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Coordinado por Lola Huete Machado
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África derriba fronteras

44 países de la Unión Africana firman un acuerdo de libre comercio en el camino hacia un mercado común de 1.200 millones de personas

José Naranjo
Los jefes de Estado y Gobierno durante la cumbre de la UA celebrada el pasado 21 de marzo en Kigali.
Los jefes de Estado y Gobierno durante la cumbre de la UA celebrada el pasado 21 de marzo en Kigali.AFP

África dio la pasada semana un paso significativo hacia el sueño de la integración, de la creación de un espacio económico común, de derribar las fronteras internas, de rescatar, en fin, la vieja idea de algunos de los padres fundadores de la época de las independencias, como Kwame Nkrumah o Haile Selassie, de construir una África federal fuerte y unida. Este miércoles, la cumbre de jefes de Estado de la Unión Africana reunida en Kigali aprobó la creación de una Zona de Libre Comercio Continental (ZLEC) sin barreras aduaneras. Es sólo un paso y aún hay que derribar muchas reticencias, pero los países africanos parecen, ahora sí, convencidos de la necesidad de avanzar en esta dirección.

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El acuerdo fue firmado por 44 de los 55 países miembros. Se quedaron fuera del mismo Benín, Botsuana, Burundi, Eritrea, Guinea Bissau, Lesotho, Namibia, Sierra Leona, Zambia y las dos grandes potencias económicas continentales, Nigeria y Sudáfrica. Estas dos ausencias son las más llamativas. Sólo tres días antes de la cumbre se supo que Abuja se bajaba del carro cuando el presidente nigeriano, Mahamadou Buhari, sometido a fuertes presiones por parte de grandes empresarios e industriales, pedía más tiempo para negociar con el sector privado de su país. Sudáfrica, por su parte, justificaba su rechazo ante la necesidad de estudiar con detalle las consecuencias jurídicas del acuerdo.

Son varios los puntos de bloqueo. En primer lugar, la elección de la sede del secretariado permanente de la ZLEC que muchos jefes de Estado quieren lejos de Adis Abeba para zafarse del control de las estructuras burocráticas de la UA, algo visto con malos ojos por parte de los altos funcionarios del organismo panafricano. Asimismo, está el gran problema de los acuerdos económicos entre los estados miembros y sus socios internacionales, sobre todo la Unión Europea, que se verán afectados. Y detrás de todo existe el temor de las dos locomotoras africanas de que sus empresas pierdan competitividad a corto plazo cuando los mercados se abran y caigan las barreras aduaneras.

"El continente que fue repartido y dividido en Berlín ha decidido unirse", dice Issoufou

Aunque Pretoria lo considera demasiado precipitado, la fecha para la puesta en marcha del acuerdo firmado ayer es enero de 2019. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el gran impulsor de este acuerdo, el presidente nigerino Mahamadou Issoufou, lleva dos años trabajando en la convergencia. Tras la cumbre de Kigali se mostraba eufórico en una entrevista a Jeune Afrique: “Es un hito histórico para África, para el continente que fue dividido, repartido y debilitado hace 133 años en Berlín y que ahora ha decidido integrarse y unirse. Son 84.000 kilómetros de fronteras, 84.000 kilómetros de obstáculos que hacen que los intercambios entre estados africanos no representen hoy más que el 17% de todos los que se realizan en nuestro suelo”.

Pese a las desconfianzas mostradas por algunos, el proceso está en marcha. La próxima cumbre de la UA, que se celebra el próximo mes de julio, servirá para evaluar los avances. Dos puntos se presentan como necesarios, limar los aspectos jurídicos y los casos particulares de cada país, pero también poner en marcha una amplia campaña de información a la ciudadanía. “La integración se debe hacer a dos niveles, por arriba pero también por abajo. Hace falta que los ciudadanos se apropien de este proyecto tanto como los líderes económicos. Creo que en este sentido hay un enorme trabajo de sensibilización a hacer en países como Nigeria”, asegura Issofou.

Nigeria y Sudáfrica, las dos potencias continentales, estudiarán a detalle su ingreso

La idea de un inmenso mercado de 1.200 millones de personas genera tanta ilusión como miedos, tantas expectativas como reparos, e implica necesariamente la mejora de las comunicaciones terrestres. La referencia de la Unión Europea está muy presente. Además del acuerdo de libre comercio, 27 países firmaron un pacto sobre la libre circulación de personas. El presidente de la comisión de la Unión Africana, el chadiano Moussa Faki Mahamat, considerado por este blog uno de los africanos del año 2017 y auténtico arquitecto en la sombra de este proceso de integración, se mostró especialmente orgulloso de lo logrado. “Es importante que los africanos dejen de ser extranjeros en su propio continente mientras otros circulan libremente", dijo, según informa Europa Press.

El presidente de turno de la UA, el ruandés Paul Kagame, puso el acento en que tanto los países africanos como sus socios externos tendrán un mercado más amplio y "beneficioso para todos". Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aplaudió el acuerdo y destacó que supone un paso hacia la paz y la prosperidad. Mediante un comunicado, destacó que “es un paso importante para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir la agenda africana sobre paz y prosperidad", al tiempo que ha resaltado que la ONU "está preparada para apoyar al continente" en la puesta en marcha del proyecto.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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