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A ver, 2018, que vamos a pedirte unas cuantas cosas

Para este 8 de marzo, 17 mujeres cuentan qué quieren este año en la lucha feminista

Somos la mitad de la población. Más o menos. Eso son más de 3.500 millones de mujeres: más de 3.500 millones de puntos de vista, de necesidades, de pasados y futuros, de luchas, de aspiraciones. El feminismo existe para poner perspectiva a todas y cada una de esas mujeres, con todas sus particularidades y sus diferencias. Hemos reunido a algunas para que nos cuenten qué le piden a 2018.

Mary Beard, académica

Mary Beard (Reino Unido, 1955) es una académica británica especializada en estudios clásicos y catedrática de la universidad de Cambridge. Beard ha dedicado toda su vida al estudio de la antigua Roma y ha escrito numerosos libros sobre el tema, el último y uno de los más conocidos es SPQR: Una historia de la antigua Roma. Además de una reputada clasicista, Beard es reconocida a nivel internacional por su compromiso con la lucha feminista. En su libro Mujeres y poder reflexiona con ironía sobre el papel de la mujer en la historia, de Penélope a Theresa May o Hillary Clinton, explorando los fundamentos sociales de la misoginia y cómo las mujeres son sometidas al patrón masculino cuando alcanzan las cotas más altas de poder.

Rocío Sáiz, productora y artista

Rocío Sáiz (Madrid, 1991) no es solo la cantante de Las Chillers, también es productora, dj y, dice, “agitadora social”, por algo forma parte de MIM (la asociación de mujeres en la industria de la música). Cree que tampoco es tan difícil. Que "solo" queremos las mismas posibilidades, ser consideradas por nuestras capacidades, poder acceder a los mismos puestos de responsabilidad bajo los mismos criterios y queremos cobrar lo mismo por el mismo trabajo. La cantante se queda pensando: "Bueno, igual sí es tan difícil. Pero también es lo lógico". Sí, lo lógico sí que es. Con 24 años y siendo jefa de producción, todavía le dicen que no se puede subir a uno u otro sitio, tiene que discutir todo el día a todas horas para que la escuchen y, cuando ellos ya consideran que la respetan, le piden que les lave el coche. Ella no se cansa. "El momento llegará, mientras, damos la pelea. Vamos que si la damos".

Alhambra Nievas, árbitro de rugby

A Alhambra Nievas (Beas de Granada, 1983) nunca le han atraído los retos fáciles. Quería ser astronauta y en un intento por no cerrar del todo las puertas al espacio decidió estudiar Telecomunicaciones, pero el rugby, un deporte del que prácticamente no había oido hablar hasta que llegó a la Universidad de Málaga, le generó curiosidad y quiso probarlo. Tras una etapa como jugadora, hoy Nievas es el único árbitro (prefiere la terminación masculina a la femenina) de la Federación Española de Rugby que se dedica a tiempo completo a su profesión. Trabaja también con la World Rugby desde 2014 y entre sus tareas más destacadas, tuvo la oportunidad de pitar la final femenina de los Juegos Olímpicos de Río. “Fue la experiencia más importante porque estar en unos Juegos era un sueño desde niña”. De pequeña, Alhambra devoraba la competición olímpica por televisión. Por aquel entonces jugaba al tenis y se imaginaba algún día en la pista como Arantxa Sánchez Vicario. “Se unió la etapa de jugadora y la de árbitro, toda la pasión, el trabajo y el sacrificio”. En 2016 fue elegida mejor árbitro del año, pero además de los premios, lo más gratificante para ella es ver que su trabajo ha servido de ejemplo a otras mujeres que han cambiado su mentalidad. “En los comienzos, mi madre llegó a pedirme que lo dejara”. El rugby le quitaba tiempo a sus estudios y el segundo año en la universidad aprobó muy pocas asignaturas. “Un día una chica se me acercó y me dijo que su madre quería que fuese como yo, que se dedicara al arbitraje”. Aunque asegura que nunca ha tenido grandes obstáculos en su carrera, sí reconoce que ciertos comentarios al principio la llevaron a plantearse si quería seguir ese camino: “Algunas personas utilizaban el argumento fácil contra la discriminación positiva: tú lo estás consiguiendo antes por ser mujer. No valoraban las capacidades”.

Amanda Figueras, periodista

Amanda Figueras (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1978), acaba de publicar Por qué el islam (Ediciones Península) estudió Periodismo en Madrid y Lisboa; tras concluir la carrera, trabajó más de diez años en la redacción de El Mundo y elmundo.es. En este último medio, entre otras tareas, fundó y lideró una sección de información sobre la Unión Europea. Durante su etapa en la sección de Internacional fue enviada especial en numerosos países como Japón, Kazajistán, Noruega o Qatar. Además, ha colaborado como periodista independiente en diversos medios de comunicación y es becaria del programa de Alianza de Civilizaciones de la ONU y forma parte del Foro Abraham para el Diálogo Interreligioso e Intercultural.

Alicia Holgado y Paula JJ, artistas

Alicia Holgado y Paula JJ son la batería y la cantante de Las Odio. Ambas comparten el gusto por la "mugre" cinéfila de los 60 y el pasado en Dúo Divergente. Paula recuerda a su padre poniéndole Casi me mato de Barón Rojo, también recuerda que tocaba muy mal el violín. Es guionista y Sharknado 4 le parece un plan de resaca perfecto. Alicia se mueve en el mundo audiovisual y la producción cultural y acumula cuatro años de piano. Las primeras canciones que aprendió fueron del Dúo Dinámico, le gusta Concha Velasco y algo de Landa.

Elena Betes, emprendedora

Elena Betés (Ottawa, Canadá, 1977) predica con el ejemplo, la clave para conciliar vida personal y profesional y la premisa, en su opinión, para lograr la igualdad entre hombres y mujeres. Ella, fundadora del comparador de seguros Rastreator y actualmente consejera delegada de Preminem, nunca sale de la oficina más tarde de las 16:45, afirma. Usa la flexibilidad laboral con responsabilidad y asegura que el equilibrio es clave para ser jefa. Eso sí, avisa de que es más fácil conseguirlo en una empresa “que tiene sus propias reglas porque la hemos creado nosotros”. Pero sabe muy bien que el techo de cristal existe y precisamente para evitarlo se hizo emprendedora. Betés inició su carrera como auditora en la desaparecida Arthur Andersen, donde la cultura de la presencia para demostrar compromiso estaba plenamente extendida. Para luchar contra ella cursó un máster en Administración de Empresas (MBA) y montó su primera empresa. También hace unos meses nombró a una directora general mientras estaba de baja maternal. “Para que lo vean las mujeres”.

Mariana Díaz, abogada

Mariana Díaz Figueroa (Oaxaca, México, 1987) es abogada mexicana, profesora en Protección Internacional de los Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, México) y en Derecho Electoral por el Instituto Prisciliano Sánchez del Tribunal Electoral del Estado de Jalisco; es experta en materia de derecchos humanos y forma parte de la asociación Transversal, acción sobre los derechos de las personas con discapacidad. Colaboró en la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR México). Es académica de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es autora de diversos artículos en materia de derechos humanos y derecho electoral. Además, su causa abrió jurisprudencia en el Tribunal Superior de Justicia de México: "Denuncié a la empresa que me discriminó por ser una persona con discapacidad y, tras diez años de proceso, conseguí que la justicia mexicana dictara sentencia a mi favor". Tenaz y paciente, sabe que las necesidades de las mujeres con discapacidad no son nunca contempladas, y menos desde una perspectiva de género. "Y créeme que son muy distintas a las de un hombre con discapacidad o a las de cualquier mujer sin discapacidad".

Mila Villaverde Pérez, jubilada

“Desde que tuve conciencia de que soy mujer, soy feminista”. Son palabras de Milagros Villaverde Pérez (Madrid, 1941), una mujer independiente y adelantada al tiempo que le ha tocado vivir. No solo por sus firmes convicciones sobre la igualdad, sino por su constante afán de superación y el empuje que imprime a su alrededor. En su día estudió Bachillerato Superior, tuvo tres hijos y trabajó en unos laboratorios farmacéuticos hasta que a los 50 años aprobó unas oposiciones, recuerda orgullosa, para así integrarse como administrativa en un centro de salud. Hoy está jubilada, tiene cinco nietos y un sexto que viene en camino, se apresura a decir, a los que cuida junto con su marido Martín, y continúa asistiendo a clase en la Escuela de Adultos de San Federico para aprender lo que no pudo estudiar en su momento. Es una de sus voces más potentes.

Laura Baena, fundadora de Malasmadres

Todo empezó con un grupo de Facebook, en el que unas cuantas madres contaban con humor e ironía su experiencia. Mostraban un lado de la maternidad que, aunque ahora cada vez es menos tabú, era difícil de escuchar hace unos años: que la maternidad no es todo el rato bonita y que es imposible ser una madre perfecta a tiempo completo. Así nació el Club de las Malasmadres, liderado por Laura Baena, publicista. La iniciativa fue creciendo y el proyecto cuenta ahora con una comunidad de más de 300.000 personas en Facebook y una página web. Han pasado de ser un lugar para poner en común experiencias a convertirse en colectivo que también visibiliza aspectos de la maternidad que antes no se decían en voz alta. Baena y sus compañeras han lanzado varias iniciativas con las que las malasmadres quieren visibilizar, especialmente, el reto de la conciliación dentro y fuera del hogar. Y el frenazo a la carrera laboral que supone para muchas mujeres tener hijos. #YoNoRenuncio es uno de sus lemas favoritos. Eso, y que los #MalosPadres sean conscientes de su responsabilidad.

Alana Portero, escritora y directora de teatro

Esta madrileña decidió hace un año que ya era insostenible vivir más tiempo una vida que no era la suya. Portero por fin tenía fuerzas para afrontar su tratamiento de cambio de sexo. A los 38 años se convirtió en la mujer que hoy no duda en pedir al feminismo que siga siendo transversal e inclusivo, fomentando la unión de todas las mujeres frente al patriarcado. La escritora ha estado años en paro y ahora tan solo enlaza trabajos esporádicos y precarios. Su caso no es aislado, es lo normal en este colectivo en el que la tasa de paro es del 85%. Pero este dato es solo la punto del iceberg de un problema que está mucho más arraigado, la exclusión laboral y social es una realidad en el día a día de las personas trans. Un mercado laboral hermético condena a este colectivo a no poder dar un paso al frente, a no poder vivir con normalidad y a que sean incapaces de emanciparse.

Rozalén, música

María Rozalén (1986) es una cantautora y compositora de Letur, un pequeño pueblo encallado en la sierra del Segura. En 2011 llegó a Madrid con la intención de completar sus estudios de Psicología con un máster en Psicopedagogía. Fue en la capital donde comenzó a despuntar como artista, primero cantando en bares como El Rincón del Arte y Libertad 8, y después trasladando su arte a YouTube, donde su primera canción 80 veces —que interpreta junto a Beatriz Romero, que traduce las letras a lengua de signos— alcanzó las 10.000 visitas en tan solo una noche. En su última obra, La puerta violeta, Rozalén canta la historia de su familia, pero también dedica una canción a todas esas mujeres que quieren desencadenarse del machismo y cruzar la puerta violeta que las libere.

Mireia Pujol-Busquets i Guillén, empresaria y madre

Mireia Pujol-Busquets i Guillén, (Badalona, 1985), es licenciada en Biología, especializada en Fisiología Vegetal y Ecológica. Tiene un master en Agricultura Ecológica y es somelier por la escuela de Turismo de Barcelona. Antes de ser adjunta a la dirección general de las bodegas Alta Alella, trabajó en el programa medioambiental de Naciones Unidas en Tailandia. Es la primera mujer de su familia que se dedica a la agricultura y desde hace más de un año es madre de un niño llamado Martí.

Sonia Gómez, auxiliar de cocina

Sonia Gómez Tapia, madrileña, tiene 28 años y tres hijos de 11, 9 y 7 años, de su primer marido, con quien se casó a los 16 años. Está embarazada del cuarto, con su nueva pareja. Ambos están en paro. Ella quiere hacer realidad sus sueños. Asiste a un curso de auxiliar de cocina en la ONG Candelita de Vicálvaro, Madrid. “He perdido mi juventud en casa, limpiando y fregando. Mis niños son mayores y quiero sentirme útil”, dice con mucha expresividad. La separación de su primer marido no fue fácil, pero no quiere hablar de ello. “He pasado mucho, pero ahora estoy bien y quiero buscar un trabajo y sentirme valorada”. Lo tiene muy claro y lo expresa a borbotones, aunque la cámara le imponga tanto que solo le salgan dos frases: que no haya machismo, que no haya racismo. Sonia es gitana.

Eva Martín, estudiante de bachillerato

No hay medias tintas en el universo de Eva Martín Nieto, 17 años, nacida en Bilbao, algo que lleva muy a gala. Sabe lo que quiere y lo defiende, sin importarle dónde y con quién. Sus amigos y amigas son del barrio, pero también están en la red y en los grupos feministas y LGTBI. En el instituto la han llamado muchas cosas por su aspecto, pero ella se ha sacudido las críticas como si no fueran más que molestas gotas de agua. Jamás ha dudado de sí misma ni ha tenido dudas de quién es. Inteligente, segura y difícil de domesticar, pero con una risa contagiosa y toda la vida por delante, caiga quien caiga.

Maite Sánchez Llorente, agricultora

Nació en Barrado (Cáceres) hace 41 años. Participó de la agricultura familiar mientras duraron sus estudios, algo que entonces era muy común y hoy no tanto. Se matriculó en FP en un grado de Técnica Electrónica y era la única alumna de su clase. Más tarde completó sus estudios de Ingeniería Técnica de Electricidad que le proporcionaron varios trabajos en diferentes empresas del ramo en Madrid, hasta que llegó la crisis. Como nunca le faltaron ganas de volver al campo cambió los madrugones y los largos trayectos en la capital por el tractor y el aire puro del Valle del Jerte. Otra vez al lado de los cerezos, los olivares, castaños e higueras. Y junto a los suyos. No es la única que ha vuelto al mundo rural en estos años. La vida es más tranquila, sin jefes ni atascos, pero su mirada está ahora siempre pendiente del cielo.

Eva Morales, pedagoga

Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense. Sus líneas de acción son una constante unión entre la educación, el arte, la investigación y la crianza. Una de sus líneas de trabajo es la pedagogía feminista como estrategia educativa para abordar una educación más inclusiva y igualitaria. En estos momentos desarrolla desde esta perspectiva la revisión de la identidad de género. Actualmente algunas de sus acciones son la dirección y codiseño del curso de profesorado online Yo, tú, él, ella… conciencia de género en los contextos educativos. Cómo educadora he trabajado en diversas instituciones, en el Museo Thyssen-Bornemisza y la facultad de Bellas Arte de la UCM. Como artista he desarrollado diferentes proyectos y expuesto en Matadero Madrid, Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Como investigadora ha colaborado en los proyectos Perspectivas. Situación actual de la educación en los museos de artes visuales y Esto No Es una Clase. La labor de cuidados la he ejercido siempre consigo misma y su entorno, y desde hace 6 meses de forma intensiva con su hijo Teo.

Lucía Mbomio, periodista

Lucía Asué Mbomío Rubio (Madrid, 1981) es licenciada en Ciencias de la información (Universidad Complutense de Madrid), diplomada en Guión y Dirección de documentales (Instituto de Cine de Madrid), Máster en Desarrollo y Ayuda Internacional (Universidad Complutense) y doctoranda en Antropología y Comunicación ( Univerisad Rovira Virgili) . Ha dirigido documentales y trabajado como reportera en Telemadrid, Antena 3 y TVE1, en programas como Madrid Directo, Españoles en el Mundo o Aquí la tierra de Tve1. También pasó por la Televisión de Guinea Ecuatorial, TVGE, donde realizó varios reportajes de índole cultural o social y guionizó la primera serie de dibujos animados del país. Colabora en Afroféminas, Mundo Negro, Negrxs magazine (negres) y Píkara, tiene un canal de YouTube base de su investigación sobre representación y construcción identitaria de la población negra en España llamado Nadie nos ha dado vela en este entierro y es la autora de Las que se atrevieron, un libro en el que habla de mujeres españolas que en los años 60 y 70 se casaron con hombres negros. En la actualidad, combina sus labores periodísticas con las de docencia y divulgación en espacios como el Festival Afroconciencia, la Universidad de Zúrich, la de León, la Complutense, la de Münster, la Escuela Diplomática de Madrid o el Congreso de los Diputados… En 2013 fue una de las 30 afroeuropeas según la lista Thompson Reuters (Lloyds Banking Group ).

Gracias, de verdad, de las hondas, a todas las mujeres que han hecho posible esta preciosa mezcla de nombres y sueños. 

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