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El porteo no es una moda

Las familias apuestan, cada vez más, por la practicidad y por estilos de crianza que fomentan el contacto con sus bebés

Un hombre llevando a su bebé en una mochila portabebés
Un hombre llevando a su bebé en una mochila portabebés Jose Jordan

Cada vez es más habitual cruzarse por la calle con padres y madres que portean a sus hijos en un fular, una bandolera o una mochila.“Hay países que nos llevan años de delantera al respecto, pero el porteo ergonómico es cada vez más conocido en España y sus beneficios llegan cada día a más familias”, reconoce Eva Gracia, especialista en porteo y fundadora de Kangarunga, Este dato le hace ser optimista y tener una ilusión marcada en rojo en el calendario para dentro de cinco años: momento en que la mochila ergonómica sea un imprescindible para cualquier familia que vaya a tener un hijo. Para verla cumplida, los expertos se apoyan en la difusión que les ha dado Internet, los blogs y los smartphones (“que permiten que los padres tengan acceso a una información sobre maternidad y paternidad que antes no tenían”). Y en el hecho de que, cada vez, más profesionales de la salud estén conociendo los beneficios del porteo ergonómico y recomendando este a los padres. Motivos a los que Laura Gracia, psicóloga, instructora de porteo y fundadora de Pajarito Pinzón, une la tendencia, cada vez más en auge entre las familias, de apostar “por la practicidad y por estilos de crianza que fomentan el contacto con los niños y el apego seguro”.

Un pequeño paso que normaliza un acto, portear, que por momentos, y especialmente desde que algunas celebrities se animaron a llevarlo a cabo, se ha asociado a una moda pasajera. Nada más lejos de la realidad. “Los padres han buscado desde siempre un sistema que les permitiera llevar consigo a sus bebés mientras seguían realizando sus actividades. Hasta nuestros tiempos han llegado testimonios de telas, mantas, cestas, incluso rudimentarias mochilas”, explica Eva Gracia.

Opinión que refrenda la psicóloga Laura Perales. Perales afirma que el ser humano “jamás ha dejado de portear” y pretender hacer ver que la idea de que el porteo es algo nuevo “parte de una mentalidad etnocentrista”. En ese sentido, la experta recuerda que el ser humano es una especie altricial, es decir, que nacemos inmaduros, dependientes de la madre y con una gran necesidad de contacto: “Otros mamíferos nacen y ya andan, incluso, los monos son capaces de aferrarse al pelo de su madre. Nosotros ni eso. Por eso, más que ninguna otra especie, necesitamos el cuidado y la cercanía de la madre, de día y de noche”.

Consejos para un porteo ergonómico y seguro

Asegura Eva Gracia que colocar mal a un bebé en una mochila portabebés ergonómica “es poco probable” debido a lo intuitivas que son; y añade que una de las grandes ventajas que tiene portear a un bebé ”es que siempre le tenemos bajo nuestra supervisión y podemos adelantarnos a cualquier incomodidad que pueda sentir”. No obstante, no está de más tener siempre en cuenta una serie de consejos para llevar a cabo un porteo ergonómico y seguro.

  • Recurrir para la compra a tiendas especializadas en portabebés ergonómicos y, en caso de ser necesario, recurrir a asesoras o instructoras de porteo para aprender a manejar la mochila.
  • Respetar los límites mínimos y máximos de peso y envergadura señalados por el fabricante.
  • Comprobar que nuestro bebé no toca su pecho con su barbilla.
  • Evitar que el portabebés le cubra la cabeza.
  • No abrigar al niño excesivamente.
  • Ajustar correctamente el portabebés (sea del tipo que sea): además de cerrar o anudar es necesario que el bebé quede bien pegado al adulto y a la altura adecuada (un beso de distancia).
  • Sujetar la cabeza del bebé con la tela, la capucha, etc. especialmente si todavía no la sujeta por sí mismo o si va dormido.

Beneficios del porteo

Según Eva Gracia el listado de beneficios que ofrece el porteo ergonómico para los bebés y para los padres “es larguísimo”. Estos irían desde permitir adoptar al bebé “una posición totalmente natural y saludable, mucho más cómoda que la posición tumbada en cuna, hamaca o carrito”; hasta una mejor regulación de “la temperatura, la respiración y el estrés” de los recién nacidos; pasando por la mejora de los cólicos, las regurgitaciones o el reflujo y “la prevención de la plagiocefalia y la displasia de cadera”. Beneficios a los que Laura Gracia une también el fomento de la “sensación de seguridad en el bebé”, que se traduce en “menos llanto, mejor calidad de sueño y menos estados de alerta”.

Eso y favorecer un apego seguro. Laura Perales recuerda que "el contacto, que favorece y facilita el porteo, va a sentar nuestras bases psicológicas para el futuro": “A través de la piel y la mirada el niño va a desarrollar su yo, va a formarse el vínculo y el tipo de apego que va a condicionar todas sus relaciones futuras, inclusive consigo mismo. Y a través del contacto, se estimula la producción de neurohormonas que tienen que ver con la lactancia y con el placer, siendo este último esencial como base del aprendizaje”.

Para Perales, creadora de Crianza Autorregulada, el vínculo es algo que se desarrolla en ambos sentidos, no solo en el bebé, de forma que el porteo también ofrece beneficios para los padres: “Estar en contacto con el niño va a facilitar la lactancia materna, la crianza y va a prevenir problemas posteriores”. La psicóloga ve en el porteo “una fantástica herramienta” para poder llevar a cabo nuestras tareas diarias “sin dejar de atender las necesidades biológicas de contacto del bebé”. Aspecto este último en el que coincide con Eva Gracia, que explica que poder hacer otras tareas sin descuidar al pequeño “tiene un fuerte impacto en la autoestima y puede incluso mejorar la depresión posparto” en el caso de las madres.

Mochilas ergonómicas, mochilas colgonas y seguridad

Pese a todos los beneficios y las comodidades que ofrece el porteo, de forma esporádica alguna noticia se hace eco de la muerte por asfixia de algún bebé al que sus padres porteaban. “Cuando leemos este tipo de noticias, estaría bien conocer todos los detalles de lo sucedido: qué portabebés se estaba usando, en qué posición estaba situado el bebé, si tenía algún problema médico previo...”, sugiere la experta, que añade que el porteo ergonómico “es de por sí seguro”. Según Gracia, cuando el bebé está colocado en una posición ergonómica “el riesgo de que pueda sufrir asfixia postural es mínimo”, aunque recuerda que “obviamente” se deben observar siempre unas medidas de seguridad y de sentido común “como por ejemplo vigilar que el mentón del bebé nunca toque su pecho o que el portabebés nunca le cubra la cabecita”.

El auge de las mochilas ergonómicas, sin embargo, no ha hecho desaparecer del mercado a las conocidas en el sector como colgonas. Mochilas que identificaremos rápidamente en la calle porque, como explica Laura Gracia, "el bebé va literalmente colgado de sus genitales en ellas, completamente estirado, con la espalda y las extremidades rectas y normalmente más separado y muy bajo con respecto al porteador". Algo que, según Eva Gracia, sí incrementaría el riesgo de asfixia. “Normalmente, el bebé va bajo en este tipo de mochilas porque tienen muy pocos ajustes y, a menudo, pasa que debido a esa falta de ajuste el niño no solo va bajo, sino completamente flojo dentro de la mochila. Esto sí supone un riesgo de asfixia postural cuando el bebé es muy pequeño porque si se arruga dentro de la mochila puede tener problemas para respirar, y no solo porque su barbilla toque su pecho sino por la propia posición encorvada”, explica la experta.

Las mochilas ergonómicas, en cambio, se adaptan al bebé. Así, como afirma la propietaria de Kangarunga, en estas últimas el bebé “puede adoptar una posición natural y saludable: piernas en posición de ranita, con las rodillas más altas que el culete y espalda redondeada conforme a su desarrollo”. No existen, por tanto, puntos de presión ni zonas rígidas. Además, según Laura Gracia, la distancia entre el bebé y el porteador “es la óptima”, ya que el primero va completamente pegado al segundo y a una altura correcta, que vendría a ser “a un beso de distancia”.

Los padres, por su parte, son los otros grandes beneficiados con el uso de una mochila ergonómica, ya que a diferencia de las colgonas, en la que el peso recae de forma exclusiva sobre los hombros, en las ergonómicas, según la instructora aragonesa, “el peso se reparte de una manera más homogénea entre los hombros, la espalda y la cintura-cadera”, de forma que se puede portear cómodamente durante horas. “Siempre decimos que un bebé pesa menos en una mochila ergonómica que en brazos y esto es en gran medida por lo bien repartido que queda el peso”, concluye Eva Gracia.

Tipos de portabebés, por Laura Gracia

En general, por su facilidad de uso y por su comodidad, las mochilas suelen ser los portabebés más demandados, aunque parece que últimamente las familias están empezando a animarse con los fulares y otras herramientas de porteo.

Fular: es una banda de tela que, mediante su anudado, permite llevar al bebé en diferentes posiciones. Podemos encontrar fulares de tejido elástico, semielástico o rígido. El fular es ideal desde el nacimiento y es de las opciones más versátiles del mercado.

Bandolera de anillas: es una tela de unos dos metros, con dos anillas en uno de sus extremos. El peso recae sobre un único hombro y puede usarse desde el nacimiento.

Mochilas Portabebés: Formada por un panel central rectangular, unas tiras anchas y acolchadas que reparten el peso en los hombros y una banda (también acolchada) en la cintura, sobre donde recae la mayor parte del peso. Se ajusta mediante correas con cierres. Algunas pueden usarse desde el nacimiento, pero la mayoría desde que el bebé se sienta solo (a partir de los 6 meses aproximadamente).

Mei Tai: Inspirado en los portabebés asiáticos, está compuesto por un panel de tela y cuatro tiras largas que se anudan. Como las mochilas, algunos mei  tais pueden usarse desde el nacimiento, otros desde más adelante, depende de cada modelo.

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