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red de expertos
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Zika, también una cuestión de género

El conocimiento generado por la investigación debe servir para informar a las mujeres afectadas para que puedan decidir sobre el retraso del embarazo y la posibilidad de interrupción del mismo

Marta Ruiz, fue diagnosticada de zika cuando estaba embarazada.
Marta Ruiz, fue diagnosticada de zika cuando estaba embarazada. OSWALDO RIVAS (REUTERS)
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Estamos ante el primer caso de microcefalia en España en el feto de una embarazada infectada por el virus del Zika. La mujer había viajado recientemente a América Latina donde existe una importante epidemia de zika desde el año pasado.

En las zonas afectadas, las embarazadas tienen el mismo riesgo que el resto de la población de infectarse con el virus del Zika, transmitido por la picadura de un mosquito Aedes infectado. Se estima que una de cada cuatro personas infectadas desarrollará síntomas de la infección.

Por el momento, no existe evidencia de que las mujeres embarazadas tengan mayor susceptibilidad a una forma diferente o más severa de la infección por zika que la población general. Tampoco existe evidencia conclusiva de que el momento del embarazo en el que se produce la infección determine la severidad. Por el momento, tampoco se ha documentado que el virus del Zika se transmita al lactante a través de la leche materna.

Cada vez hay mayor evidencia a favor de la transmisión vertical (madre-hijo) del virus y de la aparición de malformaciones fetales. Así, la infección materna se asocia con un conjunto de efectos en el feto muy amplio que van desde la microcefalia hasta alteraciones visuales, calificado por la OMS como síndrome congénito por virus Zika. Según los diferentes estudios, el riesgo de microcefalia se situaría entre el 1% estimado en la epidemia de zika en la Polinesia Francesa (2013) y el 29% sugerido por algunos estudios de Brasil (2015).

La infección materna se asocia con un conjunto de efectos en el feto muy amplio que van desde la microcefalia hasta alteraciones visuales

Al no existir tratamiento ni vacuna específicos para la infección por zika, lo único que se puede hacer es tratar los síntomas. En los casos de mujeres embarazadas, los servicios de atención médica deben hacer un seguimiento a toda mujer expuesta, en particular a aquellas que presentan síntomas de infección por zika.

Además, se han observado casos de zika por transmisión sexual, por lo que las parejas sexuales de embarazadas residentes en zonas con transmisión local del virus o que hayan viajado a ellas, deben adoptar prácticas sexuales seguras para prevenir la transmisión o suspender las relaciones sexuales durante el embarazo.

I+D

Desde el ámbito de la investigación en salud materna se puede y se debe contribuir a dar respuestas en la crisis actual. Existe una necesidad urgente de movilizar recursos para contestar las preguntas críticas para poder prevenir y tratar la infección por el virus del Zika en las mujeres afectadas y sus hijos. Es prioritario conocer los distintos tipos de defectos congénitos asociados a la infección durante el embarazo, el riesgo de malformaciones, la importancia de la edad gestacional de la madre en el momento de la infección para desarrollar complicaciones fetales, así como los factores de riesgo asociados y el efecto de la coinfección o infecciones previas con otros virus de la misma familia (dengue, chikunguña…). Por otro lado, los mecanismos a través de los cuales el zika causa microcefalia y otras malformaciones congénitas no se conocen bien todavía. Por último, pero no menos importante, se precisan tests diagnósticos fiables para garantizar una correcta identificación de las mujeres infectadas.

El riesgo de microcefalia se situaría entre el 1% estimado en la epidemia de zika en la Polinesia Francesa (2013) y el 29% sugerido por algunos estudios de Brasil (2015)

En cualquier caso, si algo ha quedado claro hasta la fecha es que el zika es también una cuestión de género. El conocimiento generado por la investigación debe servir para informar a las mujeres afectadas —las que están en edad reproductiva y embarazadas— de manera que puedan decidir sobre el retraso o no del embarazo y la posibilidad de interrupción del mismo en aquellos países donde sea viable. Esto es especialmente relevante en Latinoamérica, donde las mujeres sufren una situación muy adversa en lo que se refiere al acceso a salud y derechos sexuales y reproductivos. Se trata de una región marcada por el bajo acceso a la anticoncepción, por legislaciones sobre aborto que se encuentran entre las más restrictivas del mundo y por elevadas tasas de violencia de género. Dar respuesta a esta situación demanda una acción urgente y coordinada.

Raquel González y María Rupérez son investigadoras de la Iniciativa de Salud Materna, Infantil y Reproductiva del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Anna Lucas es la coordinadora de la misma.

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