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Tentaciones
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Macarena García: "A Dios le gustaría La llamada"

La madrileña le pone rostro al fenómeno. Después de cuatro años arrasando en el teatro, 'La llamada' se somete al examen de la gran pantalla

Davit Ruiz

Los ojos del cine español son el mejor escaparate de una cabeza embotada por una promoción interminable. Treinta grados a la sombra y Macarena García (Madrid, 29 años), llega al moderno lobby de un hotel del norte de la capital preocupada por haberse olvidado unas gafas de sol en la sesión de fotos anterior.

Pese a todo, ella sonríe, mira siempre a los ojos al responder y lo único que desea más que ver La llamada en el Festival de Cine de San Sebastián es disfrutar de unas merecidas vacaciones. No es para menos. Pocas veces el lanzamiento del tráiler de una producción española se convierte en trending topic en pocos minutos. Pocas veces ocurre que dos jóvenes directores como Javier Calvo y Javier Ambrossi, hermano de Macarena, acaparen tanto interés mediático como sus protagonistas femeninas. Pero así es el fenómeno llamader. Del vestíbulo del teatro al escenario principal; de una producción independiente al festival más importante del país. ¿Lo siguiente? Quizá la chica del cartel, la adolescente rebelde que se enamora de un Dios vestido de crooner al ritmo de Whitney Houston, tenga las respuestas.

Casi tres años metida en el uniforme de María Casado en el Teatro Lara, y ahora la película. ¿Dirías que es el papel de tu vida?

Quizá no es el papel de mi vida, pero sí es el proyecto de mi vida. Por todo lo que supone, por la implicación personal, por mi hermano, porque ya son mi familia… Por haber empezado un proyecto de la nada, en el hall de un teatro, y ver cómo crece.

¿Cuándo os empezáis a dar cuenta de que esta historia traspasa el escenario?

El primer día que se estrenó fue muy especial. Se reían mucho, lloraban… Luego pasó al escenario principal, se llenaba todos los días, colas, la gente repetía con diferentes amigos… Cómo te cuentan que sus días cambiaban después de ver la obra es lo más bonito que te puede pasar.

La llamada es musical, comedia irreverente, ¿pero qué hay detrás?

El mensaje es ser tú mismo, elegir tu propio camino, hacer lo que te haga feliz, crecer, hacerse mayor. La religión es un contexto, como en Sister act, pero se habla de muchas más cosas.

¿Cuántas veces te has preguntado si a Dios le gustaría La llamada?

No me lo he planteado mucho, pero si yo creyese en un Dios, desde luego le gustaría La llamada, sin duda.

Tu hermano ha comentado en alguna ocasión que se basó en experiencias personales para idear la obra…

No es que nos pasara nada a nosotros en concreto (risas), pero al final estuvimos en un colegio religioso y hemos visto cosas. No a un Dios cantando a Whitney Houston, pero sí a compañeros y compañeras que afirman haber sentido "la llamada", que tenían que tomar ese camino en su vida.

¿Te da cierto miedo, o respeto, la reacción del público más religioso?

¡Es que creo que la obra es muy respetuosa! El que se sienta ofendido es que no ha entendido bien, o quizá está asustado. El personaje de Susana Romero lo dice muy claro: "Yo me he enamorado de una monja, mi amiga se ha enamorado de Dios, ¡pues cada uno con lo suyo!" (risas). ¿Qué tiene que decir nadie del camino que toma en su vida?

"El que se sienta ofendido por la película es que no la ha entendido bien. Es muy respetuosa"

¿Qué dificultades se presentan al llevar al cine un papel que tienes tan interiorizado?

Es un arma de doble filo. Por un lado es el personaje que más he ensayado en mi vida, pero es verdad que hay cosas que te acostumbras a hacer en el teatro, porque el público se ríe, por la postura corporal… Y hubo que adaptar esas cosas a una película.

¿Qué esperas de la acogida de la película? La gente repite semana tras semana en el Lara pero, ¿esperáis atraer a otro tipo de público?

Esas cosas son un misterio. Ojalá le llegue a más gente. Yo creo mucho en la película, creo que tiene muchos ingredientes para funcionar, que la gente que ha visto la obra estará muy contenta con la adaptación y va a enganchar a gente nueva.

Desde tu Goya por Blancanieves has hecho menos de una película al año, pero sí has triunfado en televisión. ¿No te han convencido los proyectos que te llegan?

He ido haciendo lo que me ha ido gustando. Me han llegado muchos proyectos, pero no que las tripas me dijeran que tenía que hacerlo.

¿Y qué tipo de proyecto llamaría más a tus tripas?

Me encantaría trabajar con Almodóvar, con Paula Ortiz, con David Trueba… ¡Ahí sí me daría igual lo que me ofrecieran, que diría que sí!

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