
Ya no tendría por qué ser extraño ver una mariposa cruzando por un paso de peatones y sin embargo todavía nos sorprende. Seguimos su vuelo con la mirada y esperamos a comprobar que por fin reposa en alguna hoja, o planta o lo que sea de color verde.
La ciudad no es fácil para una mariposa pero con un poco de suerte su calidad de vida cambiará en breve. Una iniciativa del CREAF (Centre de Recerca Ecológica i Aplicacions Forestals) en Barcelona financiada por la Fundación Biodiversidad, quiere seguir el curso de las Mariposas Urbanas, localizarlas, experimentar sus hábitos y conocer en qué parques prefieren estar y en cuáles mejor no revolotear.
Ha nacido el Primer Observatorio Ciudadano de Mariposas Urbanas. Y es ciudadano porque la propuesta necesita de nuestra ayuda de voluntariado en Madrid y Barcelona. Se activa dentro de poco y propone hacer seguimiento en 54 jardines de las dos ciudades.
Lo único que necesitamos es algo de compromiso durante unas semanas y asistir a un cursillo para aprender a identificarlas y anotar su localización. Para hacerlo posible el CREAF ha preparado una App específica en la que compartir las experiencias y colgar las fotografías y los datos
Se calcula que en nuestros jardines hay hasta 49 especies diferentes de mariposas, pero ¿cómo es su hábitat?
Como las abejas, las mariposas son también un buen indicador del grado de contaminación que nos rodea, si ellas sobreviven es probable que nuestra vida también. Si hay mariposas y abejas quiere decir que hay más vida verde a la vista, que además no hay químicos en nuestros parques y jardines y que la contaminación del aire no llega a extremos más que preocupantes.
Se calcula que en nuestros jardines hay hasta 49 especies diferentes de mariposas, pero ¿cómo es su hábitat? ¿Por qué eligen un lugar y no otro? ¿En qué número y variedad han aumentado en Barcelona ahora que ya no se fumigan las zonas verdes con glifosato? Conocerlas mejor nos hará entender la biodiversidad urbana y fomentará la creación de un indicador para evaluar la calidad de la zona verde. Cuando se tengan los datos recopilados no será difícil recomendar cómo crear pequeños o grandes Oasis de Mariposas en la ciudad.
Ciertamente la vida de ciudad no es fácil para una mariposa, muchas mueren cruzando de un jardín a otro, otras tan solo se alimentan de un tipo de planta y por eso están en peligro de extinción, algunas como la Vanessa Atalanta, migrantes y hermosas, llegan de lejos y encuentran entre el cemento alguna zona de descanso. Las denominadas blanquitas comen un poco de todo y son las más comunes en ciudad. Ojalá pronto ya no se nos hará extraño ver a una mariposa cruzar junto a nosotros el semáforo y así, acompañándola hasta su destino, quizás descubramos un lugar en el que poder rebajar el tempo y la presión de la vida y la contaminación urbana. ¿Te apuntas a facilitar la creación de este Primer Observatorio de Mariposas Urbanas?
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