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ENTREVISTA | NIKHIL SETH

“Los problemas no tienen fronteras, los países no podrán resolverlos solos”

El director ejecutivo del Instituto para la Investigación y Formación de la ONU es optimista respecto al grado de cumplimiento que se logrará de los Objetivos de Desarrollo

Alejandra Agudo
Nikhil Seth.
Nikhil Seth.Bernardo Perez
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Nikhil Seth nació en Delhi y allí estudió Económicas en la universidad, pero pronto su carrera diplomática le llevaría fuera de su país. Ginebra, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Gabón o Guinea Ecuatorial fueron algunos de sus destinos. En 1993 se unió a la ONU como asistente especial y jefe de gabinete del secretario general adjunto para asuntos económicos y sociales. El 1 de octubre de 2015, después de haber encadenado distintas posiciones, Seth fue nombrado el octavo director ejecutivo del Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (UNITAR, por sus siglas en inglés), una organización "pequeña", dice, que se financia con donaciones privadas, pero tremendamente necesaria para que los gobiernos, empresas y organizaciones del mundo sepan cómo implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en septiembre de 2015 por todos los miembros de la ONU. El organismo es el encargado de la formación técnica de funcionarios, parlamentarios, líderes, empresarios, diplomáticos para que las medidas y decisiones que tomen estén correctamente encaminadas a la consecución de los ODS en 2030.

Los 17 Objetivos universales son, más o menos, claros: acabar con la pobreza, el hambre, reducir la desigualdad, construir infraestructuras resientes, frenar el cambio climático... Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo hacer seguimiento de los progresos? ¿Cómo adaptar las políticas nacionales preexistentes para lograr alcanzarlos? Esas son las cuestiones que el UNITAR trata de responder a los países que le piden ayuda. La reciente visita de Seth a España y las reuniones que ha mantenido en Madrid con miembros del Ministerio de Exteriores, del Instituto Nacional de Administraciones Públicas y universidades (sin más detalles) permiten deducir que España ha hecho la llamada para arrancar el proceso de aplicación de la agenda.

De conversación pausada, Seth se declara "optimista" y está convencido de que los Objetivos se conseguirán. La tarea es inmensa, pero él sabe muy bien cómo lograr sus metas. Ya lo hizo como cuando consiguió que el mundo se pusiera de acuerdo en torno al texto que se aprobó finalmente, pues él fue uno de los responsables en apoyar las negociaciones intergubernamentales para consensuar cada reto, con todas sus palabras y comas. 

Pregunta. ¿Por qué es importante formar a líderes políticos en cuestiones relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible o el cambio climático?

España, ¿tiene Objetivos?

Nikhil Seth es director ejecutivo del Instituto para la Investigación y Formación de la ONU, un organismo que trabaja bajo demanda para ayudar a los países, a través de la formación, a implementar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible que se aprobó por todos los países miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. Pero, ¿cuál es el objetivo de su visita a España?

"He venido a España por tres razones. Primero, para detectar cómo el país lleva a cabo su cooperación al desarrollo, particularmente en el contexto de América Latina. Segundo, para trabajar con las universidades y ver cómo los retos que plantea la Agenda 2030 se pueden reflejar en su currículo educativo, particularmente a través de enfoques interdisciplinares dirigidos a encontrar soluciones para los problemas humanos. Normalmente, la investigación está impulsada por la curiosidad, en vez de intentar resolver los problemas humanos. Y creo que es importante saber el origen del universo, pero creo que es igual de importante saber cómo evitar su destrucción, al menos, la del planeta Tierra. Y tercero, quería ver si España está haciendo algo en la promoción y divulgación de los ODS, si están llegando a la sociedad, al sector privado, a los parlamentarios, y cómo podemos ayudar nosotros como institución aportando conocimiento sobre la materia.

Y estoy contento con mis reuniones, porque está claro que el Gobierno español está preocupado por la implementación los ODS y hacer de ellos una prioridad, así como lograr un impacto a través de la cooperación al desarrollo en otros países.

Siempre hay el sentimiento de que el gobierno de tu país no está haciendo lo suficiente, pero no me ha dado tal impresión de que ese sea el caso. Estos procesos llevan tiempo. Cuando se adoptaron los Objetivos del Milenio (ODM), eran esencialmente para los países en desarrollo y tardaron años en despegar. Pero con los ODS, solo un año después, todos quieren empezar. Con todo, que los españoles estén vigilantes sobre lo que hace su país es una buena señal, quiere decir que la gente se preocupa".

Respuesta. La Agenda 2030 representa una gran transformación en cuanto al modo en el que vamos a abordar el desarrollo. Creo que es la primera vez que todos los países de la ONU han adoptado un plan de acción tan ambicioso. Pero para implementarla, los principios que se han firmado tienen que ser comprendidos y aplicados en todos los países. Sin liderazgo político, estas agendas a menudo pierden fuerza. Mantener el compromiso es esencial para que lleguen a ser una realidad.

P. De los políticos se espera que tomen decisiones para mejorar la vida de la gente, ¿por qué necesitan una formación extra en este sentido?

R. La evidencia y la ciencia son esenciales para tomar medidas. Y, ¿cómo obtienes la evidencia? ¿Cómo les explicamos a los legisladores el impacto que puede tener una decisión sobre otras áreas que quizá ellos no están considerando? Necesitan ser formados y capacitados para entender cómo la ciencia interactúa con la política, por qué la evidencia es crucial antes de actuar, cuáles son las interrelaciones entre distintas materias.

No falta información y evidencia de que la modificación del comportamiento no solo no va a costar más, sino que puede lograr efectos positivos importantes. Ese no es el problema. Hacer que los políticos y los directivos realicen cambios, esa sí es la cuestión.

P. ¿Cuál sería la gran lección que cualquier líder político debería conocer respecto del desarrollo sostenible y el cambio climático?

R. Creo que todos los líderes, no solo los políticos, sino también los académicos, empresarios, científicos e investigadores, tienen que entender que las aspiraciones del ser humano, sus miedos, preocupaciones y esperanzas, están relacionados con la economía, la ingeniería, la sociología, el medio ambiente, las leyes, la construcción de sociedades pacíficas... A menos que se comprenda esto, se seguirán tomando decisiones aisladas, sin tener en cuenta las interrelaciones que existen entre ellas. ¿Cómo erradicamos la pobreza? ¿Cómo conseguimos que los jóvenes tengan empleo y las infraestructuras sean sostenibles? ¿Cómo protegemos el ecosistema marino y nuestro aire? Todo esto va junto y esa es la esencia del desarrollo sostenible. Un famoso filósofo y economista de mi país, Amartya Sen, dice que la mayor meta que hay que alcanzar es la educación de las niñas, porque cuando en el futuro sean madres, estarán formadas y esto se refleja en mejoras en la salud, la reducción de la pobreza, en la igualdad. Todos estos problemas pueden ser atajados si se aborda la educación de las niñas. Si se tiene este cocimiento de la interrelación, entonces se pueden tomar decisiones que beneficien la consecución de varios Objetivos.

P. ¿Cómo se imparte ese tipo de formación?

R. Tenemos cursos y módulos de formación, muchos programas; no necesariamente elaborados para los líderes políticos, sino más bien para funcionarios, en la policía, el ejército, ministerios de medio ambiente, de trabajo… Especialmente nos enfocamos en la capacitación de formadores, así multiplicamos el impacto de estos cursos en los países para perseguir metas e indicadores que tenemos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y así cambiar mentalidades y actitudes.

¿Cómo erradicamos la pobreza? ¿Cómo conseguimos que los jóvenes tengan empleo y las infraestructuras sean sostenibles? ¿Cómo protegemos el ecosistema marino y nuestro aire? Todo esto va junto y esa es la esencia del desarrollo sostenible

P. ¿Qué países solicitan su ayuda?

R. Según nuestros últimos datos, 70 de los países más pobres, tanto en África como las pequeñas islas Estado, otros que están saliendo de conflictos, e incluso algunos que todavía lo están, han buscado nuestra ayuda para introducir los ODS en sus planes nacionales, para llegar a acuerdos con distintos actores relacionados con el desarrollo o para crear sistemas estadísticos para hacer seguimiento de los progresos. También algunos de los más aventajados están afrontando problemas similares, por ejemplo, para adaptar sus leyes actuales por las que desean encaminadas a lograr los Objetivos. Lo vemos con el trabajo juvenil: los problemas son universales, no son exclusivos de países pobres. Tenemos plataformas públicas, como el UN Climate Change Learning, pero hay otros programas que son elaborados específicamente para los países y tratamos de responder a sus necesidades.

P. También imparten formación en diplomacia, ¿cree que se está aplicando lo aprendido?

R. Llevamos a cabo dos tipos de formación diplomática. Uno es un curso básico para capacitar a las personas para que hablen, escriban informes y redacten leyes mejor; así como para reforzar sus habilidades de negociación, que sepan cómo conseguir lo que quieren en los escenarios multilaterales. También impartimos cursos especializados sobre cuestiones más técnicas, como la propiedad intelectual, la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU, o determinados temas de salud. Esta doble formación no es política, es decir, no les decimos a los países qué posición política deben tener, simplemente les podemos dar ideas e instruirles en la efectividad del diálogo, de la comunicación, del conocimiento en cada materia.

P. ¿Y funciona?

R. Está funcionando muy bien. Todos los diplomáticos que han asistido a nuestros cursos dicen que les han ayudado mucho cuando entran en el mundo de la diplomacia multilateral. Les da el conocimiento para ser capaces de defender sus posiciones nacionales de manera más articulada.

P. ¿Cree que implementar la Agenda 2030 y tomar medidas para conseguir los Objetivos es un problema de conocimiento o de convicción?

R. Creo que tiene que ver con ambos. Nos hemos acostumbrado a trabajar de una determinada manera, en los Gobiernos, en la academia, en los negocios… cada uno en su materia de forma independiente de los demás. Y la gran lección de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es que tenemos que hacerlo juntos. Que esto se comprenda llevará tiempo, pero la gente se está dando cuenta de las ventajas de aunar esfuerzos; así que el cambio llegará. Al fin y al cabo, somos seres humanos y somos producto de nuestros hábitos, de los malos también, y seguimos haciendo las cosas como se hicieron en el pasado. Pero si no resolvimos un problema de una determinada manera, no lo solucionaremos en el futuro haciendo lo mismo. Hay que pensar de manera distinta. Organizaciones como UNITAR ayudan a provocar un cambio de mentalidad. Eso es lo que necesitamos, porque tendemos a pensar que las cosas cambiarán por si solas, pero eso no pasa. 

P. En UNITAR tienen cursos especializados para fomentar el liderazgo femenino, ¿por qué cree que no se escucha más a las mujeres y todavía necesitan formación específica dirigida a ellas?

R. Hay muchos prejuicios sociales y portamos con nosotros la mentalidad de las generaciones pasadas. Es el bagaje de la historia. Y superarlo no es fácil. Necesitamos trabajar para cambiar la mentalidad respecto al papel de las mujeres, así las chicas podrán contribuir como los chicos a conseguir estos objetivos de desarrollo.

P. De las personas que recibieron formación de UNITAR en 2016, solo el 6% provenía del sector privado, ¿qué tipo de conocimientos se les enseña?

Si no resolvimos un problema de una determinada manera en el pasado, no lo solucionaremos en el futuro haciendo lo mismo

R. El área más importante es el concepto de cooperar con la responsabilidad social, la preservación del medio ambiente, la sostenibilidad, que cubre muchas materias como los derechos humanos, el empleo decente, la salud, la educación, el uso de la energía, el cambio climático, la reducción de la contaminación… Hay muchos temas en los que las compañías tienen que informar sobre lo que están haciendo para asegurarnos de que sus actividades no son dañinas para la economía y la sociedad, por ejemplo, que no se den situaciones de explotación o trabajo infantil. La formación que reciben tiene que ver con cómo pueden reportar el impacto de sus actividades en todos estos asuntos y hacerles comprender que la sostenibilidad tiene que ver con su objetivo de lograr beneficios, y que además hay un impacto más profundo que no se puede traducir en euros o dólares, tiene que medirse de un modo más detallado y sofisticado, en el que los costes-beneficios sean vistos como algo más que dinero.

P. ¿Cómo afecta que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, niegue el cambio climático y no muestre ningún interés en trabajar para lograr los objetivos de sostenibilidad?

R. Los individuos son importantes, pero en los asuntos multilaterales hay muchos actores y variedad de opiniones. Quedarse solo con determinadas declaraciones que se hacen en ciertos contextos es engañoso. He vivido durante 26 años en EE UU y sé que es un país muy complejo, donde hay millones de actores, cuyas decisiones diarias tienen efectos en muchas áreas. Todos los políticos que empiezan tienen que tener una oportunidad para ver cómo sus decisiones afectan asuntos como el cambio climático, porque tomar conciencia sobre estos temas lleva tiempo. Tenemos que esperar y ver. 

P. Pero el mensaje es muy fuerte cuando viene del presidente de EE UU para otros gobernantes que pueden pensar que si el cambio climático no le importa a él, por qué tiene que importarles a ellos.

R. También escuchamos a líderes de China o India, por ejemplo, sobre su confianza en las energías renovables, no solo por la competitividad de los precios, sino porque la seguridad energética es muy importante para estos países. Los discursos de algunos en sus campañas no van a tener siempre un efecto en el resto del mundo. El presidente de China ha expresado contundentemente en Davos su preocupación por el cambio climático y los objetivos de desarrollo. Creo que hay esperanza. Los problemas –las enfermedades, las sequías, los refugiados– no tienen fronteras y los países no los podrán resolver solos, tiene que haber un esfuerzo colectivo. Y se acabarán dando cuenta.

Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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