Los políticos galos también pueden ser acosadores sexuales

Francia investiga al exvicepresidente de la Asamblea, denunciado por varias mujeres

El diputado verde Denis Baupin, junto a su esposa y ministra de Vivienda, Emmanuelle Cosse.Charles Platiau / REUTERS

El caso del diputado verde Denis Baupin ha removido en Francia el asunto de otro político más conocido: Dominique Strauss-Kahn. Poco tienen ambos en común en el terreno público; mucho se parecen en el personal. Baupin, de 53 años, exdirigente de Europa Ecologista-Los Verdes (EE-LV), tuvo que renunciar este lunes a la vicepresidencia de la Asamblea Nacional tras ser denunciado de acoso sexual por ocho mujeres, compañeras de partido en su mayoría.

Según los relatos de las denunciantes, Baupin les enviaba centenares de mensajes al móvil, les proponía encuentros sexuales o las sometía a toc...

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El caso del diputado verde Denis Baupin ha removido en Francia el asunto de otro político más conocido: Dominique Strauss-Kahn. Poco tienen ambos en común en el terreno público; mucho se parecen en el personal. Baupin, de 53 años, exdirigente de Europa Ecologista-Los Verdes (EE-LV), tuvo que renunciar este lunes a la vicepresidencia de la Asamblea Nacional tras ser denunciado de acoso sexual por ocho mujeres, compañeras de partido en su mayoría.

Según los relatos de las denunciantes, Baupin les enviaba centenares de mensajes al móvil, les proponía encuentros sexuales o las sometía a tocamientos indeseados. Las acosaba en definitiva como, presuntamente, hacía con numerosas mujeres el exdirector del FMI Strauss-Kahn. Los desaforados apetitos sexuales de este eran conocidos e incluso admirados en Francia. Los políticos galos son tradicionalmente tenidos por exitosos mujeriegos. Producían cierta fascinación. Fue la justicia de Estados Unidos la que obligó a cambiar esa mirada tras la denuncia, en 2011, de agresión sexual en Nueva York. Su país le acogió después con una imputación por proxenestismo y una denuncia de agresión sexual. De ambos asuntos ha quedado libre.

La sensibilidad de la opinión francesa es hoy muy distinta. Aunque ninguna denunciante ha recurrido a la justicia contra Denis Baupin, la fiscalía ha abierto una investigación. Para que el caso estallara no ha hecho falta el concurso de otro país. Ha bastado con la denuncia de un puñado de francesas, que ahora piden que otras víctimas más recientes denuncien porque el delito no habrá prescrito. La esposa de Baupin, la ministra de la Vivienda, Emmanuelle Cosse, no ha corrido al rescate como la exmujer de Strauss-Kahn Anne Sinclair. “Son acusaciones muy graves que solo a la justicia corresponde aclarar”, ha declarado Cosse.

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Pero perviven ciertos reflejos. En EE-LV la actitud del jefe de filas parece que fue un secreto a voces, pero nadie tomó medidas y sus víctimas guardaron silencio durante años. Hasta ahora, claro.

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