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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Elecciones abiertas

Los bandazos de la primera ministra May pueden costarle caro en las urnas

Theresa May durante un mitin del Partido Conservador. En vídeo, el terrorismo centra el foco de la campaña británica.Vídeo: WPA POOL (GETTY IMAGES) / AFP-REUTERS-QUALITY

Desgraciadamente el terrorismo yihadista ha presidido las últimas semanas de campaña electoral en Reino Unido. Mañana el país elige una nueva Cámara de los Comunes de la que emergerá el próximo gobierno. A pesar de las continuas afirmaciones de todos los partidos y candidatos de que el terrorismo no puede alterar la vida cotidiana de los británicos, lo cierto es que, tras los atentados de Mánchester y Londres, todo lo ocurrido durante los pasados días estará muy presente en la jornada. Y a este clima enrarecido se une la incertidumbre del resultado.

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 Se trata de un escenario muy diferente del pasado abril, cuando, con una diferencia en los sondeos de más de 20 puntos sobre los laboristas, la conservadora Theresa May —que llegó al 10 de Downing Street tras la dimisión de David Cameron y nunca ha ganado por sí misma unas elecciones— decidió adelantar los comicios confiada en una cómoda victoria. Pero, igual que le ocurrió a su antecesor en el cargo, el exceso de confianza le puede costar un disgusto. Las encuestas muestran una pronunciada tendencia a la baja en las expectativas de voto conservador. Tanto, que las más favorables a May, a pesar de vaticinar su victoria, no le garantizan que pueda formar Gobierno. Por el contrario, el laborismo más a la izquierda —y con un punto de populismo en su discurso— encarnado por Jeremy Corbyn ha ganado de manera constante cada vez más adeptos.

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Gran parte de su desplome es atribuíble a las inconsistencias de la propia May, cuya carrera política ha transitado de abogar por la permanencia del Reino Unido en la UE a liderar la estrategia más dura contra Bruselas en las negociaciones del Brexit; de prometer que no habría elecciones hasta 2020 porque “el país necesita estabilidad” a convocarlas por sorpresa; de asegurar que el sistema de salud estaba garantizado a anunciar que los jubilados deberían pagar por los servicios sanitarios y a desdecirse parcialmente al ver el derrumbe en las encuestas. May decidió rebajar la alerta terrorista pocos días antes de los atentados pero en vez de asumir la más mínima autocrítica tras siete años como Ministra del Interior echa ahora la culpa a “la tolerancia con el extremismo”.

Todo indica que, como hizo Cameron, May ha tomado decisiones y convocado a los británicos a las urnas para arreglar sus problemas de autoridad dentro del partido, donde hay quien le critica diciendo que aún es la ministra de Interior. Quien llegó al cargo aparentando solidez ha tardado menos de un año en mostrar sus incoherencias.

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