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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La primera infancia en la agenda del G20: una oportunidad histórica para construir el futuro

El Gobierno argentino ha incluido la inversión en edades tempranas dentro del foro de las economías más poderosas del mundo, lo que supone un gran paso, en opinión del representante de Unicef en el país

Los países invierten aun relativamente poco en primera infancia en comparación con otras prioridades de desarrollo.
Los países invierten aun relativamente poco en primera infancia en comparación con otras prioridades de desarrollo.Patrick Haar (UNICEF Argentina )
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Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) solo será posible si se aseguran condiciones de equidad desde los primeros años de vida y se asegura el mejor comienzo para cada niño y niña. Así lo reconoció la comunidad internacional en su Agenda 2030, algo que ha sido posible gracias a la creciente evidencia de la neurociencia, entre otras disciplinas, sobre la importancia de los primeros años de vida durante los cuales ocurren procesos fundamentales para el desarrollo de los más pequeños.

Los beneficios económicos de la inversión en la primera infancia y su efecto multiplicador hacia la construcción del capital humano se vuelve un argumento atractivo y contundente para incidir en la agenda de las políticas públicas. Se estima que, en promedio, el retorno por cada dólar invertido en programas de calidad para la primera infancia puede ser de entre seis y 17 dólares. Además, invertir en ella tiene un impacto positivo en la reducción de las brechas de género, al permitir la promoción de una distribución más justa de las tareas de cuidado (que hoy recaen principalmente sobre las mujeres) y mayores oportunidades de inserción laboral formal y formación para las mujeres.

A nivel individual, las intervenciones en programas y servicios de calidad en esta edad temprana tienen el potencial de revertir las desigualdades que los niños y niñas enfrentan al nacer, y fomentar su máximo potencial cognitivo y socio-emocional. A pesar de esto, los países invierten aun relativamente poco en primera infancia en comparación con otras prioridades de desarrollo y las intervenciones a nivel nacional y mundial siguen siendo fragmentadas y poco sistemáticas.

En este contexto, el G20 —el foro de las 19 economías más grandes del mundo y los gobiernos más influyentes, más la Unión Europea— tiene un papel fundamental en crear consenso y reposicionar la agenda internacional. La presidencia argentina del G20 ha incorporado por primera vez la inversión en primera infancia dentro de los temas a discutir este año para contribuir al desarrollo y a la economía global. Su sola inclusión es un gran paso y una indicación política de una clara visión sobre la importancia de la inversión en donde el retorno en términos de capital humano, es más grande.

Se estima que, en promedio, el retorno por cada dólar invertido en programas de calidad para la primera infancia puede ser de entre seis y 17 dólares

Aún quedan meses de trabajo antes de la reunión de los líderes del G20 entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre próximos, pero la contundencia de la evidencia y la seriedad con que se está llevando el análisis justifican la esperanza de poder tener un mensaje fuerte y compromisos concretos para la primera infancia. El costo de la inversión es asequible en términos económicos: en muchos países, los servicios existentes pueden ser expandidos para proporcionar intervenciones de desarrollo infantil temprano por tan solo medio dólar adicional per cápita anualmente. Por el contrario, el costo de la inacción es alto en términos de oportunidades perdidas. La falta de nutrición adecuada, cuidado y de estimulación erosiona el potencial individual y afecta el desarrollo de la sociedad entera.

EL G20 de 2018 y la inspiración del Gobierno de Argentina demuestran que estos tiempos globales de grandes desafíos e incertidumbre internacional pueden y tienen que ser tiempos de grandes compromisos, de liderazgo colectivo y de firme voluntad política hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a partir de la inversión en la niñez y la primera infancia en particular. Esta es la semilla preciosa y fructífera del mundo que todos queremos.

Unicef trabaja para asegurar la supervivencia de los niños y el ejercicio pleno de todos sus derechos —ya de por sí fundamentales— y para que la primera infancia se vuelva una prioridad política en cuanto área de inversión hacia el desarrollo humano y económico de las sociedades. Renovamos nuestro compromiso a acompañar la comunidad internacional en este camino de inversión social hacia la infancia. Para cada niño, el mejor comienzo.

Roberto Benes es representante de Unicef en Argentina.

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