Cartas al director

Al margen del tiempo

Hace poco más de cuatro décadas comenzaban a instalarse los teléfonos fijos en los hogares españoles, no había cajeros automáticos ni tarjetas de crédito, el sexo de los bebés era una incógnita hasta su nacimiento, las mujeres no podían comprar bienes inmuebles ni abrir una cuenta bancaria sin consentimiento de los maridos, la ciudadanía no elegía a los representantes políticos a través de las urnas y los televisores eran en blanco y negro. Han evolucionado y cambiado muchas cosas desde entonces; sin embargo, hay algo que parece mantenerse al margen del tiempo: el formato de los especiales tel...

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Hace poco más de cuatro décadas comenzaban a instalarse los teléfonos fijos en los hogares españoles, no había cajeros automáticos ni tarjetas de crédito, el sexo de los bebés era una incógnita hasta su nacimiento, las mujeres no podían comprar bienes inmuebles ni abrir una cuenta bancaria sin consentimiento de los maridos, la ciudadanía no elegía a los representantes políticos a través de las urnas y los televisores eran en blanco y negro. Han evolucionado y cambiado muchas cosas desde entonces; sin embargo, hay algo que parece mantenerse al margen del tiempo: el formato de los especiales televisivos de Nochebuena y Nochevieja. Más de 40 años ofreciendo lo mismo, ¡qué entretenido!— Alejandro Prieto Orviz. Gijón (Asturias).

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