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Sementales del Ejército, un servicio público por 58 euros

Los centros de cría caballar de las Fuerzas Armadas españolas, fundados hace más de 150 años, son una excepción en Europa

Cristian Segura
Demostración de un pura raza español del Servicio de Cría Caballar del Ministerio de Defensa.
Demostración de un pura raza español del Servicio de Cría Caballar del Ministerio de Defensa.David Asensio

Teide es un caballo pura raza español, tordo y de 20 años, propiedad del Ministerio de Defensa. Su misión es servir como de banco de esperma. Dos soldados acercan una yegua en celo a Teide y acto seguido, con movimientos automatizados –han realizado la misma acción centenares de veces– lo hacen subir a un potro de madera: en cuestión de segundos, Teide ha eyaculado en una vaina de piel, templada con agua caliente, para darle la sensación de estar montando la hembra. Su semen refrigerado, procedente del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza (CCMZ), lo recibiría 48 horas después un ganadero de Girona que eligió este animal consultando la página de Internet del CCMZ. Si usted quiere potros de pura raza, las Fuerzas Armadas españolas son la mejor opción buena, bonita y barata. Por 58 euros el cliente tiene derecho, en una parada oficial, a tres muestras de semen del caballo que desee, “y si con las tres no funciona, acostumbramos a ofrecer hasta cinco por el mismo precio”, añade la veterinaria y comandante Cristina Álvarez San Martín.

Hace más de 150 años que el Ejército ofrece sus ejemplares como servicio público para mejorar la calidad de los caballos del país. Es un caso único entre los grandes Estados europeos, puesto que la mayoría trasladaron este servicio a los ministerios de Agricultura o cedieron la gestión a empresas privadas, según Jordi Miró, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB): “Para los alemanes, franceses o españoles, estos servicios tienen como finalidad preservar y mejorar las razas; en nuestro caso, que sea competencia del Ejército es un anacronismo”. El Ministerio de Defensa tiene 203 sementales de 11 razas equinas –incluyendo tres de asnos– repartidos por siete centros de reproducción. Según datos del Ministerio, en 2016 sus caballos realizaron 3.905 cubriciones –el término para designar la fecundación de la yegua.

5.000 euros, precio de mercado

Miró es el responsable de la parada de caballos del CCMZ que una vez al año acoge la UAB. Los centros de cría caballar de las Fuerzas Armadas destinan parte de sus sementales por la geografía española durante los meses de mayor fertilidad de las yeguas, en primavera y verano. Ganaderos, clubes hípicos, ayuntamientos o universidades se encargan de recibir a propietarios de yeguas que son cubiertas por los caballos de la Yeguada Militar (YM). En estas paradas, el precio es de 115 euros, lejos de los precios de mercado: inseminar una yegua con caballos de competición puede resultar, fácilmente, diez veces más caro, según informan en el CCMZ. Miró calcula que una dosis de semen de los diez caballos de competición mejor clasificados en Europa supera los 5.000 euros.

Operación para extraer semen de Teide. Las muestras serán enviadas en 48 horas a un ganadero de Girona.
Operación para extraer semen de Teide. Las muestras serán enviadas en 48 horas a un ganadero de Girona.D. A.

San Martín y el capitán Ángel Alaez guían a EL PAÍS en una visita a las instalaciones del CCMZ. Entre 1885 y 1994 este depósito de caballos estuvo en el centro de la ciudad, en la zona del Parque Bruil. Se conocía como “el barrio de los sementales porque los vecinos veían a los caballos cuando salían a la calle”, cuentan los veteranos del cuartel. El CCMZ se ubica ahora en las afueras de la Zaragoza, en unos terrenos de 34 hectáreas de los que se obtienen también parte de los alimentos de los animales. El lugar, aislado de la urbe, es privilegiado, rodeado de campos regados por el Ebro y con los edificios de la vieja finca militar de la Torre Abejar como espacio de oficinas y de encuentro. El bar de “la zona noble” del cuartel es una pequeña habitación con una barra, unas pocas mesas y decorada con un mosaico y un famoso verso del Corán: “Y tomó Dios un puñado del viento del Sur y prestándole su aliento creó el caballo”. La YM cuenta con uno de los mejores linajes de raza árabe del mundo: sus ejemplares descienden directamente de una partida de caballos que el ejército compró en Arabia a principios del siglo XX.

Salvar el burro catalán

Todo está dispuesto en el CCMZ para las visitas de ganaderos: hay gradas para observar las demostraciones con los animales y cada semental, en la puerta de su establo –el CCMZ alberga un centenar de cabezas equinas–, cuenta con una ficha con su árbol genealógico con sus tres generaciones previas y las calificaciones de calidad que pueda tener por parte de las asociaciones que registran los individuos de cada raza. El CCMZ organiza para este reportaje una muestra de cinco ejemplares de diferentes razas: árabe, bretón –este animal de carga y preciado por su carne es la especialidad del CCMZ–, el anglo-árabe, el pura raza español y el burro catalán. Miró confirma el relato que explican en el CCMZ: el ejército salvó al burro catalán de su extinción. Es especialmente apreciado para cruzarlo con yeguas y dar los mejores mulos; es por eso que en los años 50, las fuerzas armadas de Estados Unidos adquirió la gran mayoría de ejemplares de burro catalán para ser destinados a la Guerra de Corea. Desde los 70 y hasta hoy, cuando en Cataluña han surgido iniciativas privadas para recuperar esta raza, fue tarea del ejército salvaguardar el burro catalán; su número de ejemplares ha pasado de 70 a cerca de 500. El interés militar por este animal se mantiene hoy: en una de las salas del cuartel cuelga una placa de agradecimiento de 2009 de una misión de compra del ejército alemán.

Si usted quiere potros de pura raza, las Fuerzas Armadas españolas son la mejor opción buena, bonita y barata

El Ministerio de Defensa cuenta con siete centros de cría caballar, siendo la joya de la corona el de Jerez, especializado en la reproducción del pura raza español, el segundo caballo más antiguo del mundo tras el árabe, según Miró. Fue una creación de las Caballerizas Reales entre Felipe II y Felipe IV –siglos XVI y XVII– para conseguir un caballo digno su imperio. Por ley, la principal función de los centros militares de cría es “proveer de équidos y perros a las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad del Estado” –uno de los últimos encargos del CCMZ fue para la Guardia Urbana de Barcelona. Un 40% de los caballos del Ministerio de Defensa son destinados a fuerzas de seguridad y a la Guardia Real. Rainer Strobl es un exjinete profesional de doma clásica que dirige la Residencia Fundador, una hípica en Almería que cuenta con cinco pura raza españoles, tres de ellos descendientes de la YM. Strobl destaca que “la calidad de los caballos del ejército es bastante buena y mantienen el carácter inherente en la raza; no se dejan llevar por las tendencias del momento, que priorizan otras características, como la posición y los movimientos”. Pocos de los caballos de la YM compiten en pruebas deportivas. Por eso destaca un pequeño rincón, en el museo de carros del CCMZ, dedicado a Evento, el primer caballo pura raza español que compitió en unos Juegos Olímpicos, en doma, en 1996. Evento tuvo más de 200 hijos.

El capitán Ángel Alaez, en las cuadras del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza.
El capitán Ángel Alaez, en las cuadras del Centro Militar de Cría Caballar de Zaragoza.D. A.

Miró subraya que la crisis económica ha perjudicado al sector equino, y en concreto al caballo de raza española: “Hubo una burbuja de caballo español, muy vinculada a la burbuja de la construcción. Se venden menos caballos y potros que antes, se han sacrificado muchos. Y esto también ha afectado al servicio de cría militar”. Según datos del Ministerio de Agricultura, en 2016 había en España poco más de 3.500 hípicas, la mitad que en 2009. Pese a ello, el Ministerio de Defensa apunta a una mejora en su servicio de cría caballar y en 2016 se superaron por primera vez los ingresos previos a 2012: 303.264 euros frente a los 285.716 de 2012. En los últimos veinte años también se han cerrado la mayoría de puntos militares de reproducción equina. Miró tiene la sensación que “es un servicio bueno e infrautilizado. No se les reconoce la tarea que han hecho para preservar las razas. Todos lo caballos nacidos en España y que han competido bien, tienen su linea de mejora en la Yeguada Militar”.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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