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para Pago del Cielo

Un vino madurando en el firmamento

El lugar y la manera especial en la que se elabora Celeste Crianza hacen de él un vino que transmite emoción y el misterio de las noches estrelladas

El origen de todo es la noche. Una bóveda celeste repleta de estrellas en el mágico telón de fondo en el que comienza un proceso guiado por la dedicación y la máxima exigencia. El lugar es en Fompedraza, Valladolid, y más concretamente los campos de vides de la bodega Pago del Cielo. Allí, a 900 metros de altura, los granos de uva están más cerca de las estrellas, y entre el suelo y el cielo se produce una combinación mágica. El frescor de la noche contrarresta al calor del día, y se crea el comienzo de un proceso que transmite este carácter al resultado final. Desde esa ubicación perfecta para la elaboración del vino, la recolección de la uva se realiza precisamente en esas horas en las que el cielo solo está iluminado por las estrellas.

El resultado es un sabor opulento y brillante hace de Celeste Crianza un vino especialmente apto para acompañar las grandes comidas y cenas que nos esperan esta Navidad. Su color cereza con reflejos granate nos seduce a la vista y su sabor voluptuoso conquista nuestro paladar. Dentro de su riqueza, sus notas frutales se adaptan a la perfección a carnes como el cordero al tomillo, la ternera rubia gallega o la presa ibérica. También a aves como el capón, y a platos más ligeros como los salteados de boletus, la lasaña de verduras o los pimientos de piquillo rellenos. Su sabor potencia el de nuestro plato para crear unos matices y sensaciones distintos con los que crear momentos para el recuerdo.

Para llegar a nuestra copa en una de estas celebraciones que nos esperan, y disfrutar de ese sabor genuino y especial, hay que seguir un proceso de elaboración basado en los principios de la calidad, el trabajo y la pasión, realizado por un equipo que lidera el enólogo Juan Ramón García. Realizado al 100% con uva tempranillo, Celeste Crianza nació en 2005 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los vinos más reconocidos y con mayor presencia internacional de la DO Ribera del Duero. El secreto está en unir las prácticas tradicionales a la vez que se cuenta con las técnicas más avanzadas. El vino reposa durante 12 meses en barricas de roble francés y americano, para después pasar 12 meses más en botella antes de llegar a nuestra mesa.

Solo así se consigue un vino tan especial como el lugar del que procede. El influjo de la noche se materializa en nuestra copa, consiguiendo que disfrutar de Celeste Crianza sea una experiencia diferente y especial, ideal para compartir con las personas más cercanas.

Arropado por las estrellas

A la hora de buscar un regalo para estas Navidades, siempre queremos algo que quede en la memoria. La reproducción de la bóveda celeste que ejerce su influjo sobre las uvas de Pago del Cielo viste el estuche que acompaña a Celeste Crianza 2015. Metálico y cilíndrico, es una presentación elegante que transmite toda la personalidad de un vino ideal para regalar y disfrutar en compañía durante estas fiestas.

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