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El personaje aventurero

“Mi mayor chute de adrenalina fue hacer parapente en los Andes”

El reportero Rafa Rodrigo se siente un privilegiado por su trabajo en 'Madrid Directo', el cual le ha llevado a vivir experiencias como subir en globo o hacer rapel

El reportero de Telemadrid Rafa Rodrigo.
El reportero de Telemadrid Rafa Rodrigo.Carlos Rosillo

Las jornadas maratonianas de oficina, el teletrabajo, las distancias o la falta de conciliación provocan un aislamiento tal que nuestras agendas demandan mucha más aventura. No hace falta irse muy lejos. España, con sus 15 parques naturales, es el país europeo que más superficie aporta a la red Natura 2000 (222.000 kilómetros) y que más reservas de la biosfera tiene (48). Escalar montañas, bucear a pocas horas de casa, escaparse a esquiar, conocer las granjas de los alrededores… Son aventuras, retos para “trascender al no puedo y ascender”, defiende Juan José Andújar Carsí, autor de Actitud, el arte de escalar (Desnivel, 2016), un libro que propone un cambio de actitud y que apuesta por el crecimiento interior además del entrenamiento. Quizá es ese equilibrio entre el reto personal y la conexión con uno mismo y el entorno lo que busca una nueva oleada de nómadas (en el momento de escribir estas líneas, Instagram registraba cerca de 2,5 millones de fotos con esta etiqueta) que se mueven en tren, en furgoneta, en bicicleta o a pie. Viajar en busca de aventuras sigue siendo una actividad para la que solo hace falta una mochila, un buen calzado y el pasaporte.

El reportero más aventurero de Madrid Directo (Telemadrid), Rafa Rodrigo (Madrid, 1990), dio la vuelta al mundo cuando tenía 23 años. Ahora recorre de lunes a viernes los 179 municipios de la Comunidad en busca de historias pegadas a la naturaleza y a sus gentes.

¿Qué no falta nunca en su mochila?

Un cepillo y pasta de dientes.

¿Qué es lo más aventurero que ha hecho en su vida?

Dar la vuelta al mundo a los 23. Una web francesa me seleccionó como reportero en plan Pekín Express junto a cámaras y periodistas de otros países.

¿El aventurero nace o se hace?

De genes no me viene. Soy tímido, aunque cuando curro me vengo arriba. También soy muy deportista, así que igual viene de ahí. Aunque creo que es la vida la que te pone por delante los retos y luego eres tú el que los vuelves aventuras.

¿Cómo fue irse a Francia de reportero?

Francia me regaló el reto de dar la vuelta al mundo. Dejé la radio y pasé tres meses viviendo con gente autóctona de Canadá, Estados Unidos, Perú, Nueva Zelanda, Vietnam…

¿En qué plan?

En plan buscándome la vida, casi siempre en zonas aisladas. En la frontera con China, por ejemplo, estuvimos con una tribu construyendo una casa. Lo único que hacíamos era mirar los arrozales y trabajar con una familia.

¿Nada de wifi?

Cero móvil. Al principio te das cuenta del mono que tenemos; yo era un yonki del wifi de los hoteles, pero después no quería volver a encender el teléfono. La desconexión de Internet me trajo una conexión muy fuerte con la naturaleza y conmigo.

¿Fue un choque dejar la aventura y regresar a la ciudad?

Ha sido un agobio volver a Madrid, tuve que hacer un retiro de silencio en la sierra de Gredos. En Nueva Zelanda me di cuenta de cuánto necesito la naturaleza. Por eso me encanta lo que hago ahora en Madrid Directo: pueblos, gente y un poco de riesgo.

¿Cuál ha sido su aventura más difícil?

Fue duro volver con idiomas y experiencia y ver que mis compañeros de Francia regresaban a sus países con oportunidades profesionales increíbles, y aquí en vez de trabajo te daban la enhorabuena.

¿Y su mayor chute de adrenalina?

Hacer parapente en los Andes, en Argentina. Te sientes un águila y la vez muy vulnerable, frágil y humilde. Una mala corriente de viento y te estampas. Eso es un poco la vida.

De pequeño todo parece una aventura, ¿también las navidades?

Hombre, claro: pillar a los Reyes Magos. No pegaba ojo y echaba vodka en la leche que les dejábamos a los Reyes… Les hacía boicot y al final era mi padre quien al día siguiente estaba con indigestión.

¿No tiene miedo a nada?

Todo lo contrario, yo diría que soy contrafóbico, si algo me da miedo, me tiro a ello.

¿Tiene el trabajo que quiere?

Vivo aventuras todos los días. Desde viajes en globo a conocer gente como Dionisio, de 80 años, que sabe predecir el tiempo observando las montañas, los animales, la luna, los árboles.

Escuchándole parece que no hace falta irse al extranjero para vivir aventuras.

En España se puede hacer rappel, parapente... Para mí la aventura es hacer todo esto y, además, contar historias. Un reportero vive todo desde dentro y tiene el privilegio de contarlo.

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