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Loewe, sobresaliente en teoría y práctica

La firma española y Dior lanzan colecciones para el próximo otoño/invierno con mensaje en la Semana de la Moda de París

Desfile de Loewe este viernes en la Semana de la Moda de París.
Desfile de Loewe este viernes en la Semana de la Moda de París.Peter White (Getty Images)
Carmen Mañana

Una colección de ropa a veces nace de una palabra. Pero este viernes, en la pasarela parisiense el discurso literario resultó casi más potente que el estético. El punto de partida de las colecciones de Loewe y Dior fueron dos frases estampadas, respectivamente, en sendos pañuelos. La que dio forma a la rica propuesta de J. W. Anderson: “No puedes llevártelo contigo”; y la que busca sostener el trabajo de Maria Grazia Chiuri: “Feminista es una persona que cree en la igualdad social, política y económica entre sexos”. Tan distintas como sus prendas.

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En una época en la que Instagram y, en general, las redes sociales retransmiten los desfiles en directo a todo el mundo, J. W. Anderson quiso que el suyo para Loewe tuviera algo que se percibiese solo en persona. “Al final esto es moda y debe ser un espectáculo. Tiene que haber un poco de drama”, explicaba tras terminar su presentación. La sala de la sede de la Unesco en París que acogía el evento esperaba a oscuras. Solo unos tímidos focos alumbraban las decenas de plantas repartidas por toda la estancia. Linterna en ristre, los azafatos ayudaban a cada invitado a encontrar su sitio, un lugar ocupado previamente por una libreta con el leitmotiv de la colección impreso en la cubierta: "No puedes llevártelo contigo". “Descubrí un pañuelo con esa frase bordada en un anticuario de Miami y me encantó porque es muy positiva pero también te deja un poco frío, que es, de una manera extraña, lo que yo pretendía con mi desfile”. Por eso, continúa, cuando las luces se encendieron y las modelos se pusieron en marcha la temperatura de la sala bajó de golpe 12 grados.

Más allá de esta experiencia sensorial, el espacio en sí escondía una clave un poco menos críptica de la colección. Sobre sus paredes, colgaban obras del fotógrafo de Sri Lanka Lionel Wendt (1900-1944). “Me interesa su obra por lo oscura y moderna que era. Fue uno de los pioneros del trabajo con imágenes solarizadas y yo buscaba que mis looks lo pareciesen. Que todo girase en torno a la silueta y que la prenda se resolviese en la espalda donde se ven las líneas del patronaje”. Así, sus vestidos de patchwork se retuercen mostrando sus asimetrías. Aunque fue el contraste de texturas lo que ha definido el trabajo de Anderson para el próximo otoño-invierno. Nailon, algodón, seda y piel se mezclan. A veces, incluso, en una misma prenda. Junto al ganchillo y el trabajo de la lana, el británico emplea técnicas de grabado propias de la encuadernación en mangas y remates de cuero.

Desfile de Christian Dior este viernes en París.
Desfile de Christian Dior este viernes en París.FRANCOIS GUILLOT (AFP)

Dos elementos —los cuellos chimenea y las mangas globo— se repiten a lo largo de la colección, confiriendo a las chaquetas de cintura entallada un aire victoriano. También aparecen en vestidos desestructurados de lunares con preciosos cuerpos en nido de abeja.

Además de un bolso en forma de gato —que continúa la senda comenzada por los elefantes y los pandas— , Loewe presenta una vuelta de tuerca a la clásica bombonera llamada Midnight.

Los abrigos y trajes de chaqueta masculinos están cortados a tijera. Los primeros, rematados en rígidos bajos de cuero, constituyen el emblema de una propuesta más comercial pero igual de ambiciosa. Una colección donde cohabita visones con sombreros ilustrados con rebanadas de pan. “Carbohidratos irónicos”, según Anderson.

En la propuesta de Maria Grazia Chiuri para Dior había poco sentido del humor y mucha reivindicación. Al menos, sobre el papel de su nota de prensa. Toda su colección es azul marino, el único color que, en palabras del maestro Christian Dior, “podía competir con el negro pues poseía sus mismos valores”. También era el color, según recordó la italiana, de los uniformes de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Y a través de este tono, Chiuri pretendía “encapsular una verdadera muestra representativa en términos de edad, género y clase social”. El resultado fue una colección que funciona como una continuación clara de la anterior, con sus ya fotografiadísimos vestidos corsé y faldas plisadas de tul. Otra vez, las cintas blancas con el nombre de la firma hacen las veces de tirantes y cinturillas. Resulta especialmente interesante la reinterpretación del look Chevrier perteneciente a la colección de alta costura del invierno de 1949. Sus hombros redondeados y formas relajadas dan lugar a chaquetas y vestidos a medio camino entre la estética monacal y deportiva.

Desfile de Isabel Marant este viernes en París.
Desfile de Isabel Marant este viernes en París.Peter White (Getty Images)

Que los pantalones pitillo están a punto de pasar a mejor vida es algo que las pasarelas llevan advirtiendo unas cuantas temporadas, pero cuando Isabel Marant —una de sus máximas defensoras— repudia públicamente esa prenda, su suerte está echada. La francesa propone modelos años veinte con la cintura alta y la pata ancha o, en su defecto, rectos y cortados a tijera por encima del tobillo, como ya hiciera Vetements hace más de un año. A modo de compensación, Marant ofrece ceñidas botas de mosquetero que suben casi hasta la ingle y que se combinan con vestidos plateados, americanas de hombros corpulentos y abrigos elaborados con tejidos que recuerdan a los de las mantas indias. Piezas que satisfacen el cupo de estampados étnicos que tan bien trabaja la diseñadora y tanto gustan a sus clientas.

La firma Off White tiene solo cuatro años de vida, pero su director creativo, Virgil Abloh, ha decidido llamar a su última colección “Nada nuevo”. Sobre la pasarela, los trajes de cuadros escoceses con faldas rectas dieron paso a conjuntos de pantalón y toreras en tela vaquera, prendas en ante troquelado y, finalmente, volátiles vestidos y tops transparentes decorados con golondrinas. Parecía como si el diseñador estadounidense quisiese demostrar que puede firmar una propuesta comercialmente madura y dejar de ser reconocido como el director de arte Watch your throne, el disco de Jay- Z y Kanye West por el que recibió un Grammy.

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