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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La fuerza imparable del sur

La ONU promueve la colaboración y apoyo mutuo de países como China, India, Brasil, Bangladés o Chile para crear flujos que les permitan reducir la desigualdad con el norte

Mujer votante en un centro de votación en Varanasi. Durante esos comicios, una delegación de siete países visitó la India para aprender más sobre su organización electoral.
Mujer votante en un centro de votación en Varanasi. Durante esos comicios, una delegación de siete países visitó la India para aprender más sobre su organización electoral.Prashanth Viswanathan / PNUD India
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Las nuevas metas de desarrollo sostenible para 2030, acordadas por la Asamblea General de la ONU, son un paso adelante del género humano en un mundo sumido en turbulencias. Una buena noticia. “La agenda más inclusiva de desarrollo que la humanidad ha visto”, tal y como la definió el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. El plan propone terminar con la pobreza y la desnutrición, reducir las desigualdades —que son una de sus causas centrales—, proteger el medioambiente, erradicar la discriminación de género y otras, para configurar un mundo más justo y más sustentable.

Los desafíos que plantean son exigentes. De los 7.300 millones de habitantes del planeta, 3.200 tienen trabajo, y se necesitará crear hasta el 2030, 600 millones de nuevos empleos para acomodar el incremento demográfico. 800 millones de personas viven en pobreza extrema, ganan menos de 1,25 dólares (1,02 euros) por día. Entre los que trabajan, el 28,1% percibe menos de dos dólares (1,63 euros) diarios, con trabajos no decentes. En el 2016, la cifra de desnutridos no bajó, si no subió por primera vez en 15 años, a 815 millones según la FAO. La desigualdad siguió creciendo y, de acuerdo con Oxfam, el 1% posee activos que equivalen al 50,4% del producto bruto mundial. Ese 1% posee más riqueza que el 99%.

Para avanzar se requiere innovación y una nueva alianza global para el desarrollo. Una fuerza renovadora en marcha es la cooperación Sur-Sur (CSS), que ha crecido aceleradamente complementando y no reemplazando a la cooperación Norte-sur.

De los 7.300 millones de habitantes del planeta, 3.200 tienen trabajo, y se necesitará crear hasta el 2030, 600 millones de nuevos empleos

La Asamblea general de la ONU dice que la cooperación Sur-Sur “es una manifestación de solidaridad entre los pueblos y las naciones del Sur que contribuye a mejorar su bienestar nacional, su autonomía, nacional y colectiva, y a cumplir las metas globales de desarrollo”. La ONU ha establecido la Oficina Sur-Sur para apoyar estos esfuerzos, ha pedido a los organismos internacionales incluirla en sus planes y proyectos, y asistirla con recursos. Se nutre de actores como China, India, Brasil y otros que aportan importantes apoyos financieros y tecnológicos, y usan un portafolio muy amplio de instrumentos de cooperación con otros países en desarrollo. Incluye entre otros: financiación concesional, inversiones directas, transferencia de tecnologías, aumento del comercio mutuo, formación y cooperación técnica en una creciente variedad de campos.

La cooperación se dirige a respaldar cambios estructurales, no tiene condicionantes en políticas económicas, practica la no intervención, los países receptores son dueños de los proyectos y hay un juego ganar-ganar. Esos son algunos de los principios que rigen, por ejemplo, el exitoso fondo India-Brasil-Sudáfrica y que generó en poco tiempo 27 proyectos en 15 países, entre ellos Burundi, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Sudan y Fiji.

Los recursos y las dimensiones de la CSS han crecido mucho en los últimos años. Los flujos financieros de China pasaron de 1.000 millones de dólares (817,3 millones de euros) en 2002, a 10.000 millones (8.100 millones de euros) en 2004, y 25.000 millones (20.400 millones de euros) en 2017. India también ha asignado recursos crecientes y ha adoptado algunas líneas novedosas, como la cooperación en energía solar y aquella dirigida especialmente a las sociedades civiles de los países socios. Brasil se focalizó en compartir experiencias exitosas de su propio proceso de desarrollo, utilizando funcionarios e instituciones públicas.

la pobreza no es solo un tema de ingresos, sino un problema que se expresa en otros aspectos como la vulnerabilidad y sobreexposición al riesgo

Pero no son solo los mayores países del sur los que la practican. El caso de Chile, un país de ingresos medios altos, muestra las potencialidades de la CSS. Por un lado, es recipiente de cooperación, por otro, apeló a la cooperación triangular para hacer CSS con terceros países. Tiene actualmente 12 socios que apoyan sus cooperaciones. Por su parte, Bangladés ha establecido recientemente un foro para compartir prácticas para innovación en gerencia pública, para mostrar sus propias experiencias y continuar innovando con las iniciativas de otros países para beneficio de su población.

La reciente exposición sobre CSS organizada por la ONU en Antalya, Turquía, atrajo 850 representantes de 120 países y mostró la intensa riqueza y el gran entusiasmo por expandir y establecer nuevas iniciativas de cooperación Sur-Sur y triangular. Este fuerte compromiso representa una buena base para las discusiones que tendrán lugar en la Segunda Conferencia de Alto Nivel sobre Cooperación Sur-Sur que tendrá lugar en Buenos Aires en marzo de 2019.

La CSS está contribuyendo a las metas 2030 y, además, innovando. Subyace en ella la idea de que la pobreza no es solo un tema de ingresos, sino un problema multidimensional, que se expresa en vulnerabilidad, sobreexposición al riesgo, déficit de poder, ausencia de oportunidades e imposibilidad de desarrollar las capacidades de las personas.

Cuando al Papa Francisco le informan de que la pobreza está mejorando, una de sus respuestas más usuales es: “Por los pobres, se debe y se puede hacer mucho más”. La cooperación Sur-Sur avanza imaginativamente en esa dirección.

Jorge Chediek es director de la Oficina Sur-Sur de la ONU. Enviado del Secretario General de la ONU para la Cooperación Sur-Sur.

Bernardo Kliksberg es asesor estratégico de la Dirección de la Oficina Sur-Sur de la ONU y Orden al Mérito Cívico de España.

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