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Diez cosas raras de los gatos (y que les hacen irresistibles)

Por qué les gustan los sitios más altos, esconderse o pillar el mejor sitio del sofá

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¿Su gato es un escalador nato que busca los lugares más altos de casa para dormir? ¿No soporta ver una puerta cerrada? ¿Le vuelven loco las cajas de cartón vacías o cualquier agujero donde introducirse? ¿No soporta los cambios? Así es el mundo felino. Pero el comportamiento de los gatos tiene su explicación. Comprenderlo es la mejor manera de conseguir una convivencia fluida con los indómitos y peculiares gatos. Aunque cada felino tiene su propia personalidad y conducta, hay algunos comportamientos que suelen ser comunes entre ellos; les definen y les convierten en irresistibles:

1. Hay un escalador en casa. La elasticidad y agilidad gatuna está al servicio del desarrollo de una de sus facetas más particulares, la territorialidad. A los gatos les gusta tener el que consideran su territorio (casa) bien controlado y el mejor lugar para hacerlo son los lugares altos: mesas, respaldos de sofá, muebles. Es por ello que tienen preferencia por los lugares altos de la casa. Pero esta faceta escaladora del gato le puede ocasionar algún que otro problema, como encaramarse a un árbol del que luego no se atreve a bajar o caer desde la barandilla de una terraza o de una ventana por querer ojear todo el panorama.

2. El radar de la comodidad. El lugar más cálido en invierno o el más fresco en verano. El rincón más tranquilo o el sofá más mullido. El gato viene equipado de serie para colocarse en las ubicaciones más privilegiadas de la casa para descansar y dormitar. Y no será fácil que ceda su asiento a ningún miembro de la familia. Son sibaritas por naturaleza.

3. No soporto los cambios. ¿Su gato se altera con las novedades? La razón es que, en general, a los gatos no les gustan las sorpresas en su territorio u hogar. Cambios de mobiliario, llegada de un nuevo miembro a la familia o visitas inesperadas no suelen encajar bien con el carácter felino. “Los hay que se pueden estresar mucho, pero no es que estén enfermos, sino que es una conducta que responde a su naturaleza felina de querer tener controlado y estable su territorio al máximo”, comento Javier Zorriqueta, veterinario de una clínica adaptada a gatos. En estos casos, “conviene utilizar difusores de aroma de hormona facial felina que provoca el bienestar del animal. Se trata del mismo olor que desprende el gato a través de sus mejillas, cuando las frota contra objetos o personas”, aclara el veterinario.

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4. Amo los agujeros. Cajas de cartón, bolsas, maletas, armarios suelen ser como un imán para los felinos. Les gusta introducirse en cualquier agujero. La fama de tener la curiosidad a flor de piel de los gatos y su instinto depredador responde a esta costumbre de inspeccionar cualquier recóndito lugar. Y es que en un agujero, es fácil encontrar un roedor.

5. ¿Por qué tienes que cerrar las puertas? ¿Su gato no soporta ver una puerta cerrada? ¿Insiste en abrirla hasta que lo consigue? No es que conviva con un animal excéntrico y caprichoso, es que le gusta tener todas las habitaciones de la casa controladas y para ello tiene que tener acceso a ellas. Su naturaleza territorial le empuja a hacerlo.

6. Seductor e indómito ¿Caricias y mimos? Sí. Pero en el momento adecuado, en su justa medida y sin agobiar… Este suele ser el planteamiento de un gato con respecto al contacto físico. Eso sí, cuando quiera un acercamiento, lo hará saber con contoneos, ronroneos y movimientos irresistibles que no pasarán inadvertidos, ni siquiera para el más despistado. No obstante, no hay que confundir un alma indómita, libre e independiente con la insociabilidad.

7. Te elijo a tí. A pesar de su fama de independientes y desapegados acérrimos, los gatos “suelen elegir entre todos los miembros de la familia, incluidos otros animales, a su favorito, su leal amigo y compañero de juegos. El vínculo puede ser tan importante para el gato que si su compañero favorito desaparece de su vida puede deprimirse, dejar de comer y aislarse”, explica Sandra Nieto, veterinaria y supervisora de centros veterinarios Sanitos de Kiwoko.

8. Es un superhéroe. Los felinos son maestros en ocultar sus debilidades como forma de sobrevivir frente a sus adversarios. Aunque esté enfermo, sienta dolor o esté estresado, lo exteriorizará lo menos posible. Por ello, sólo las personas que conviven habitualmente con el felino podrán detectar sus cambios de comportamiento: inapetencia, inactividad o aislamiento. En estos casos, conviene consultar con el veterinario.

9. ¿Realmente tiene hambre? Un felino que solicita alimento insistentemente, aunque ya lo tenga en su plato, no es que esté ciego. Pero sí es probable que en vez de saciar su estómago, quiera atención, caricias, mimos o juegos. Los gatos aburridos o faltos de interacción con sus dueños pueden ahogar sus carencias en el plato, lo cual se convierte en una fábrica de gatos obesos.

10. Ojo, que me entero de todo. Los gatos tienen fama de dormilones, pero la mayoría del tiempo, dormitan o se mantienen con un sueño ligero o en alerta. De hecho, un gato que parece profundamente dormido, si tiene un estímulo que le interesa, como el sonido de comida que cae en su plato, se moverá de manera rápida para acudir. Aunque está en modo zen o relajado, también se mantiene atento a lo que ocurre a su alrededor. Es una buena manera de economizar energía.

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