_
_
_
_
_

Jorge Martínez (Ilegales): “Estoy dispuesto a defender mi vida tantas veces como haga falta”

A sus 63 años nunca ha vivido con una pareja, no tiene hijos y lucha por su libertad como el último hombre en la tierra. Su nuevo disco se llama 'Rebelión'

"No se puede mimar al mal. La mansedumbre es peligrosa. Los buenos somos muchos más que los malos. Estamos obligados a combatir al mal". Jorge Martínez, 35 años en la primera línea del rock con su banda, Ilegales.
"No se puede mimar al mal. La mansedumbre es peligrosa. Los buenos somos muchos más que los malos. Estamos obligados a combatir al mal". Jorge Martínez, 35 años en la primera línea del rock con su banda, Ilegales.Javier Rosa
Carlos Marcos

Advertencia: fuera de los círculos del rock Jorge Martínez puede ser un tipo con ideas demasiado descarnadas, algunas veces irritantes. O dolorosamente realistas.

Tienes 63 años. ¿Has dejado de hacer algo por cuestiones de edad?  "Nada. Absolutamente nada"

Este asturiano duro de 1,86 metros es parte fundamental del rock de este país. Por su honestidad, por su ingobernabilidad, por el respeto que expele, por unas letras que nos recuerdan que alguna vez fuimos jóvenes con ganas de combatir a todo tipo de autoridad. Él lo sigue haciendo. Es un músico sincero y certero. También un bocazas, con opiniones sin codificar. Con su grupo, Ilegales, ha vendido millones de ejemplares y llenado recintos por toda España. Y lo más notable: lo sigue haciendo.

Hubo una época en la que Jorge Martínez siempre salía a la calle con un stick de jugar al hockey. Para lo que surgiera. Se vestía de mod, con su elegante abrigo de paño, la camisa blanca y la corbata negra. Y el amenazador stick en la mano. Con 63 años, confiesa que sigue pensando como cuando tenía 20... con algunos matices. Estos días edita nuevo álbum con Ilegales, Rebelión. El 23 de noviembre empieza una gira por España en Gijón que se intuye con todas las localidades vendidas.

Nos sentamos con él una mañana lluviosa en Madrid. No salió anoche, tiene la mente despejada y unos ojos claros esperando las preguntas...

"Los cazadores furtivos tenían prisa por aprovechar las horas de luz y nosotros éramos un obstáculo, así que comenzaron a tirotearnos. En un momento dado cogí un arma de los guardas (yo había hecho ya la mili y sabía el funcionamiento de las armas) y…"

Sabiendo de todas tus fechorías durante estos años es sorprendente que no hayas pasado una buena temporada en la cárcel. Bueno, hubo una época en la que cuando se preveía que iba a haber problemas entre bandas me metían como preventivo, para evitar follones. Te metían en el cuartón, durante dos o tres días. Yo tenía unos 20 o 21 años [hablamos de 1973, cuando Franco todavía vivía]. Luego, alguien un poco más inteligente se dio cuenta de que yo arreglaba los problemas entre bandas. Así que ya no me metían en preventivo.

¿Alguien de la policía se dio cuenta de eso? Sí. Es que no es tan difícil ponerse de acuerdo. Es una cuestión de que los dos bandos cedan un poco.

¿Te convertiste en árbitro de bandas callejeras? Sí, hubo una época en la que sí. Claro, yo tenía un gran prestigio entre las bandas.

Creo que le pegaste un tiro a alguien. Sí, en una ocasión tuve que hacerlo porque me estaban disparando. Y le reventé una rodilla, creo.

¿Cómo fue aquello? Esto fue hace muchos años, en los ochenta. En un lugar de caza furtiva. Hay gente que se pone a cazar animales ilegalmente, sin licencias. Yo iba con guardas forestales. Me interesa mucho el mundo de los bosques, los animales, las especies vegetales. Así que me fui con los guardas. Entonces fuimos tiroteados.

¿Perdón? Sí, sí. [Los cazadores furtivos] Tenían prisa por aprovechar las horas de luz o lo que fuese y nosotros éramos un obstáculo, así que comenzaron a tirotearnos. En un momento dado cogí un arma de los guardas (yo había hecho ya la mili y sabía el funcionamiento de las armas) y…

¿Pero apuntaste a la pierna o al bulto? Al bulto. Se trataba de defender mi propia vida. Yo grité: “Os vamos a matar a todos”. Mientras, los guardas bajaron corriendo del monte. Me quedé solo allí.

Le podías haber matado. Sí. Yo no quería combatir, solo defender mi vida.

"La música tiene un cebo muy potente. Y por eso he perdido muchas cosas. Pero no me quejo. Ese no ha sido el mayor error de mi vida. He perdido el tiempo con otras cosas que sí… Por ejemplo con las drogas y el alcohol"

¿No supiste nada de ese tipo? Sí, hace un par de años me dijeron que había muerto. Duró muchos años con su pierna lesionada. Es que estoy dispuesto a defender mi vida tantas veces como haga falta.

¿Has visto cerca la muerte? Sí, en el mar. A mediados de los ochenta adquirí una costumbre peligrosa. Vivía enfrente de la playa en Gijón. Llegaba con bastantes copas, a las cinco de la mañana. Me quitaba toda la ropa y me metía en el mar. Luego iba corriendo a casa. Y dormía muy bien. Se te quita todo el alcohol y las toxinas después de nadar. Un día, en verano, el mar estaba agitado y no me dejaba volver. Lo pasé mal. Y buceando también he tenido percances. Es que el mar te cambia de sentido. Te lleva en la dirección equivocada. Es peligroso. Nunca debes perder la tierra de vista. Nunca. Yo buceo a pulmón, que es la forma de medirte con el mar. Ahí es cuando el mar te dice cosas.

Tienes 63 años. ¿Has dejado de hacer algo por cuestiones de edad? Nada. Absolutamente nada.

¿En cuanto a la química tampoco? He perdido el gusto por hacer algunas cosas, pero no he dejado de hacerlo. Algunas drogas ya no me divierten como antes. Le he perdido el gusto a la cocaína. Las anfetaminas me sentaban bien. No sé por qué las han prohibido. En algunos Estados de Estados Unidos son legales. Te pueden vender botes enormes de ellas.

¿Has dejado totalmente la cocaína? Consumo muy pocas veces.

¿Cuándo fue la última vez? Hará 15 días. Pero una rayita… Y no me gusta. El vino cada vez me gusta más. Vivo [en Oviedo] al lado de la Ruta de los Vinos. Soy un bebedor social. Tomarse unas copas con los amigos está muy bien. En España hay muy buenos vinos y muy asequibles. Lo disfruto. Claro, de noche tienes que tomar destilados. Y esos son más perjudiciales. Es que el vino con las anfetaminas va muy bien. Te quitan ese sopor… Se equilibra bien.

Jorge Martinez con el 'stick' de hookey del que no se separaba, en la portada del documental de Ilegales, 'La vida entre las hormigas' (2017).
Jorge Martinez con el 'stick' de hookey del que no se separaba, en la portada del documental de Ilegales, 'La vida entre las hormigas' (2017).

¿Has probado la heroína? No, nunca la he probado. He visto lo que había en mi entorno. La gente parece que no tiene memoria. Se ha olvidado de lo que pasó en los setenta y los ochenta con la heroína. Toda una generación ha sido devastada por la heroína. Y ahora se ve como cool meterse heroína. El consumo está aumentando considerablemente.

Tú perdiste a una novia por la heroína. Sí. Es que acabó con mucha gente de mi entorno. Ya no estaba con ella cuando se murió, pero me dolió mucho.

Nunca te has casado, no tienes hijos. La música me ha hecho perder muchas cosas. Pero ha valido la pena. La conexión que tiene la música con la literatura a través de las letras de las canciones… Eso me obsesiona y me lleva mucho tiempo. Me vuelve loco. La música tiene un cebo muy potente. Y por eso he perdido muchas cosas. Pero no me quejo. Lo he aceptado. Ese no ha sido el mayor error de mi vida. He perdido el tiempo con otras cosas que sí… Por ejemplo con las drogas y el alcohol, donde tus facultades quedan claramente mermadas. Y con fiestas en las que no tenía que estar.

¿Qué te parece Amaia, de 'OT'? ¿Quién?

Amaia, de 'Operación Triunfo'. Es que no veo la televisión.

¿Vives solo? Sí, absolutamente.

¿Has vivido alguna vez con una pareja de forma continuada? "Nunca. Cuando todavía no había cumplido los 30, quizá unas semanas. Soy un solitario. Necesito vivir solo"

Lo dices con mucha convicción. ¿Has vivido alguna vez con una pareja de forma continuada? Nunca. Cuando todavía no había cumplido los 30, quizá unas semanas. Soy un solitario. Necesito vivir solo. Tengo contacto con otras personas, a las que quiero. O no. Porque también tengo contacto con el enemigo. Pero necesito un alto margen de soledad. Además, para amar hay que hacerlo con distancia. Esa es la mejor manera. Como cuando vas a un museo. Si te aproximas mucho a un cuadro no ves nada excepcional. Hay que mirar las cosas desde cierta lejanía. La soledad es un bien muy preciado para mí.

¿Nunca has sentido la necesidad de…? No lo necesito. Y no es que no quiera a las personas. De pequeño no era de esos niños que estaban pegados a las faldas de su madre.

¿Tienes ahora pareja? Bueno, tengo algo parecido. Pero no vivo con nadie. Es que no es tan deshumanizado ser un solitario.

Hablemos de tu querencia hacia la violencia. El bajista de Ilegales, Willy Vijande, que te conoce bien, dice que es por algún trauma de la infancia. ¿Tú has revisionado esto? Es que estamos obligados a combatir. El universo nació de manera violenta. Todas las especies que han sobrevivido han ejercido cierto tipo de violencia. La vida es violenta. ¿En qué momento sentí que tendría que ejercer violencia por primera vez? Te lo voy a contar…

Por favor… Tenía unos cuatro años. Había encontrado en la calle un cochecito de plástico. Probablemente era mío. Mi madre lo habría tirado porque estaba ya sin ruedas y viejo. Y un niño apareció y me dijo: ‘Pon el cochecito aquí’. Yo lo puse y él hizo ¡plas! Le pegó un pisotón y lo rompió. Era un niño mayor que yo. Pero inmediatamente le agredí. Y se retiró.

Esa fue tu primera vez. ¿De ahí viene todo? Es que en el colegio había muchos maltratadores vocacionales. Y siempre me enfrenté a ellos. Eran mayores que yo. Pero yo estaba dispuesto a combatirlos. Incluso estaba dispuesto a crecer más rápido. Al principio de curso él ganaba las peleas, pero al final de curso yo había crecido tanto que las ganaba todas yo. No busco pelea, pero no la rehúyo.

¿Cuál ha sido la última vez que te has peleado? No lo voy a contar.

¿Pero hace mucho? Recientemente, en junio. No he tenido más remedio.

¿Quién ganó? Hubo un intercambio. Alguien tuvo un ojo a la funerala y yo un chichón. Es que hay veces que te ves obligado. A ciertas horas pasan cosas que no deberían pasar.

"Por qué nos escandalizamos tanto por algo que llevamos todos dentro. Parece como si yo hubiese inventado la violencia. Si ves los últimos 200 años de España... ¿Jorge Martínez ha inventado la violencia? No, no"

¿Qué es lo que no tengo que decir si me cruzo contigo en un bar? Es que hay gente que la va buscando. No sé por qué estamos hablando de violencia cuando he grabado un disco de puta madre.

Es que la violencia está en tus letras. En las del último disco, 'Rebelión', también. No solo está en mis letras. Está en toda la historia de la humanidad. El Imperio Romano no hubiese existido sin el concurso de las legiones. Y así todo. Es una constante. Por qué nos escandalizamos tanto por algo que llevamos todos dentro. Parece como si yo hubiese inventado la violencia. Joder. Me cago en la leche. Si ves los últimos 200 años de España hay constantes rebeliones, pronunciamientos militares, levantamientos en cuarteles. Entonces. ¿Jorge Martínez ha inventado la violencia? No, no.

Pero no vamos pegándonos por ahí… A lo mejor tú no. Pero, por ejemplo, qué son las leyes. En el espíritu de las leyes siempre está la sombra de una coacción. Es así.

¿Qué es lo que más te irrita de una persona? Yo no combato si no voy a ser agredido.

Ya, la clave es saber cuándo vas a ser agredido. Yo lo sé. Tengo el instinto. Hay un momento en el que se nota la tensión. Es algo animal.

Así es su nuevo disco, 'Rebelión'

Canciones cortas, sonido rudo, mensajes directos. El nuevo disco de Ilegales parece hecho en plena revuelta punk... pero con una calidad en la interpretación que no se tenía entonces. No son tiempos para medias verdades. A Jorge Martínez se lo van a decir. Hay canciones aquí que figuran entre lo mejor en los últimos tiempos del grupo: 'No tanta, tonto', 'Mi amigo Omar', 'Andad de día'... Y después de tanta furia, ahí está el lado sensible de Jorge Martínez: 'El bosque fragante y sombrío', un tema bailable digno de Golpes Bajos para cerrar. Fantástico final.

¿Cuál es el lado tierno de Jorge Martínez? No lo sé, no lo sé. Lo que sé es que soy bueno. Los malos son los otros. Y los buenos estamos obligados a combatir el mal. El mal tiene tanta suerte porque los buenos no combatimos. Por eso le va tan bien al mal. No se puede mimar al mal. La mansedumbre es peligrosa. Los buenos somos muchos más que los malos. Solo que muchos de los buenos deciden no combatir, porque no va con ellos. Va con el vecino. Hasta que un día les toca. Los buenos somos más y más fuertes. Combatamos el mal y eliminémosles.

Cuando te miras al espejo, ¿qué ves? Yo me gusto bastante ¿eh? Porque tengo la valentía de mirar las más oscuras profundidades de mí en busca de canciones. Y me encuentro con todo lo que no me gusta. Y aprovecho los bajones después de una noche de juerga para hacerme autocrítica, lo apunto todo y modifico todas esas cosas que no me gustan.

¿Qué ha sido lo último que has modificado? Debo tener mucho cuidado con lo que digo. Porque a veces puedo levantar expectativas en la gente. Porque se me entienda mal.

¿Has dicho algo en esta entrevista de lo que ya te arrepientas? No, no. Lo que si me parece es que hemos hablado poco de mi disco.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_