_
_
_
_
_

Antoni van Leeuwenhoek, el primer microbiólogo

El científico holandés creó sus propias lentes para desentrañar los misterios de los seres vivos

Antoni Van Leeuwenhoek.
Antoni Van Leeuwenhoek.

Antoni van Leeuwenhoek (Delft, 1632-1723) inició en el siglo XVII el camino de la microbiología. Hijo de comerciantes, siguió la tradición familiar hasta que con poco más de 20 años descubre un rudimentario microscopio, de una sola lente con capacidad de ampliación de tres aumentos, que era utilizada por los vendedores de telas. En paralelo a su actividad comercial, desarrolló una importante actividad en la creación de microscopios. Hoy, 24 de octubre, se conmemora el aniversario de su nacimiento con un doodle de Google.

Más información
Microscopio para ver el ADN en espacio y tiempo
Todos mis microbios y yo

Van Leeuwenhoek diseñó microscopios de lente única para ver más allá de lo que permite el sentido de la vista y desentrañar los secretos de la vida de los seres microscópicos. Fue un visionario de la microbiología. En una carta a la Royal Society, de Londres, Antoni Van Leeuwenhoek se maravilló de lo que había visto en una muestra de agua de un lago cercano. Las lentes de aumento le habían permitido descubrir "pequeños animales", que ahora conocemos como bacterias y microbios.

Antoni Van Leeuwenhoek, al igual que Galileo, pulía sus propias lentes para los microscopios, en un proceso que quedaba en sus manos desde el principio al final. Algunas de sus lentes llegaron a los 200 aumentos. A lo largo de su vida, fabricó 500 lentes y desarrolló fijaciones tanto para pequeñas lentes biconvexas montadas sobre platinas de latón que se sostenían muy cerca del ojo, así como estructuras del tipo microscopio en las que se podía fijar tanto la lente como el objeto a observar.

También fue un adelantado en la observación de bacterias y microorganismos. Por ejemplo, Antoni Van Leeuwenhoek descubrió la levadura y fue el primero en mencionar la existencia de los espermatozoides. En una carta que envía a la Royal Society habla de "animáculos" muy numerosos en el esperma. Otra pata fundamental de su trabajo experimental fue su férrea oposición a la teoría de la generación espontánea.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_