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Las fantasías cogen cuerpo en los parques temáticos

El anuncio de Disney de ampliar sus parques con un área de Star Wars invita a la reflexión sobre esta forma de ocio

Maqueta presentada en el D23.
Maqueta presentada en el D23.DISNEY
Jorge Morla

Desde que abriera en 1955 como parte de la estrategia de diversificación de ganancias para evitar la quiebra, el parque Disney de Anaheim (California) inventó un nuevo modo de turismo comercial que acabaría exportándose a otros lugares del mundo y, finalmente, mutando y asimilando otro tipo de franquicias. Hoy, las grandes capitales del mundo tienen parques temáticos (Disney o no) a su alrededor.

¿A qué viene esto? Pues al reciente anuncio de la propia Disney, en su “ultimate fan experience” en Anaheim, de una expansión de sus parques con la temática de Star Wars que abrirá sus puertas al público en 2019. La convención D23 de Anaheim es un templo del fan rendido a Disney. Desde 2009, miles de seguidores del famoso ratón se reúnen en una convención del tipo que más tarde popularizaría a nivel masivo la Comic Con de San Diego. Merchandising, cosplay, autógrafos de actores de voz, famosos, photocall. Y novedades de todos los ámbitos de Disney. Unas novedades, claro, que en los últimos tiempos han engordado con sus adquisiciones de franquicias ya asentadas: Marvel y Star Wars.

El pasado fin de semana, Scott Trowbridge, jefe creativo de Walt Disney Imagineering, desvelaba en el D23 una maqueta de la futura Star Wars Land, que se construirá como ampliación de dos parques: los de Disneyland (California) y Disney World (Florida). Esta nueva sección será la más grande en la historia de los parques, ya que contempla una extensión de 5,6 hectáreas. Su construcción rondará los 200 millones de dólares. El tamaño y la inversión solo refleja la realidad de una compañía cuyos baluartes están cambiando: en el D23 claro que había gente disfrazada de Campanilla o Ana y Elsa, de Frozen. Pero, cada vez más, capuchas marrones y espadas láser.

Este tipo de turismo se extiende y refina. En el parque de Orlando, precisamente, abría este mayo pasado Pandora, una zona dedicada al universo de Avatar, de James Cameron, la película más taquillera de la historia. Hay muchos más casos. La franquicia Harry Potter también dio el salto del mundo imaginario al real: con un primer parque inaugurado en Orlando en 2010, un segundo en Japón en 2010 y, el año pasado, un tercer parque en Los Ángeles.

Además, el niño (¿niño?) mago también tiene, a 30 kilómetros de Londres, otra atracción en forma de visita guiada por los estudios de Warner Bros. Inaugurada en 2012, a esa experiencia ‘detrás de las cámaras’ acuden cada día unas 6.000 personas. Warner, por cierto, sabe bastante de dar cuerpo a franquicias en sus parques, con espectáculos que incluyen a los personajes de los cómics DC desde hace años.

No sería raro ver a los superhéroes de Marvel tener su propio espacio en los parques Disney en un futuro cercano. Mientras tanto, podremos seguir soñando con esa ciudad en algún punto de la galaxia que abrirá en 2019. Muy muy lejana y, a la vez, a la vuelta de la esquina. Que la fuerza nos acompañe.

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Sobre la firma

Jorge Morla
Jorge Morla es redactor de EL PAÍS. Desde 2014 ha pasado por Babelia, Cierre o Internacional, y colabora en diferentes suplementos. Desde 2016 se ocupa también de la información sobre videojuegos, y ejerce de divulgador cultural en charlas y exposiciones. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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