_
_
_
_
Tentaciones
_

Así fue la vida poliamorosa del creador de Wonder Woman

Dos mujeres sirvieron de inspiración para que el profesor de Psicología William Moulton Marston desarrollara este icónico personaje

“La mente del hombre es limitada y por eso necesita a las mujeres. Debería someterse a ellas”. Es lo que pensaba William Moulton Marston, un muy poco convencional profesor universitario de Psicología que terminaría creando en los años cuarenta uno de los personajes más icónicos de la cultura popular, símbolo del feminismo y del activismo social y político.

Ahora que Wonder Woman ha vuelto a resurgir con toda su fuerza convirtiéndose en una figura de referencia para las nuevas generaciones gracias a la película dirigida por Patty Jenkins, otra mujer, Angela Robinson, se pone detrás de la cámara para contar la fascinante historia del hombre que concibió a la mujer maravilla como un emblema de libertad dentro de un mundo regido por la intolerancia y los prejuicios sociales.

Pero Wonder Women y el Profesor Marston, que así se llama la película (la estrena Sony directamente en formato doméstico y a partir del día 21 en plataformas digitales), no se centra únicamente en William Moulton. Incluso podríamos decir que se encuentra en un segundo plano, porque en realidad, las verdaderas protagonistas de la función son esas dos mujeres, su esposa y su amante (con las que estableció una relación poliamorosa), que le sirvieron como inspiración para configurar ese personaje que de alguna manera terminó por conjugar todas las virtudes del género femenino: por un lado, fuerza, seguridad y coraje; por otro, sensibilidad e inocencia.

"Estas dos mujeres le sirvieron como inspiración para configurar ese personaje que de alguna manera terminó por conjugar todas las virtudes del género femenino: por un lado, fuerza, seguridad y coraje; por otro, sensibilidad e inocencia"

La película nos traslada al campus universitario femenino de Radcliffe (que más tarde se integró en Harvard y del que salieron alumnas como Gertrude Stein o Margaret Atwood) a principios los años veinte, donde el profesor Marston (Luke Evans) enseñaba la recién incorporada asignatura de psicología mientras su mujer, Elizabeth (Rebecca Hall), igual de brillante que él, se tenía que conformar con trabajar a su lado sin derecho a una plaza propia por culpa de la discriminación de género.

Juntos desarrollaron, en su labor como investigadores, el prototipo de lo que se convertiría en el actual detector de mentiras, a partir de la incorporación de la presión sanguínea como una de las variables más importantes para llevar a cabo el experimento.

Pero lo que de verdad cambiaría el rumbo de sus vidas para siempre, no fue el descubrimiento de ninguna máquina de la verdad, sino la aparición de Olive (Bella Heathcote), una joven estudiante que quedó fascinada con el matrimonio hasta el punto de desafiar las reglas de la moral de la época uniéndose a él en una tríada amorosa. Tanto Olive como Elizabeth tuvieron varios hijos que fueron criados de forma conjunta. Pero no lo tuvieron nada fácil. La película se encarga de testimoniar las dificultades por las que atravesaron, los desprecios y las acusaciones por depravación sexual y libertinaje. Marston perdió su puesto en la Universidad, y Elizabeth empezó a trabajar como secretaria, ocultando sus verdaderas virtudes (como después también haría Wonder Woman para pasar desapercibida en el mundo de los hombres).

En definitiva, eran tres espíritus libres en un mundo lleno de ataduras, y precisamente la represión y la necesidad de romper con los tabús que nos constriñen se convirtió en una de las bases teóricas del cómic de Wonder Woman.

El profesor había desarrollado un modelo de conducta social y emocional en su etapa universitaria al que denominó DISC y que constaba de varios pasos: (1) Dominio (2) Influencia (3) Sumisión (4) Conformidad. Pronto se daría cuenta de que el comportamiento de las personas correspondía a una de estas categorías, y que las relaciones humanas atravesaban este patrón, como pudo comprobar aplicándolo a su propia familia. Mientras que Olive era el miembro sumiso (una sumisión siempre voluntaria), Elizabeth era la parte dominante. Y así se iban estableciendo una serie de relaciones de poder en la intimidad que en este caso se equilibraban hasta alcanzar la armonía. El problema residía en la autoridad como fuente de represión, en la imposición de pensamiento y en la imposibilidad de elección. Al fin y al cabo, una de las principales luchas de nuestra superheroína siempre ha sido la de instaurar la justicia y la igualdad en un mundo regido por la violencia y el desequilibrio.

La película también nos cuenta cómo el profesor terminó dándose cuenta de que todas estas teorías no solo servían para explicar el comportamiento humano, sino que se encontraban íntimamente asociadas al sexo a través del sadomasoquismo.

Por eso, las primeras historias de Wonder Woman estaban repletas de cuerdas y ataduras de un carácter puramente fetichista y bondage, aunque también podríamos decir que esos son los nudos que siempre han tenido amordazadas a las mujeres reflejando su imposibilidad para ser independientes en un mundo de hombres.

Por otro lado, los dos brazaletes que porta la amazona en sus muñecas, fueron diseñados a imagen y semejanza de los que llevaba Olive en su vida ordinaria. Son uno de los atributos más importantes de la heroína, así como el lazo, otro símbolo de dominio que obligaba a sus oponentes a decir la verdad. En una de las escenas, los tres asisten a un reducto clandestino donde se practican técnicas S/M. Será allí donde se revele la verdadera naturaleza de cada uno y Olive por primera vez se pruebe la armadura y la diadema de amazona que supondrá el germen de la superheroína, emparentándola con Diana cazadora, la diosa griega que sirve de punto de unión entre la antigüedad y la contemporaneidad y que terminó sirviendo como modelo para redefinir las características de la mujer moderna.

Wonder Women y el profesor Marston también apunta el dato de que Olive era sobrina de Margaret Sanger, activista a favor del aborto y que Elizabeth estuvo en contacto con algunas integrantes fundamentales del movimiento sufragista. Todo ese poso feminista fue calando poco a poco en William y repercutió en la creación de su personaje. Una creación que muchos consideran una obra conjunta de los tres, igual de equitativa que su propia estructura familiar.

"Elisabeth, Olive y William rompieron los moldes de lo establecido, desafiaron la ortodoxia moral de un país lleno de miedos y revelaron las cadenas que nos atan y que no nos dejan dar rienda suelta a nuestros deseos"

Una de las más célebres frases del profesor Marston también está incluida en la película, casi a modo de epílogo: “Si el hombre tiene una naturaleza anárquica y violenta y la mujer cariñosa y protectora, entonces ellas deberían gobernar el mundo” O ser presidentas de los Estados Unidos, como también apunta.

Wonder Woman, quizás por todo eso, fue una figura demasiado adelantada a su tiempo, tanto, que todavía sigue siendo moderna en la actualidad. Elisabeth, Olive y William rompieron los moldes de lo establecido, desafiaron la ortodoxia moral de un país lleno de miedos y revelaron las cadenas que nos atan y que no nos dejan dar rienda suelta a nuestros deseos. La justicia y el respeto siempre han sido dos de los valores por los que ha luchado Wonder Woman, y de alguna manera eso es precisamente lo que Marston intentó reivindicar a través de sus cómics. Para él, eran algo más que viñetas, eran una herramienta divulgativa de pensamiento, un arma poderosa para educar a una sociedad, la de los años cuarenta, anclada en el paternalismo y en una serie de prejuicios que todavía se mantienen en la actualidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_