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Drones para conocer las necesidades de las vides

La bodega Matarromera, en Valladolid, utiliza vehículos aéreos no tripulados para obtener información precisa sobre la calidad y madurez de las uvas

Dron en un viñedo de las bodegas Matarromera, en Valladolid.
Dron en un viñedo de las bodegas Matarromera, en Valladolid.

Los productores de vino han encontrado en los drones un nuevo aliado. El objetivo, dicen desde la bodega Matarromera, en Valladolid, es “ahorrar tiempo, costes y recursos”. ¿La idea? Utilizar estos vehículos aéreos no tripulados para vigilar las necesidades de las vides con más precisión. Una ayuda extra que, esperan, sirva para conseguir una buena cosecha.

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En colaboración con la empresa tecnológica Smart Rural, la bodega ha comenzado a probar el proyecto. Los drones obtienen una imagen infrarroja y multiespectral de las viñas, creando un mapa de vigor del viñedo: necesidad de riego, actividad clorofílica o el contenido en antocianos —los encargados de, entre otras cosas, proteger a la planta de la radiación ultravioleta—. Esta información precisa sobre la calidad y madurez de las uvas ayuda al equipo de enólogos a decidir el momento óptimo de vendimia y poda, así como a conocer el estado de los suelos, la necesidad de abonos y determinar si existe alguna plaga.

El grupo vallisoletano, que busca aunar nuevas tecnologías y trabajo artesanal, lleva tiempo aprovechando las ventajas que ofrece la industria 4.0 —así se conoce a la cuarta revolución industrial—. Antes que los drones, Matarromera utilizó satélites en otras vendimias pero, explican, “las imágenes no son tan exactas”. Se trata de una agricultura de precisión que ahorra energía y recursos al conocer los cuidados que necesita el cultivo. Además, reconocen, ayuda a aligerar el trabajo de aquellos que hasta ahora se encargaban manualmente de estas tareas.

El consumidor también se verá beneficiado del uso de los drones, y no solo porque el resultado final sea más gustoso para el paladar. La propuesta de Matarromera busca ofrecer vinos y aceites más ecológicos y antioxidantes, haciendo que el producto sea más saludable. “Para nosotros se trata de un valor añadido y diferenciador que hace que nuestros productos sean más competitivos en un mercado cada vez más exigente”, afirman.

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