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Por qué es importante dejar que los niños exploren distintos roles

A partir de los dos años, niños y niñas toman conciencia de los géneros y juegan a imitar a los adultos en distintos papeles y profesiones. Esto es lo que aprenden mientras lo hacen

Dos niñas juegan a ser doctora y enfermera.
Dos niñas juegan a ser doctora y enfermera.Gary Burchell (getty )

Todavía está reciente en nuestra memoria la Navidad y la cantidad de regalos que reciben los niños y las niñas en estas fechas. No es raro escuchar a los adultos pedir recomendaciones de juegos educativos, plantearse si los juegos son o no sexistas y después sorprenderse con los comportamientos y los comentarios que hacen los más pequeños durante el juego: “Yo solo quiero jugar con niños”, “los niños son unos brutos, solo quiero jugar con mis amigas”, “mamá ¿puedo jugar a ser mamá y me pintas las uñas como tú?”, “quiero ser mayor como papá para conducir un coche”, etcétera.

Para ayudar a los padres en la tarea de encontrar información útil, fiable y basada en la evidencia científica, y a la vez, crear una comunidad donde profesionales y familias se enseñen los unos a los otros, nació la web Mamicenter (evolución del grupo de Facebook El médico de mi hij@). En él, profesionales de todos los campos relacionados con la salud infantil atienden a las dudas que nos pueden surgir en el día a día de forma gratuita.

¿Qué ocurre con los niños de 2 a 6 años? ¿Debemos intervenir los adultos? Y si fuera así ¿en qué sería aconsejable que interviniéramos? ¿Hasta dónde podemos intervenir?

Empecemos por el principio: cuando un bebé nace, es necesario que la vinculación con el adulto que será el principal cuidador (la mayoría de las veces las madres) sea tan fuerte que prácticamente son “casi una única persona”. Poco a poco, a medida que el bebé va desarrollando sus capacidades, empieza a ganar independencia de movimientos, de acción, de autonomía. Ya no necesita al adulto para absolutamente todo, hay cosas que puede hacer por sí mismo, y es cuando empieza a construir su propia identidad.

Las categorías sociales de género, raza-etnia, edad, profesión, etcétera, le van a ayudar a identificarse a sí mismo y a los otros, aunque poco a poco tendrá que ir aprendiendo cuáles son permanentes y cuáles pueden ser modificables.

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Por otro lado, también en estas edades, es muy característico el juego de roles o el “hacer como si”. En este juego, los niños y las niñas imitan conductas de los adultos, que les ayudan experimentar cómo se pueden sentir en diferentes roles: cocinero, bombera, policía, papá, mamá, monstruo, perro, bebé, etc… Una niña que juega a ser mecánica de coches puede estar asumiendo una identidad masculina si dice “soy un papá mecánico”, o puede estar asumiendo una identidad femenina si dice “soy mayor y trabajo de mecánica”. En cualquiera de los dos casos, está aprendiendo a ponerse en el lugar de otro, a estructurar su visión que tiene del mundo, a desarrollar habilidades sociales, a crear y respetar reglas, le permite probar distintas soluciones a situaciones similares a las que vive en su día a día, etc.. Es necesario que todos los niños y niñas, tengan la oportunidad de explorar distintos roles. En definitiva, es su laboratorio en el que aprenden a vivir.

¿Y qué podemos hacer los adultos?

Raquel Carretero es logopeda y maestra educación especial en Mamicenter.

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