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Tentaciones
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DIS Magazine, los 'influencers' que han revolucionado la era 'postinternet'

¿Es arte? ¿Es una web? ¿O es una broma? Los artífices de DIS buscan crear confusión y curiosidad para difundir su discurso. Además de obtener cientos de miles de 'likes', hasta la Bienal de Berlín ha caído en sus redes

Es un prefijo y también un nombre. Y un adjetivo. Y una página web y un colectivo artístico radicado en Nueva York y formado por los treintañeros Lauren Boyle, David Toro, Solomon Chase y Marco Roso, español este último a quien conseguimos secuestrar para esta entrevista durante la semana de apertura de la 9ª Bienal de Berlín, de la que han sido comisarios y que se puede visitar hasta el 18 de septiembre.

Por supuesto, DIS también son los influencers más importantes del panorama cultural denominado postinternet, en cuyo seno se mezclan las prácticas de artistas, pensadores y creadores que o bien son nativos de Internet o bien han adoptado lo digital directa o indirectamente como inspiración. Una generación de la que nadie hablaba y que compartían intereses con los miembros de DIS, que pertenecían a la industria creativa de Nueva York y que, al perder sus trabajos por la crisis del 2008, decidieron unirse. "Todo surgió de una forma muy casual y naíf", explica el barcelonés Marco Roso, "básicamente fue un gesto muy modesto que inmediatamente, gracias a las redes sociales, se expandió y, para nuestra sorpresa, la audiencia empezó a crecer".

"Queremos desconcertar". Marco Roso y sus compinches quieren que te preguntes '¿qué es esto?' cada vez que veas su trabajo

Dedicación, pasión y el potencial viral de los contenidos e imágenes radicalmente nuevas que manejaban hizo el resto. Sus publicaciones en redes como Facebook contaban miles de likes y cientos de comentarios "en los que se mezclaban amas de casa, estudiantes de arte y rednecks de la américa profunda", relata Roso, divertido. "Funcionamos como una trampa. Atraemos al lector mediante contenidos de una carga visual muy fuerte y después dejamos que la profundidad del contenido se infiltre. No somos una revista académica pero sí que mantenemos una estructura teórica muy fuerte, mientras buscamos un publico diverso generando proyectos e imágenes donde reina la confusión: '¿Es arte, no es arte, es fashion, qué es esto?'. Queremos desconcertar". Y continúa: "A nosotros, con los productos que diseñamos o nuestro trabajo artístico, donde nos encantaría estar es en Bed, Bath and Beyond que es un poco como El Corte Inglés. Acceder a una población mayoritaria", remata.

DIS, que en inglés es un prefijo que negativiza términos como des- lo haría en español (descontento, desagradable, desgraciado), planteaba un posicionamiento del colectivo a la contra del orden creativo establecido, "pero después nos dijimos que también había que celebrar las cosas, ya que esto introduce un aspecto mucho más ambiguo respecto a lo que mostramos". Es decir, que el clásico '¿se-están-quedando-conmigo?' puede tener un potencial más desestabilizador que un hermético ensayo sobre la-radicalidad-de-la-nada. Y esa fórmula de trabajo, que se basa en apostar por lo que te incomoda en lugar de por aquello que simplemente te gusta/no te gusta, les coloca por delante incluso del adjetivo que su nombre evoca. Porque, si tú crees que algo es muy DIS, probablemente ellos ya están en otra cosa.

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