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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No sin las minorías

Los avances para una gran mayoría que supongan retrocesos para alguna minoría no pueden ser considerados avances válidos

Niños gitanos rumanos del poblado chabolista de El Gallinero, en Madrid, van al colegio en transporte escolar.
Niños gitanos rumanos del poblado chabolista de El Gallinero, en Madrid, van al colegio en transporte escolar. Samuel Sánchez
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El protagonista de la película de Woody Allen El hombre irracional, un profesor universitario de filosofía, está frustrado: Cree que la filosofía vive presa de si misma. Y se explica poniendo un ejemplo: "La ética filosófica exige que si un nazi pregunta dónde está escondida Anna Frank, haya que contestarle sin trapujos: Anna Frank está escondida en el granero".

Un buen día el profesor decide liberarse y asesina a un malvado juez que, abusando de su poder, estaba haciendo la vida imposible a una inocente mujer. A partir de entonces la vida del profesor recobra el sentido, se acaban sus frustraciones y vuelve a ser feliz... Y hasta aquí puedo leer (no quiero destripar la película).

La cuestión planteada por Woody Allen en este film fue ya enunciada hace siglos por Macchiavello: "¿Puede el fin justificar los medios?, ¿Podemos incurrir en injusticias menores (asesina a un único hombre —cruel y corrupto—) para alcanzar la justicia universal? La respuesta, evidentemente, es que no. Justicia para una gran mayoría que suponga injusticia para una sola persona no es justicia. De la misma manera, avances para una gran mayoría que supongan retrocesos para alguna minoría, no pueden ser considerados avances válidos.

Hablemos hoy de las minorías: El diccionario iberoamericano de derechos humanos y fundamentales (enmarcado en el programa regional de apoyo a las defensorías del pueblo Iberoamericano) define así el concepto: “Es un grupo numéricamente inferior al resto de la población de un Estado, en una posición no dominante, cuyos miembros —siendo nacionales de dicho Estado— poseen características étnicas, religiosas o lingüísticas distintas de aquellas del resto de la población y muestran, al menos implícitamente, un sentido de solidaridad, dirigido a la preservación de su cultura, tradiciones, religión o lengua” .

¿Qué hace la comunidad internacional con respecto a las minorías? Las cuestiones relacionadas con las minorías han estado contempladas en el programa de trabajo de las Naciones Unidas desde 1948. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos es el principal funcionario de derechos humanos de la ONU. Sus prioridades temáticas son, entre otras, fomentar la igualdad y luchar contra la discriminación.

El principal punto de referencia que tiene la comunidad internacional sobre los derechos de las minorías es la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas, adoptada por la Asamblea General en 1992.

A nivel Europeo, el acto legislativo más importante del Derecho Comunitario para luchar contra la discriminación racial o étnica es la Directiva sobre igualdad racial.

Miles de casos de discriminación y delitos por motivos raciales se mantienen invisibles

La Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) efectuó una encuesta de la Unión Europea sobre las minorías y la discriminación. Lo hizo, entre otras cosas, para acabar con la grave carencia de datos sobre las minorías constatada en muchos países europeos. Las conclusiones de la encuesta son diversas. Aquí van unos cuantas:

  1. La discriminación, en particular en dos esferas de gran importancia en la vida (educación y empleo), provoca graves daños. Y ello debido a que la educación y el empleo remunerado son la clave para la integración y la inclusión social.
  2. La existencia de diferencias entre los Estados miembros: Los diez grupos que experimentaron el mayor nivel de discriminación fueron: los romaníes en la República Checa (64 %), los africanos en Malta (63 %), los romaníes en Hungría (62 %), los romaníes en Polonia (59 %), los romaníes en Grecia (55 %), los africanos subsaharianos en Irlanda (54%), los norteafricanos en Italia (52%), los somalíes en Finlandia (47%), los somalíes en Dinamarca (46%) y los brasileños en Portugal (44%)
  3. La gran mayoría de estas víctimas no denuncia sus experiencias: Esto significa que miles de casos de discriminación y delitos por motivos raciales se mantienen invisibles. El principal motivo para no denunciar losincidentes discriminatorios consiste en creer que «nada sucedería» como consecuenciade la denuncia. Otro motivo muyextendido es eldesconocimiento de la forma parahacerlo así como el bajonivel de confianza en la policía de las víctimas.
  4. Las víctimas no conocen sus derechos: Los grupos vulnerables no reciben información sobre la legislación contra la discriminación.
  5. Una de cada cuatro personas pertenecientes a una minoría fue víctima de un delito al menos en una ocasión durante los 12 meses anteriores a la encuesta. Los mayores niveles de victimización en general fueron experimentados por los africanos subsaharianos (33 %) seguidos de cerca por los romaníes (32 %). Los resultados indican que, de media, las minorías son víctimas de robos personales y agresiones o amenazas con más frecuencia que la mayoría.

El texto de la FRA ofrece igualmente una serie de propuestas para solucionar los problemas señalados:

  1. Asignar recursos a las organizaciones que prestan asistencia a las personas discriminadas.
  2. Invertir recursos para que las personas vulnerables a la discriminación sepan a quién acudir para obtener ayuda y asesoramiento.
  3. Recomendar a las personas discriminadas o acosadas que denuncien sus experiencias ante las autoridades competentes con la confianza de que estas denuncias serán tomadas en serio.
  4. Desarrollar iniciativas de colaboración entre la policía, las autoridades locales y las organizaciones de la sociedad civil para estimular que se denuncien los delitos y prestar asistencia a las víctimas.

Las minorías enriquecen la diversidad cultural y el patrimonio de la sociedad. Así lo asegura el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su página Web: ¿No deberíamos por tanto cuidar una fuente de nuestra riqueza social? ¡Protejamos pues las minorías!

Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisión de la Unión Europea. El artículo no refleja necesariamente el punto de vista de la institución para la que trabaja.

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