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Encajar en el nuevo calendario de la moda

Oliva y Teresa Helbig apuestan por colecciones sin fecha de caducidad en una jornada de la MBFWM obsoleta

Carmen Mañana
Un modelo, con un conjunto de Oliva, este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Un modelo, con un conjunto de Oliva, este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.AP

Hace ya tiempo que la frontera que separa las colecciones de otoño-invierno y las de primavera-verano se ha vuelto difusa. En la 67 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid se presentan ambas. Ailanto, Malne o Ángel Schlesser se ciñen al calendario tradicional y muestran ahora las prendas que llegarán a las tiendas en seis meses. Pero, como Oliva, cada vez más firmas se suman a see now, buy now (lo veo, lo compro) y comparten sus propuestas estivales. Sobre la pasarela, a veces resulta imposible distinguir una temporada de otra. Es, prácticamente, una cuestión de fe. Porque, en muchas ocasiones, la diferencia estriba en el gramaje de los tejidos. En Custo (otoño-invierno) hubo minivestidos de lúrex más finos que una loncha de jamón york y en Oliva (primavera-verano) jerseys de punto polar, obra de la firma madrileña We are Knitters.

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El diseñador Juanjo Oliva no juega al despiste y certifica el cambio de paradigma que se está imponiendo en la industria de la moda: ya no hay temporadas. "O, si se prefiere, solo existe una de 12 meses", argumenta. ¿Secuela del cambio climático o estrategia comercial para situarse a caballo de estos dos modelos de distribución?

Oliva defiende que su nuevo proyecto, surgido hace apenas dos años, siempre ha sido así. "Proponemos un armario que no tiene género ni calendario. Versátil y atemporal", en un sentido radicalmente opuesto al de la colección que este sábado presentó la firma Ángel Schelesser, anclada en un punto indeterminado entre los noventa y los dos mil.

Por el contrario, la propuesta de Oliva se reivindica contemporánea. Sus prendas femeninas y masculinas resultan perfectamente intercambiables, a excepción de una serie de vestidos de algodón, tan sencillos en su planteamiento como sugerentes sobre las modelos. Los pantalones anchos, los abrigos de corte a tijera y una selección de tejidos de ricas texturas definen un trabajo ambicioso y situado en las antípodas de la línea de cóctel que diseña para El Corte Inglés. Esta dualidad da buena cuenta de su capacidad creativa y de su espíritu inquieto. "Vengo de la costura y creo que se nota en el patrón y el mimo al detalle, pero en esta marca el confort es importante. Pienso en la mujer actual y en la ropa que metería en su maleta", argumenta.

Una modelo desfila este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Una modelo desfila este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.WireImage

Teresa Helbig continua con éxito al frente de su atelier barcelonés, un lugar donde todo se cuece a fuego lento y el tiempo se mide en horas de bordado. No importa si fuera hace frío o calor, en su particular universo algunas prendas son siempre una buena idea. Empezando por los monos y vestidos de cuero primorosamente guateado que subió esta sábado a la pasarela y terminando por sus vestidos ultracortos y enriquecidos con piedras y abalorios, seña de identidad de la casa. Entre ambas propuestas, la diseñadora deslumbró con piezas cuyo estampado era, en realidad, un dibujo cosido a mano. Toda la colección se inspira en "una suerte de gabinete de curiosidades", explica Helbig. Este argumento justifica el carácter romántico, historicista y, por lo tanto, más complejo de su trabajo. Por si este punto de partida no fuera lo suficientemente ambicioso, sus costureras se han visto obligadas a trabajar a un ritmo frenético: esta edición de la MBFWM se ha celebrado un mes antes de lo que venía siendo habitual, restando ese mismo tiempo a los diseñadores para realizar sus colecciones. Pero a juzgar por el resultado, las sastras de Helbig son capaces de hacer magia con la aguja. Con la de coser y con las del reloj.

Una modelo desfila este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Una modelo desfila este sábado en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.WireImage

Los Ailanto —Iñaki y Aitor Muñoz— también han sufrido con el cambio de fecha. Diseñan y producen sus propios estampados, y, aunque este delicado proceso se ha convertido en una de las claves de su éxito, requiere una inversión en tiempo y esfuerzo que se compensa más con satisfacción personal que con el reconocimiento del mercado. Esta temporada han tomado como referencia la obra del diseñador Mariano Fortuny y Madrazo. "Hemos trabajado los estampados como si fueran cuadros al óleo. Y para conseguir ese efecto del barniz que resalta la profundidad, hemos aplicado varias veladuras a los tejidos", explican. Sus paisajes y naturalezas muertas encontraron este sábado su mejor lienzo en el terciopelo, que dio forma a batines y monos combinados exquisitamente sobre la pasarela con livianas camisas de seda y chaquetas de punto rústico.

El nuevo calendario de la MBWFM también ha posibilitado que, por primera vez, Custo Barcelona presente antes su colección en Madrid que en Nueva York, donde desfilará el próximo 10 de febrero con una versión ampliada de lo visto ayer en Ifema: "Colores metalizados, tejidos tecnológicos y siluetas experimentales para dar forma a una propuesta de inclasificables”, en palabras del propio diseñador.

Acolchados frente a Puigdemont

Este sábado a la dos de la tarde, el Tribunal Constitucional debatía si admitir a trámite la impugnación de la candidatura de Puigdemont para presidir la Generalitat. Mientras, en el pabellón 14 de Ifema, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ocupaba la primera fila del desfile de Ulises Mérida, flanqueado por su pareja, Beatriz Tajuelo —que lucía una camisa del diseñador— y María Porto, esposa del exvicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos. "Estamos aquí para apoyar a la moda española y a Ulises", explicaba Rivera. También para demostrar, como reconocía a continuación, "que hay vida más allá de Puigdemont". Sobre la pasarela, ajena al procés, discurría una propuesta protagonizada por acolchados, pantalones palazzo y una serie de cinco capas firmadas en colaboración con la mítica casa Seseña.

Una hora y media antes, Pablo Casado, vicesecretario general de comunicación del Partido Popular, disfrutaba sonriente la presentación de Ángel Schlesser. Y a las cinco de la tarde, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes —que ya había acudido el viernes a la de Devota & Lomba— presenciaba el desfile de Oliva. "Todavía hay muchos políticos que no se dan cuenta de lo importante que es la moda; representa el 3% del PIB español, el 4% del empleo y lleva la marca España por todo el mundo", argumentaba Rivera. Puede que, por un cuarto de hora, el líder de Ciudadanos haya dejado la política fuera de Ifema, pero está claro que no su discurso electoral.

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