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El primer trasplante cruzado a ambos lados del Mediterráneo

España e Italia coordinan el primer trasplante de riñón cruzado internacional del sur de Europa con el intercambio de los órganos de dos donantes vivos

Jessica Mouzo

No hay distancia que valga cuando le va la salud a uno en ello. Mil kilómetros por carretera o un Mediterráneo de por medio, tampoco son suficientes. Y de ello pueden dar buena cuenta las dos personas —una en Barcelona y otra en Pisa (Italia)— que han participado en el primer trasplante renal cruzado internacional del sur de Europa. Los equipos de trasplantes de la Fundación Puigvert en Barcelona y el Ospedale Cisanello de Pisa han intercambiado los riñones de dos donantes vivos para trasplantarlos a dos pacientes compatibles ingresados en sendos hospitales. Donantes y receptores se encuentran perfectamente y ya ha sido dados de alta.

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El trasplante cruzado es una modalidad terapéutica en donación de vivo donde donante y receptor no se conocen. Si bien la donación en vivo suele ser entre familiares, algunas veces stos no son compatibles entre sí. Este sistema permite encontrar parejas de donante-receptor que sí sean compatibles entre ellas y cruzar los órganos para que los receptores puedan ser trasplantados lo antes posible. El primer trasplante cruzado de donante vivo —solo se hace en riñón— se hizo en España en 2009 y desde entonces, se ha intervenido con esta modalidad a 194 personas.

Pero la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que sabía de la necesidad de ampliar el registro de parejas y de hospitales participantes, decidió desplegar un Programa Internacional de Trasplante Renal Cruzado entre los países de la llamada Alianza de Trasplantes del Sur (España, Francia, Italia, Portugal, República Checa y Suiza) para ampliar el abanico de parejas disponibles y aumentar la probabilidad de compatibilidad. Portugal e Italia fueron los primeros países en acudir a la llamada y, en total, los tres estasdos suman ya a la red de parejas participantes más de un centenar.

Y precisamente de este registro salió el primer intercambio internacional fructífero. A través de un programa informático, que cruza los datos para buscar el mayor número de combinaciones posibles, surgió un intercambio entre Italia y España: aquí, una mujer de mediana edad esperaba, en diálisis, su segundo trasplante —el riñón de la primera intervención había durado 20 años—, pero su marido no era compatible; en Pisa, el caso contrario, pues el marido era el receptor y su esposa, la donante, era incompatible con él. "Nos pusimos a trabajan. Primero había que enviar en avión privado la sangre de donante y receptor para ver si eran compatibles. En dos meses los trasplantes estaban hechos", explica el doctor Lluis Guirado, jefe clínico de trasplante renal en la Fundación Puigvert de Barcelona. 

Dos antecedentes de trasplante cruzado internacional

El trasplante renal cruzado internacional ya se había realizado en dos ocasiones. Estados Unidos y Canadá, por un lado, y Austria y la República Checa, por otro, fueron los primeros en aplicar esta modalidad terapéutica más allá de sus fronteras.

"Esto es diferentes. Allí era que un hospital había enviado a una familia para hacer el trasplante. Aquí es un programa internacional, con una red conjunta de parejas", explica Guirado. En este proyecto internacional entre los países del sur de Europa han intervenido las organizaciones nacionales de trasplantes de los tres países, sus respectivos ministerios de sanidad y más de una decena de hospitales —con sus equipos médicos especializados—, que han aportado las parejas que conforman el registro.

La logística, no obstante, se complicaba. "Un avión privado Pisa-Barcelona trajo el riñón, recién extraído a España. Se hizo el intercambio de órganos en la misma escalerilla del avión. Y luego el riñón para nuestro receptor salió en ambulancia del aeropuerto al hospital", señala Guirado. La organización era compleja pero el tiempo era oro: una vez extraído, el riñón aguanta entre 24 y 30 horas, pero cuanto antes se trasplante, las probabilidades de éxito aumentan. La intervención se hizo en menos de seis horas. "Cuando conectamos los vasos sanguíneos, antes de conectar incluso el uréter, el riñón ya estaba orinando. Era un muy buen síntoma", recuerda el médico.

La red internacional cuenta ahora con 113 parejas, la mayoría aportadas por España (79). La intención, no obstante, es ampliar el número de donantes-receptores y los países que entran en el juego. "Se puede hacer mucho más. Por un lado, los países que participan, que lo hagan más activamente. Y España tiene un potencial mayor porque no todos sus hospitales participan en cuanto a trasplante cruzado y hay que crecer a nivel nacional en este sentido", valora Guirado. Francia, Suiza, República Checa y Holanda son los más cercanos —el tiempo influye porque el traslado no ha de superar las seis horas de trayecto— y, según el médico de la Puigvert, también los más interesados en este proyecto.

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Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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