriz por La enfermedad del domingo a la una de la madrugada. Porque no hay mejor homenaje al arte de contar historias que sacrificarse por él y anoche la ¿gran? ¿fiesta? del cine español se hizo varios harakiris que mantuvieron entretenidos a sus espectadores.

Estos fueron los más comentados...

El humorista David Broncano con visibles problemas para entregar el Goya a los mejores efectos especiales.
El humorista David Broncano con visibles problemas para entregar el Goya a los mejores efectos especiales.

Berto Romero y David Broncano, colgados de los huevos

Los dos humoristas salieron a entregar el Goya a los mejores efectos especiales levitando sobre el escenario. A Berto se le cayó el sobre y José Coronado se ofreció a leer el nombre de los ganadores en un sketch que podría haber escrito José Luis Cuerda (ojalá). El cine español tiene fijación por la comedia de entrepierna: desde los Huevos de oro de Javier Bardem, hasta los que ponía encima de la mesa (literalmente) Javier Gutiérrez en El autor o la queja de Ana Wagener en El reino por tener al gestor del partido "to' el día colgao del coño”.

Ahora que se debate tanto sobre los límites del humor, hay uno que no debería aceptar discusión: el límite de tiempo. El gag se alargó hasta que Broncano, con la posibilidad de engendrar descendencia reducida ya al 1 %, pronunció en la televisión pública la frase: “Es que me está haciendo tope la polla con el arnés”. Laura Pedro, la primera mujer de la historia en ganar un Goya en esta categoría, vio su hazaña eclipsada por dos pares de huevos. Porque el patriarcado ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

Los sobres acorazados

La gala se excedió 25 minutos de duración —Joanna, la hija de Buenafuente y Silvia Abril, representó a toda España al quedarse dormida en su butaca—, en gran parte, por el tiempo que emplearon los entregadores en luchar contra el pegamento (o quizá silicona industrial) de sus sobres. En una noche en la que se otorgaron siete premios a una película sobre la corrupción, resulta poético que los sobres hayan robado parte del protagonismo. La vida digital es así, hemos perdido la capacidad de abrir cartas. La que menos sufrió para abrir el suyo fue Nora Navas, que como es una actriz española de 43 años ya está acostumbrada a las dificultades.

Una charanga (!), una tuna (!!) y una batukada (!!!)

El gran circo musical de los Goya también incluía hinchables.
El gran circo musical de los Goya también incluía hinchables.

A las 23:35 horas de la noche y con 15 premios por delante, Lucía Jiménez y Eduardo Casanova detuvieron la gala para pedir más oropel en el reconocimiento a los cortometrajistas. Lo que ocurrió a continuación fue una versión masificada del chiste de “un lepero, un vasco y un catalán entran en un bar”. Una charanga, una tuna (¿sería referencia al clásico generacional Tuno negro?), un ballet de danza contemporánea y una batukada (que en España sirve lo mismo para una manifestación que para una verbena o, por lo visto, una gala de premios de cine) abarrotaron el escenario hasta convertir la ceremonia de los Goya en el programa ¿Qué apostamos?

Y cuando parecía que el esperpento no podía descontrolarse más, apareció Maxim Huerta para entregar el Goya al mejor cortometraje de ficción porque a él le gustan “las cosas breves”. Y después, Andreu Buenafuente y Silvia Abril dieron paso al In memóriam en recuerdo de los artistas fallecidos en 2018. Lo que también está muerto es la oportunidad de promocionar el cine español cuando, por una vez en todo el año, hay cuatro millones de personas pendientes de él.

El conmovedor discurso de Jesús Vidal

El discurso más emotivo de la noche lo pronunció Jesús Vidal, que recibió el Goya a mejor actor revelación por 'Campeones'.
El discurso más emotivo de la noche lo pronunció Jesús Vidal, que recibió el Goya a mejor actor revelación por 'Campeones'.Getty Images

Al recoger su Goya como actor revelación, Vidal aprovechó para agradecer a todas las personas que ha conocido a lo largo de toda su vida. Una por una. Desde los operarios de Campeones hasta sus sobrinos. Pero también celebró su premio como un reconocimiento a “la inclusión, la diversidad y la visibilidad; qué emoción”. Efectivamente, qué emoción. Su mensaje a todos los padres (“a mí sí me gustaría tener un hijo como yo”) despertó aplausos y lágrimas en la platea, en los sofás y en las redes sociales. Recordó que el cine es, por encima de todo, pura emoción. Dentro y fuera de la pantalla.

"Esta no es una casa-casa": ¡viva 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'!

Hace 30 años, la Academia de cine español coronaba a su hijo bastardo, díscolo y pirómano, Pedro Almodóvar, dándole a Mujeres al borde de un ataque de nervios el Goya a mejor película. De ahí salieron leyendas (tras la nominación al Oscar, Hollywood se quedó con Antonio Banderas; Almodóvar y Carmen Maura acabaron tarifando y sin hablarse durante 17 años) y, junto con Amanece que no es poco, la mayor cantidad de frases para la cultura pop española surgidas de una sola película. “Esta no es una casa-casa”, “he desayunado mucho yo en los últimos años” y “es que no estoy curada” volvieron a sonar en ese escenario, pronunciadas por sus actrices, en uno de los pocos momentos que la gala supo aprovechar la trascendencia del cine español en el imaginario colectivo. Que parece que no, pero la hay. ¿Por qué Silvia Abril no resucitó a Lluvia Pérez, su emblemática parodia de Cayetana Guillén Cuervo en Versión española?

Así se resuelve un fallo: gracias, Amaia, por existir

La ganadora de OT 2017, Amaia, durante un momento de su actuación.
La ganadora de OT 2017, Amaia, durante un momento de su actuación.

Al empezar el popurrí de las canciones nominadas, Amaia Romero (sí, la de OT) salió al centro del escenario y aclaró que había habido un error con la música y que tenían que volver a empezar. Ni Rozalén ni Judit Neddermann, sus compañeras de actuación, tuvieron la determinación ni la templanza de reaccionar, como hace casi 30 años hicieron las Azúcar Moreno en Eurovisión. Pero Amaia está por encima de todo y demostró tener cero pánico escénico a sus 20 años. Cuántos errores (y de realización hay varios en cada gala de los Goya) se hubiesen solucionado explicando simplemente lo sucedido. Al regresar a las bambalinas, se escuchó una voz decir: “Gracias Amaia”. Pues sí, gracias Amaia por existir.

Antonio de la Torre y sus imitaciones

En lugar de recurrir a la típica lista de agradecimientos, el ganador al Goya a mejor actor (su segunda victoria, de 13 nominaciones en 11 años) optó por contar una historia apelando a su primera vocación: la de periodista deportivo. Por eso se arrancó con una imitación del locutor José María García para empezar y otra de Chiquito de la Calzada para despedirse. Antonio de la Torre es un tesoro nacional, y ese chiste recurrente de que sale en todas las películas del cine español se zanja con una pregunta retórica: si fueses un director de cine y pudieses fichar a De La Torre para tu película, ¿no lo harías?

El Goya honorífico a Chicho Ibáñez

Alejandro Amenábar, J.A. Bayona, Jaume Balagueró, Nacho Vigalondo, Paco Blaza, Rodrigo Cortés, Juan Carlos Fresnadillo y Álex de la Iglesia homenajearon, como representantes del género fantástico en España, a Chicho Ibáñez Serrador con un Goya de honor atípico: se conmemoró no tanto su cine (rodó dos películas) sino la colosal influencia de su antología televisiva Historias para no dormir en la generación posterior de directores. "Un maestro de cineastas", fue lo que más dijeron. Y es así.

La noche en la que la política sirvió al humor

Antonio de la Torre homenajeó a Chiquito de la Calzada al recoger el Goya a mejor actor. Solo él podría hacerlo.
Antonio de la Torre homenajeó a Chiquito de la Calzada al recoger el Goya a mejor actor. Solo él podría hacerlo.

Desde que en 2003 la ceremonia de los Goya se transformó en un alegato contra la guerra de Irak, el inconformismo político de la industria del cine español ha pasado de ser un motivo de rechazo por parte del público a un arma arrojadiza y un tópico agotador. Anoche, la política sirvió al humor. “A Echenique le gusta el cine porque va siempre en travelling”, aseguró Buenafuente. Y, sobre todo, a la reivindicación en positivo: Arantxa Echevarría, directora de Carmen y Lola, dedicó su Goya a los que se oponen a la igualdad para invitarlos a ver la película y ganar empatía, apelando así al acercamiento en vez de al distanciamiento; Antonio de la Torre aplaudió a los políticos que, a diferencia de los de su película, se levantan cada mañana con ganas de mejorar el país; y Eva Llorach, actriz revelación por Quién te cantará, confesó que tiene “la idea loca de que el cine puede cambiar las cosas”.

Y eso lo puede atestiguar Javier Fesser. El director de Campeones explicó que al empezar la película se utilizaba el término “discapacitados” y, durante el rodaje, se acuñó el de “personas con capacidades diferentes”. A partir de ahora hay uno nuevo: "campeones".

Porque la corrección política no es solo esa poscensura que le pone vallas al humor, es lo que nos convierte en seres humanos. Y el cine sirve para contar las historias de esos seres humanos. De todos. Por eso a celebrarlo: a pesar de que la gala casi nunca es entretenida, sigue mereciendo la pena.

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