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Tribuna
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Una mujer para la Secretaría General

Rajoy debe apostar por la igualdad y apoyar a una candidata al frente de la ONU

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, ofrece un discurso sobre paz este martes en Sri Lanka.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, ofrece un discurso sobre paz este martes en Sri Lanka.M.A.PUSHPA KUMARA (EFE)

El 13 de octubre de 2015, el primer ministro español, Mariano Rajoy, habló como presidente del Consejo de Seguridad. “La desigualdad de género”, dijo, “es una amenaza contra la paz y la seguridad internacional”, la misma conclusión del estudio que había llevado a la adopción de la Resolución 1325 en el año 2000. Quince años después, España acababa de patrocinar la Resolución 2242, y de prometer 1 millón de euros para el Instrumento de Aceleración Global.

Ahora, el mundo tiene la oportunidad de reforzar el programa de Mujeres, Paz y Seguridad con el nombramiento de una mujer para ser la novena Secretaria General de Naciones Unidas, y España debe tomar la iniciativa.

La discriminación de género está muy arraigada en la ONU, sus agencias y sus principales órganos, como el Consejo de Seguridad (CS). Se vio con gran claridad en la primera encuesta informal del CS sobre candidatos a la Secretaría General. Pese a que había varias mujeres tan calificadas como los hombres, los propuestos fueron mayoritariamente hombres; sólo hubo una mujer, en tercer lugar, y una segunda ronda añadió otra más, en quinto puesto.

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Desde la primavera de 2015, las campañas para el nombramiento de una mujer han intentado que hubiera paridad en las listas y en los requisitos. El Presidente de la Asamblea General organizó por primera vez un proceso abierto y prometedor, con audiencias públicas y televisadas: creímos que no iban a tomar la decisión los de siempre y que podíamos ganar la batalla.

El Consejo de Seguridad debe demostrar que se toma en serio sus propias resoluciones y los derechos de la mujer

Sin embargo, es evidente que la batalla contra la misoginia no ha hecho más que empezar. De los 15 miembros del Consejo, sólo uno tiene una mujer al frente del gobierno, Reino Unido, y sólo hay una embajadora, la de Estados Unidos, que no quiere unir esta elección a la de una mujer presidenta.

La rotación regional, pese a no figurar en la Carta de Naciones Unidas, es un principio asentado, y el grupo de Europa del Este reclama su turno. Por eso 8 de los 12 candidatos, 3 de ellos mujeres, proceden de allí. Otros respaldan al candidato portugués, António Guterres, ex primer ministro y responsable de ACNUR.

Los miembros del CS deben analizar a las mujeres candidatas con imparcialidad y sin caer en la costumbre de asignar siempre los cargos internacionales a hombres. Cuatro de las candidatas están o han estado al frente de organismos de la ONU. La búlgara Irina Bokova dirige la UNESCO, que interesa especialmente a España por su labor en la Alhambra, el Generalife y el Albaicín como patrimonio mundial. Además, es del este de Europa. Susana Malcorra, actual ministra de Exteriores de Argentina, fue jefa de gabinete de la Secretaría General y encargada de las operaciones de paz, el corazón de la ONU. Helen Clark, antigua primera ministra de nueva Zelanda, dirige el PNUD. La costarricense Christiana Figueres dirigió las negociaciones sobre el cambio climático en el Acuerdo de París, y tiene la nacionalidad española. Vesna Pusic, de Croacia, y Natalia Gherman, de Moldavia, han sido ministras de Exteriores.

Los organismos y las cuestiones de las que se han ocupado estas mujeres forman parte de la agenda de prevención, seguridad y desarrollo sostenible que la ONU debe llevar a la práctica en la próxima década. El Consejo de Seguridad debe elegir a un líder con un historial de resultados positivos y demostrables.

El Consejo debe demostrar que se toma en serio sus propias resoluciones 1325 y 2242. Y además de estas resoluciones, están los tratados y convenios de derechos humanos y derechos de la mujer negociados por los Estados a través de Naciones Unidas. Según un antiguo consejero jurídico de la ONU, Hans Corell, “aunque la ONU no está sujeta oficialmente a estos tratados según la ley de tratados internacionales, sí debe observar las normas establecidas en ellos”.

Uno de esos instrumentos legales es la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW en sus siglas en inglés), ya ratificada por la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad, incluida España. Dejar a las mujeres al final de la lista infringe los principios de esta Convención.

España tiene una larga historia de mujeres fuertes; Isabel I de Castilla fue la primera mujer reina de la Europa del Renacimiento. El gobierno de Rajoy debe tener en cuenta ese legado y escoger a una mujer para dirigir la ONU. Es el puesto más importante para el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo, y, hasta ahora, ocho hombres no han sido capaces de acabar con el azote de la guerra, de modo que ha llegado el momento de darle la oportunidad a una mujer.

Shazia Z. Rafi fue secretaria general de Parlamentarios por la Acción Global ( 1996-2013). @ShaziaZRafi

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

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