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La vuelta al mundo en memes: de qué se ríen los tuiteros de otros países

Los corresponsales nos explican cómo es Twitter en el resto del mundo

A menudo nos llegan tuits argentinos o estadounidenses, pero por lo general nuestro timeline se centra en el lugar en el que vivimos y en la actualidad que seguimos (o soportamos). Hemos preguntado a corresponsales de EL PAÍS en todo el mundo para que nos cuenten cómo es Twitter en otros países: ¿hacen también chistes sobre políticos? ¿Hay crítica social? ¿Humor absurdo? ¿Tienen más cuidado con temas delicados? Estas son las respuestas que nos llegan desde Alemania, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Reino Unido.

"La sutileza no siempre es su fuerte": Alemania, por Ana Carbajosa

Lo cómico es político… al menos en Alemania. Este país cuenta con un puñado de personajes que diseccionan la actualidad política a golpe de tuit con pretensiones humorísticas. La sutileza sin embargo no es siempre su fuerte.

El presentador de televisión Jan Böhmermann es probablemente el que tiene más tirón. Con sus más de dos millones de seguidores en la red social, Böhmermann, es conocido en el mundo entero sobre todo por una sátira del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que dio pie a un grave conflicto diplomático entre Berlín y Ankara. Otro comediante televisivo que arrasa en esta red social es Dieter Nuhr, con más de 800.000 seguidores y poco dado a hilar fino. Creyó oportuno comentar la boda real británica “Atención, Camilla y Charles tiran de la carroza”.

En la tuitesfera alemana se llevan también bastante los juegos de palabras de imposible traducción. Gustan a cómicos como @friedemannweise, que también echa mano de la política.

"En Argentina predomina más la ironía ácida que el humor llano", por Mar Centenera

Los argentinos son blanco de bromas en toda América Latina por su ego, pero a su vez son también muy autocríticos y no hay problema del que no hagan un chiste. Pocas veces se ha hecho más evidente que cuando parodiaron hasta la saciedad una amenaza de atentado y llenaron Twitter de memes con todo lo que podía asustar a los terroristas de ISIS si llegaban a Argentina. Puede decirse que en Argentina predomina más la ironía ácida que el humor llano.

Los memes son tanto visuales como escritos. Los primeros predominan en el fútbol, una de las pasiones de Argentina. Cada vez que alguno de los grandes equipos pierde, sus rivales llenan la red social de montajes fotográficos para reírse. En las burlas a River, por ejemplo, es recurrente el error ortográfico Riber, en referencia a la temporada en la que descendieron a la B, la segunda categoría del fútbol argentino, y al "fantasma de la B”, que sobrevoló el estadio a bordo de un drone en un superclásico. Al vengarse, los hinchas millonarios suelen acusar a los de Boca de “abandonar”, como hicieran los aficionados locales en un superclásico de 2015 suspendido tras arrojar gas pimienta a los jugadores rojiblancos.

Los argentinos son muy rápidos a la hora de convertir declaraciones políticas en una fuente inagotable de humor. Minutos después de que el presidente Mauricio Macri aconsejara cambiar las bombillas por lámparas LED para ahorrar energía, Twitter estalló con cientos de #MacriTips: “Si cada uno junta todos los cachitos de jabón que van sobrando y los pega entre sí, se puede ahorrar hasta un jabón por mes", “Si te subís al colectivo y haces como que no encontrás la sube, podes avanzar hasta 5 cuadras gratis”, “si se llevan la guita a Panamá ahorran una fortuna en impuestos”, “si empujas el auto, ahorras la nafta y el gimnasio”.

"El humor brasileño ya es inseparable del complejo industrial del meme", por Tom C. Avendaño

En Brasil se habla en portugués, en lenguas indígenas y, más universalmente, en memes. El humor online une a los habitantes del país latinoamericano más que la televisión, la política y hasta el fútbol. Esencialmente porque los memes son, además de un asunto público, la lingua franca con la que se habla del resto de asuntos públicos.

En mayo de 2017, cuando el presidente Michel Temer se vio inmerso en el mayor escándalo de corrupción de su mandato (y han sido unos cuantos), todos los medios brasileños cubrieron a la vez las reacciones de ministros a la noticia y la ingente producción de memes de aquellos días (fue tan sorprendente que poco después el gobierno jugó con la idea de prohibir el acceso a fotos del presidente).

Tuit: El Gobierno va a denunciar a quienes hagan memes de Michel Temer. AJÁ / Imagen: Me río pero estoy preocupada.

Parte de este éxito es que los memes, por fortuna o por desgracia, no divulgan ni adoctrinan. Como casi todo lo que tiene éxito masivo en Brasil (¿en la vida?), sirven principalmente para quitarle hierro a lo que ocurre en el mundo real. En los memes, los políticos son un poco más tontos (Temer, en uno: “Ya me han filtrado audios y cartas, ¿voy a tener que dejar de mandar nudes?”), los dramas un poco más absurdos (“La gasolina alcanza los 6,499 y supera al Santos en la clasificación”) y las víctimas un poco más afortunadas (hay uno que vuelve con cada crisis del gobierno de Temer: “Si yo fuese Dilma [la presidenta que cayó por el impeachment en 2016], iría mañana a trabajar a la sede del Gobierno como si nada hubiese pasado”). Todo esto son señales de identidad del humor brasileño, que ya es inseparable del complejo industrial del meme. Los griegos tenían su mitología, los brasileños tienen esto.

Es posible tomar el pulso a la situación nacional leyendo solo este material. Se sabe que el actual gobierno no contenta a nadie porque no hay ningún chiste viral a su favor. Se puede deducir que el candidato favorito a ganar las elecciones de octubre, según las encuestas más recientes, es un peligroso charlatán racista y ultraconservador porque hay cada vez más bromas de ese tipo (un meme con una mujer: “Solo es violación si me arrepiento después”; “lo único que perdí cuando abandoné el feminismo fueron 14 kilos”). En Brasil la situación no hace ninguna gracia pero chistes hay muchos.

"Una activa fábrica de memes": Estados Unidos, por Antonia Laborde

Estados Unidos tiene 72 millones de usuarios en Twitter. Si fuese un país, ocuparía el puesto número 20 entre los más habitados del mundo. El humor en esta sociedad virtual es diverso, pero predomina el político. Especialmente desde que llegó Donald Trump a la Casa Blanca y arroja una dosis de tuits vehementes que inspiran a los comediantes y a sus detractores. Para ellos fue un triunfo la resolución judicial que le prohíbe al mandatario bloquear a alguien en la red social. Muchas veces vetaba a los que lo mencionaban haciéndose los graciosos, como el caso de la modelo Chrissy Teigen, que fue bloqueada por un chiste como este: "¡Debemos mantener al 'mal' fuera de nuestro país!", tuiteó Trump y ella respondió: "¿A qué hora deberíamos llamar a tu Uber?".

La sociedad tuitera estadounidense cuenta con una activa fábrica de memes. Trabajaron horas extra con el material gráfico que les llevó de la cumbre G7.

Capítulo aparte merece el llamado weird Twitter (Twitter extraño), un concepto que se originó en Estados Unidos en 2010 y que a menudo se describe como "un estilo intencionadamente erróneo de comedia idiota”. Los tuiteros de esta comunidad escriben con errores casi imperceptibles o mensajes subliminales, desafiándose entre ellos a ver quién los descubre. Es otro tipo de humor, por lo general más alejado de la política.

SEÑORA, imagine esto: dentro de 15 años, tu hijo va a batear. Tu hija está animándole desde la grada. No sabes dónde está tu marido, te preocupa que se pierda el partido. De repente, un descapotable pequeño y rojo aparca al lado del campo. Es tu marido, Stuart Little.

"Entre los 10 franceses más seguidos en Twitter, la mitad son humoristas", Silvia Ayuso

Definitivamente, Francia no es, como España, un país de memes ni el más activo en las redes sociales cuando se trata de hacer bromas. Pero no es por falta de internautas: el 58% de los franceses —38 millones de usuarios activos— tiene abierta alguna cuenta en una red social, aunque Twitter no es, ni de lejos, la más popular.

Quizás ahí resida la respuesta de por qué la red no se llena de memes cada vez que sucede algo que, en países como España, en seguida provocaría hilos sin pausa de bromas políticas o sociales. O quizás sea porque los franceses prefieren dejarle el humor a los profesionales: el tercer francés más seguido en Twitter (tras David Guetta, con 22,2 millones, y Karim Benzema, 8,4 millones) es un humorista y youtuber, Cyprien, que suma 8,2 millones de seguidores.

De hecho, entre los 10 franceses más seguidos en Twitter, la mitad son humoristas como Gad Emaleh, Jamel Debbouze o Norman, además del citado Cyprien. Con unas cifras de seguidores que ya quisiera para sí el hipertuitero presidente Emmanuel Macron, que se queda en tres millones de seguidores.

"Los italianos convierten la mínima anécdota en algo rocambolesco y divertido", por Lorena Pacho

La esencia de Twitter conjuga muy bien con la filosofía del humor transalpino, propenso a las clásicas battute, ocurrencias y barzellette, chascarrillos: frases cortas, directas y punzantes que rebosan sarcasmo e ironía. Habitualmente predomina el humor político y social y las redes están repletas de memes, sobre todo escritos. Se presta especial atención a no caer en mensajes que puedan tener connotaciones racistas, sobre todo en lo que se refiere al tema de la inmigración.

En esta red social se pone de manifiesto la capacidad de los italianos para convertir la mínima anécdota en algo rocambolesco y divertido. Saben aliñar con un toque de comicidad la tragedia y reírse de sí mismos, con un humor mordaz y ágil. Por ejemplo, estas navidades el ayuntamiento de Roma colocó un árbol en el centro de la ciudad de aspecto seco y descuidado. Inmediatamente los romanos lo apodaron “Spelacchio”, algo así como despeluzado o pelado y le crearon una cuenta de Twitter. El suceso tuvo tanto seguimiento que en la calle no se hablaba de otra cosa. “Ave Virginia, morituro te salutat”, se despedía el abeto desde las redes de la alcaldesa cuando está confirmó que lo habían dado oficialmente por muerto.

Cuando se convocaron elecciones para el pasado marzo y comenzó la campaña electoral, los tuiteros estuvieron rápidos y se percataron de que la inmensa mayoría de las propuestas consistían en abolir leyes que habían aprobado los Gobiernos anteriores, así que lanzaron el hashtag #AbolisciQualcosa (#derogaAlgo) y comenzaron a proponer todo tipo de salidas disparatadas, como los lunes, el inicio de la cinta adhesiva, a los que visualizan los mensajes y no responden, los haters en las redes sociales… “Aboliremos el uso de la panceta en la carbonara”, decía un usuario haciendo gala del gran tirón que tiene también la gastronomía en cualquier tema que se precie.

Incluso cuando Suecia eliminó a la selección nacional de la clasificación para el Mundial de Rusia tampoco faltaron las bromas en las redes y eso que en Italia el fútbol es un elemento sacrosanto y la derrota se vivió en la calle como una especie de drama nacional.

"¿Por qué haces memes después de un terremoto? Porque soy mexicano", por Darinka Rodríguez

El uso de redes sociales ha potenciado el sentido del humor del mexicano ante cualquier evento de actualidad. Twitter, en particular, es un repositorio de bromas, memes y chistes gráficos creados al calor del momento. El mexicano ríe de todo: de los procesos electorales, los espectáculos, los deportes y casi cualquier cosa.

Aprovechar la efervescencia de los acontecimientos en Twitter también juega malas bromas. El humor puede pasar de lo gracioso a lo incorrecto en un santiamén. Tan solo basta recordar la serie de sismos ocurridos en septiembre de 2017. Desde un bolillo para el susto o una foto de las personas colocándose croquetas en la pijama para que Frida, la perra rescatista de la Marina, los pueda encontrar entre los escombros. ¿Por qué haces memes después de un terremoto? Porque soy mexicano, como decía Guillermo del Toro: "Cuando tomas en cuenta la oscuridad para contar la luz, es la realidad".

"Pocas cosas hay sagradas para el humor británico", por Pablo Guimón

El humor británico ha encontrado en Twitter un valiosísimo aliado. Se habla incluso del concepto British Twitter, un fenómeno online que se produce cuando personas, bromas y observaciones típicamente británicas se convierten en virales. Los chistes sobre la deprimente meteorología local o la no menos miserable comida procesada de los supermercados son inevitable carne de retweet. La cuenta Very British Problems, cuya documentación de “problemas muy británicos” ha dado lugar a un programa de televisión y tres libros, es un buen ejemplo.

Mira, olvidemos esto. Traducción: lo recordaré hasta el día de mi muerte.

Pocas cosas escapan al humor británico en Twitter. Incluso los eventos más dramáticos se convierten en objeto de bromas, que levantan el estado de ánimo del país. Sucedió, por ejemplo, tras los terribles ataques terroristas del año pasado. Tras el atentado de Manchester, que dejó 23 muertos, el nivel oficial de riesgo por ataque terrorista subió a “crítico”, el más alto de la escala. Y en Twitter se celebró con el hashtag #BritishThreatLevels. “Somos británicos. No nos puedes asustar hasta que el nivel de riesgo suba a lo siento, solo queda desayuno continental”, decía un usuario.

Pocas cosas hay sagradas para el humor británico. Ni siquiera la propia reina se libra. Su perfil falso Elizabeth Windsor tiene nada menos que 1,58 millones de seguidores, y se dedica a comentar la actualidad real y plebeya. La visita de las reyes de España el año pasado no escapó a su colmillo afilado. “Mañana llevaremos al rey de España de viaje en un barco con suelo de cristal para que pueda pasar revista a la Armada española”, tuiteó.

En China no hay Twitter, pero hay Weibo

Xavier Fontdeglòria. El humor en Weibo, una plataforma en China que funciona similar a Twitter, llega hasta donde las autoridades lo permiten. La línea roja ha estado siempre en los atisbos de crítica política de forma directa o indirecta, aunque últimamente los censores son especialmente sensibles a cualquier contenido que se considere contrario a los ideales que el Partido Comunista quiere para la sociedad. Los internautas chinos han sido muy prolíficos y diligentes a la hora de crear y difundir memes, chistes y sátiras políticas, en algunos casos sorteando la censura, pero muchos terminan eliminados si se hacen virales no solo por incluir un contenido potencialmente peligroso, sino en ocasiones por haber sido ampliamente compartidos.

Los asuntos más comentados son generalmente o bien curiosidades y temas inocuos o bien historias que han sido aupadas a lo más alto por los propios reguladores. El 20 de mayo, por ejemplo, destacó entre los internautas la apertura de la cuenta oficial en esta red social del Ejército chino. En este último caso, uno de los comentarios más compartidos hacía referencia al hecho de que las fuerzas armadas "deberían haber fechado su primer mensaje desde Taipéi", en referencia a los crecientes roces entre China continental y Taiwán. Mitad humor negro, mitad nacionalismo.

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