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Todo vale en la guerra bancaria suiza

Un tribunal federal acepta como prueba en un juicio datos robados al UBS

El banco suizo UBS será juzgado en Francia por evasión fiscal.
El banco suizo UBS será juzgado en Francia por evasión fiscal.EFE

Las desventuras de los bancos suizos parecen no tener fin. Ahora, sus propias autoridades les han asestado un duro golpe en la guerra fiscal que enfrenta a sus instituciones financieras y varios países europeos. El Tribunal Federal ha dado su autorización a la Administración federal de contribuciones para que ayude a Francia en el caso de los datos robados a la filial gala del UBS. Esta decisión acaba con la práctica tradicional en Suiza, que prohibía toda cooperación fiscal con Estados extranjeros si la información había sido robada.

En este caso, la historia comienza cuando una empleada de UBS Francia roba una lista confidencial con información sobre 600 clientes franceses con cuenta en el banco suizo. Su objetivo era “denunciar las prácticas de evasión fiscal organizadas en el seno del banco”. Dichos datos fueron entregados a las autoridades fiscales francesas, pero uno de los franceses presentes en la lista presentó un recurso ante el Tribunal Administrativo Federal (TAF) suizo, quien le dio la razón. El TAF opuso entonces su veto a la colaboración internacional, tratándose de información obtenida de forma fraudulenta, lo que es “sancionable a ojos de la legislación vigente en Suiza”. A nivel concreto, lo que el tribunal federal establece ahora es el principio de que los Estados extranjeros actúan “de buena fe” cuando utilizan información robada, desautorizando y anulando de forma radical el veredicto del TAF.

Si bien el caso y la petición de ayuda francesa datan de 2012, este precedente actual presenta perspectivas bastante funestas para los bancos suizos, que ven así hundirse una de las últimas protecciones legales que les quedaban. Un especialista fiscal comentaba que “esta decisión judicial abre la puerta a cualquier investigación basada en material robado”, lo que a su juicio es “contrario al principio de buena fe que rige el derecho fiscal internacional”. El año pasado, Suiza recibió 66.553 peticiones de ayuda en casos de evasión fiscal. La mayoría procedía de Francia, España, Polonia, Suecia y Holanda. EE UU no figuraba en los primeros puestos.

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