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Tentaciones
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¿Hay que acabar de una vez por todas con Mujeres hombres y viceversa?

Se les tacha de machistas, homófobos, incultos o vagos y, con todo, llevan ocho años en antena, pero la audiencia va cada vez más en picado y ni con la presencia de un trono gay están consiguiendo reflotarla

Cada poco tiempo, a veces incluso semanas, la polémica vuelve a cebarse con 'Mujeres y hombres y viceversa'. Hay que reconocerlo: es un blanco fácil. Todo lo que ocurre en el plató de Emma García es susceptible de crítica, en muchos casos fundamentadísima. Desde la sexualización extraña al fomento de estereotipos o la demonización de la cultura. Nada está peor visto en este universo de tronistas y pretendientes que hablar bien y escribir con propiedad -lo de tener una carrera universitaria es ya pura utopía-. Se les tacha de machistas, homófobos, frívolos, incultos o vagos y, con todo, llevan ocho años en antena con un éxito nada desdeñable para un programa tan longevo y un público fiel capaz de cualquier cosa con tal de seguir las peripecias de sus ídolos de andar por casa. ¿Milagro televisivo? ¿Estupidez humana? Lo del fenómeno 'MYHYV' sí que es inescrutable.

'MYHYV' cerró septiembre con uno de sus peores datos de share -un 13%- y la tendencia parece que no frena -en la última emisión a fecha de terminar este artículo, llegó a un 11%, con 750.000 espectadores

A principios de octubre, el programa sufrió un revés que podría haber terminado con su existencia. Las redes sociales se incendiaron ante unas declaraciones de Suso, actual tronista y exconcursante de varios realities, sobre una cita sin cámaras que había tenido con una de sus pretendientas. “Si tú me das a entender una cosa y yo me acelero, luego no me digas 'hasta aquí, ahora ya no, me voy', porque, sinceramente, yo ya no razono”, declaró indignado, ajeno, al parecer, al significado de sus palabras. La presentadora trató de matizar -“se puede empezar algo, llegar a un punto en el que no se quiera seguir y parar, ¿qué problema hay?”-, pero el daño ya estaba hecho. ¿Cómo se les ocurrió emitir ese fragmento en un momento tan delicado con la violencia y agresiones hacia las mujeres? ¿Nadie pensó en cortarlo, teniendo en cuenta de que se trata de un programa grabado? Lanzarse a la polémica es un juego un tanto peligroso.

Con todo, el programa siempre termina saliendo victorioso. Incluso en asuntos tan peliagudos como éste. Poco importa que se cuestione la influencia que ejerce sobre sus jóvenes espectadores -el viejo debate sobre si la televisión debe educar o no-, que tenga peticiones abiertas en plataformas como change.org solicitando su retirada o que cada vez que se cancela su emisión por cuestiones de actualidad sus fans se rasquen las vestiduras en Twitter -y los medios se hagan eco para diversión de propios y ajenos-. ¡Qué el espectáculo nunca pare! 'MYHYV' ha calado en la sociedad. Ha conseguido crear su propio ecosistema, ha inventado un lenguaje, unas reglas y unas pautas de conducta nunca vistas en un programa. Es un universo tan complejo que, de no estar familiarizado, es imposible de comprender. Pero que no se confíen. Puede que las polémicas no consigan acabar con ellos, pero hay herramientas mucho más poderosas.

El reinado de los 'tronistas' en la parrilla de Telecinco no pasa por sus mejores tiempos. Al desgaste propio de un formato que puede que ya lo haya dado todo -tiene oportunidades de renovarse pero siempre termina pecando de miedo ante el cambio-, se le une una audiencia cada vez menos entregada. 'MYHYV' cerró septiembre con uno de sus peores datos de share -un 13%- y la tendencia parece que no frena -en la última emisión a fecha de terminar este artículo, llegó a un 11%, con 750.000 espectadores-. Y lo peor de todo, también ha perdido fuelle entre su público objetivo: los jóvenes. De sobrepasar el 40% de share entre los espectadores de 13 a 25 años ha pasado a quedarse en un 30%. Un dato que debería hacer temblar a los responsables del espacio. Si se marchan los únicos que viven el programa con devoción, ¿qué les queda? ¿Echar el cierre?

Para paliar esta sangría televisiva, las cabezas pensantes del universo tronista han ideado mil y una estratégicas, todas con un éxito altamente relativo. Han incorporado a las estrellas de la cadena a su plantilla -Olvido Hormigos, Ylenia o Antonio David Flores-, han tirado de exconcursantes de 'Gran Hermano' como tronistas, han inventado una sección con participantes de más edad para atraer a otros targets y hasta se han entregado en cuerpo y alma a un romance, con grandes dosis de escándalo, entre dos hombres para testar la posibilidad de un trono gay, algo que lleva años rumoreándose pero que nunca termina de cuajar -cuando podría ser su verdadera renovación-. Y ni con esas han conseguido reflotar la audiencia. Con ese panorama, tampoco resulta tan extraño pensar que las polémicas son el único bastión que les queda para mantener el tipo. Debe ser que en los pasillos de la cadena ya han superado el miedo al 'noriazo'. ¡Qué pronto se olvida en España!

Con todo, tampoco nos volvamos locos. Todavía le queda vida a 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Es un programa económico -las ventajas de tirar de personajes anónimos para llenar los contenidos-, alimenta la escaleta del resto de la cadena y es una cantera magnífica para probar nuevos rostros que acabarán en 'GH VIP' o 'Supervivientes'. Muy mal tendría que acabar la audiencia como para que se planteasen retirarlo pronto. Tras ocho años en antena, ¿quién puede mantener el nivel? Eso sí, va siendo hora de 'arriesgar'. Hasta ahora los perfiles de participantes diferentes no les han funcionado, pero, ¿y abrir la mente a la diversidad afectivo-sexual? La sociedad está más que preparada para ello -¡vivimos a diario así!-.Conseguirían renovar el espectro y quitarse de encima algunas de las etiquetas que han acumulado a lo largo de los años. Más fácil, imposible. ¿Dónde ha quedado la televisión que innova? Ésta sí es la pregunta del millón.

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