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Marilyn y el metro: la verdadera historia tras la imagen veraniega más famosa del siglo XX

Pertenece a 'La tentación vive arriba', pero la estampa de la actriz refrescando sus piernas con el aire que sale del suelo se ha hecho mucho más famosa que la película

Marilyn Monroe y Tom Ewell en una fotografía publicitaria de 'La tentación vive arriba'.
Marilyn Monroe y Tom Ewell en una fotografía publicitaria de 'La tentación vive arriba'.Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images
Guillermo Alonso

La imagen de Marilyn Monroe refrescando sus piernas en el calor de la noche veraniega neoyorquina aprovechando el aire que sale de las rendijas de los conductos de ventilación del metro tiene dos curiosidades. La primera es que su fama y perdurabilidad han superado a la película en la que esa escena aparecía, La tentación vive arriba (1955). Sí, la comedia es un clásico de Billy Wilder, pero más gente alrededor del mundo conoce la estampa de Marilyn y su vestido blanco que la película.

La escena se rodó dos veces. Una en la calle en Nueva York, en el número 586 de la avenida Lexington, donde el público que se agolpó para ver a Marilyn hizo que el sonido de la escena la hiciese inservible

La segunda es que esa imagen –Marilyn con la falda al vuelo mientras Tom Ewell le observa entre curioso y galán– nunca se llega a ver tal cual en la película. La escena del metro tiene lugar, efectivamente, cuando los dos protagonistas salen del cine y se enfrentan al calor de la noche neoyorquina, pero los planos que narran el momento se dividen entre planos medios de las piernas de la actriz y planos medios de ella reaccionando al viento (“¿No es delicioso?”). Si alguien revisita hoy La tentación vive arriba esperando encontrar ese icónico plano del cuerpo completo de Marilyn con su falda al viento, se quedará con las ganas. 

La imagen ha quedado como un lugar común del verano. Habla de belleza, de deseo prohibido, de calor, de pasar los meses más duros en la gran ciudad y es, además, una de las escenas más eróticas y contenidas que ha dejado el siglo XX. Pero además tiene detrás una historia menos conocida. La fotografía fue tomada por Sam Shaw, fotofija (el responsable de tomar fotografías publicitarias en los rodajes) de la era dorada de Hollywood. Sam y Marilyn se hicieron amigos en 1951 en el set de Viva Zapata. Él era fotofija de la película y ella amante por aquel entonces del director, Elia Kazan. Como Sam no sabía conducir, pidieron a Marilyn que lo trajese y llevase del rodaje todos los días. Así se hicieron amigos.

Un momento del rodaje en Nueva York de la célebre escena del metro de 'La tentación vive arriba'.
Un momento del rodaje en Nueva York de la célebre escena del metro de 'La tentación vive arriba'.Getty Images

Pocos años después, Sam fue el fotofija de La tentación vive arriba. Para entonces, su amiga Marilyn era ya una gran estrella. La familia de Sam ha relatado que la idea de la escena de la falda fue suya. Cuando leyó la escena en el guión (Marilyn y su vecino saliendo del cine y notando el calor de la ciudad) recordó una foto que él mismo había organizado para la portada de la revista Friday una década antes. En ella aparecían un marinero y una joven en Coney Island, jugando en un túnel de viento. El viento movía la falda de la chica, una cualidad que se reflejó en la fotografía e hizo que ese número se agotase inmediatamente. Así que sugirió a Wilder que introdujesen esa imagen en la película.

La escena se rodó dos veces. Una en la calle en Nueva York, en el número 586 de la avenida Lexington, donde el público que se agolpó para ver a Marilyn hizo que el sonido de la escena la hiciese inservible. De modo que se repitió en un plató cerrado en Los Ángeles. Al parecer la escena en Nueva York, con tantos hombres observando con admiración las piernas de Marilyn, provocaron un ataque de celos a Joe DiMaggio, presente también en el rodaje. La pareja se divorció poco después.

Años después la escena ha sido reproducidas e imitada en incontables ocasiones. Es, tal vez, la estampa más famosa de la mujer más famosa del mundo. Una de esas que, con muy pocos elementos, resumen cómo se entendió la celebridad, el erotismo y la moral durante un siglo entero.

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Sobre la firma

Guillermo Alonso
Editor web de ICON. Ha trabajado en Vanity Fair y Telecinco. Ha publicado las novelas ‘Vivan los hombres cabales’ y ‘Muestras privadas de afecto’, el libro de relatos ‘La lengua entre los dientes’ y el ensayo ‘Michael Jackson. Música de luz, vida de sombras’. Su podcast ‘Arsénico Caviar’ ganó el Ondas Global del Podcast 2023 a mejor conversacional.

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