_
_
_
_
_

¿Tu hijo es cabezota? Ganará un sueldo mejor de mayor

La obstinación puede ayudar al menor a negociar mejor su salario de adulto, según un estudio

C. G.
Paul McGee (Getty Images)

La obstinación es una característica de la personalidad que suele tener consecuencias negativas en las relaciones interpersonales. Los niños obstinados son aquellos cuya palabra favorita es no ante cualquier solicitud por parte de progenitores e, incluso, allegados. Estos niños son, muchas veces, un desafío para los padres. Pero hay que tener tranquilidad, parece que también tiene su lado positivo. Una última investigación concluye que "tener una actitud desafiante con los padres y tender a romper las normas de forma constante son dos características predictoras de que el chaval tendrá un buen trabajo y ganará dinero en el futuro".

De acuerdo con este estudio MAGRIP (Luxemburgo), publicado la revista Developmental Psychology y que ha evaluado a 700 niños desde los 12 años hasta los 52 años, durante cuatro décadas, “los niños que eran más obstinados consiguieron más éxitos académicos y mejores sueldos”. El 56% era mujeres. “Los niños de 12 años fueron evaluados en varios rasgos de personalidad como desafiante, en pro de los derechos y escrupulosos académicamente. Los investigadores siguieron sus progresos durante 40 años hasta analizar cómo eran en el futuro. Y resultó que aquellos que habían sido más tercos de pequeños tenían una situación económica más estable de mayores”, aseguran los autores.

Los niños cabezotas han crecido y han aprendido a decir no y negociar lo que quieren y cómo lo quieren.

“Viendo las conclusiones de nuestra evaluación, las explicaciones posibles son ad hoc -están hechas para un fin determinado o pensado para una situación concreta- y estas deben ser contrastadas”, explican. “Si una vez hecho esto, no se introduce ninguna tercera variable, debemos asumir que los estudiantes de 12 años que obtuvieron más puntuación en estos rasgos de personalidad deberían ganar más dinero a los 40 porque han sido más obstinados y críticos a la hora de renegociar salarios o promociones laborales”, añaden.

En otras palabras, los niños cabezotas han crecido y han aprendido a decir no y negociar lo que quieren y cómo lo quieren. “Es cierto que los niños que obtuvieron puntuaciones altas en conductas agradables o adorables, por ejemplo, también ganaron más que los que no lo hicieron”. La investigación no incluye ni la carrera ni la profesión elegida por los sujetos participantes.

Entre las razones posibles de este suceso, mencionadas por los autores, se cita: que los niños obstinados prefieren ser competitivos más que mantener relaciones interpersonales y que aquellos que rompen las normas y desafían a sus progenitores luchan más por sus propios intereses, llevándolos a obtener mejores salarios como adultos.

“Las características de los estudiantes y sus comportamientos tienen un papel fundamental en los factores socioeconómicos y las habilidades cognitivas", prosiguen los autores. "Lo que sí hemos demostrado es que tener éxito en la vida conlleva algo más que tener buenos recursos cognitivos o provenir de una familia socialmente aventajada. Y que evaluar las características de personalidad y el comportamiento de los estudiantes en edades tempranas es un buen predictor para saber cómo será su salario y trabajo cuando lleguen a la mediana edad. Ahora nos falta saber exactamente el porqué”, concluyen los autores.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

C. G.
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_