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Los secretos del fotógrafo de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle

Alexi Lubomirski, favorito de la estrellas de Hollywood, bromea sobre sus fotos más famosas: “No debía de haber otro”

Alexi Lubomirski, en una sesión de fotos en Nueva York en 2013. En el vídeo, último acto oficial de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle.Foto: atlas | Vídeo: getty images | atlas
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El británico Alexi Lubomirski tiene fama de ser uno de los fotógrafos preferidos de las celebrities. De Julia Roberts a Emilia Clarke, hay pocas estrellas de Hollywood que no hayan posado frente a su objetivo, y algunas piden expresamente ser inmortalizadas por él. “No soy un artista torturado ni doy miedo —explica, al otro lado de la línea telefónica, sobre por qué cree que se sienten cómodas con él—. Y además soy rápido. Las actrices tienen que promocionar sus películas, pero no suele ser la parte favorita de su trabajo; quieren hacer la mayor cantidad de fotos en el menor tiempo posible, salir bien e irse pronto. Y saben que no voy a intentar imponer mi visión artística. Tengo una idea, la hablamos, me comentan sugerencias y las incorporamos. Es una colaboración, no una dictadura”.

Tal vez fue su reputación lo que hizo que el príncipe Enrique y Meghan Markle decidieran pedirle que retratara el posado oficial de su compromiso. También pudo tener que ver su implicación en organizaciones benéficas (Lubomirski es embajador de Concern Worldwide, que trabaja para erradicar la pobreza extrema). “O puede que no hubiera nadie más disponible”, bromea el fotógrafo, que no conocía personalmente a la pareja y asegura no saber por qué fue elegido. No es mucho más lo que puede añadir sobre la sesión en Frogmore House: “Solo estoy autorizado a decir que trabajar con ellos fue un honor increíble y me siento muy afortunado de haber sido testigo del amor que se profesan”.

Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en las tres fotos oficiales realizadas por Alexi Lubomirski.
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, en las tres fotos oficiales realizadas por Alexi Lubomirski.

Su interés por la fotografía se despertó de niño, cuando su padrastro le regaló su primera cámara, pero comprendió que se podía vivir de ello al entrar a trabajar como asistente de Mario Testino. Era 1999 y Lubomirski, recién licenciado en la universidad de Brighton y armado solo con un exiguo portafolio, comenzó a llamar a una puerta tras otra. Se abrió la del peruano. “Mi madre también es peruana, y a Mario siempre le han interesado esas coincidencias. Además, creo que vio que mi interés era genuino”, afirma. Fue asistente suyo durante cuatro años, y hoy describe la experiencia como “una aventura increíble”. La conversación con EL PAÍS tuvo lugar un día antes de hacerse públicas las acusaciones de abuso sexual contra Testino, pero Lubomirski asegura que siempre ha intentado mantenerse alejado de personas y comportamientos tóxicos: “Al principio de mi carrera fui testigo de abusos; no sexuales, pero sí psicológicos. Recuerdo una gran discusión con mi agente de entonces. Me decía: 'Tienes que trabajar con esta estilista porque es muy influyente y puede impulsar tu carrera'. Pero pensé que no era motivo suficiente para colaborar con alguien que no trataba bien a los demás, y lo mantengo”.

Afincado en Nueva York, su activismo se extiende a otras lacras de la industria de la moda, como la falta de inclusividad o de sostenibilidad. En 2016 publicó el libro Diverse Beauty, una reivindicación de la diversidad de la belleza femenina inspirada por la actriz Lupita Nyong'o, que tras una sesión le pidió que no le aclarara la piel en el retoque. “Me puse a mirar fotos que había hecho para revistas y me di cuenta de que algunas habían aclarado las pieles. Me dejó conmocionado, y el libro fue una reacción”. En este y otros asuntos que le preocupan, el artista apela a la capacidad de influencia que proporcionan las redes sociales. “Todos tenemos el deber humano de utilizar esa plataforma para educar, concienciar e inspirar”. Él tiene 146.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

Con 11 años se enteró de que su linaje por parte de padre estaba conectado con la extinta familia real polaca, y que le correspondería el tratamiento de Su Alteza Serena Príncipe Alexi. “Al principio me rebelé en contra porque me parecía de otros tiempos. Pero cuando nació mi hijo mayor pensé en las cualidades que se corresponden con la imagen que tenemos de los príncipes —valentía, liderazgo, caballerosidad...— y decidí convertirlas en una escala de valores”. A punto de cumplir 15 años en la profesión, y con su nombre en boca de todos, el fotógrafo aspira a dejar huella, y no solo con sus imágenes. "Me gustaría causar un impacto, ya sea formando a jóvenes artistas, promoviendo la sostenibilidad o dando visibilidad a organizaciones benéficas. No quiero llegar al final de mi vida rodeado de revistas".

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