Aspira a 100
El 'Vogue' británico cumple 100 años y los grandes almacenes de lujo Harvey Nichols lo celebran anunciándose con una modelo centenaria, Bo Gilbert
La lucha por la vida puede ser cargante. Especialmente, cuando el tiempo para el descanso es insuficiente, las vacaciones, lejanas, el ajetreo, incesante, la incertidumbre, ineludible y la crisis, sistémica. En estos momentos de vértigo, son pocas las cosas que consiguen revitalizarme y ni tan sólo consigo recordar cuáles son. De buena mañana, una amiga afrobritánica, inveterada optimista, me envía noticias frescas. El Vogue británico cumple 100 años y los grandes almacenes de lujo Harvey Nichols lo celebran anunciándose con una modelo centenaria, Bo Gilbert. Me dan ganas de felicitarla, pero no por lo que se espera.
Como explican los creativos, su elección es “algo simbólico” y la estrategia, clásica: la modelo como metáfora de la revista. Ciertamente, “los mayores también pueden ser osadamente estilosos” (los mayores a los que les interesa el estilo, claro) y ella está estupenda, pero que “la discriminación por edad sea cosa del siglo pasado” es más un loable deseo que una realidad. La fotografía la firma Phil Poynter, fundador de la rompedora revista Dazed and Confused (Aturdido y Confuso). Sin embargo, en el vídeo publicitario la sra. Gilbert se muestra muy tradicional. Habla pausada, posa gentil, su ambiente doméstico es suave y un retrato de su majestad Isabel II, reina de Reino Unido y 15 Estados más, sonríe afable sobre la chimenea. Sabemos dónde estamos: el hogar-castillo de la clase media británica. Un lugar seguro.
A la sra. Gilbert “le gustan las cosas bonitas”, aunque “no se viste para los chicos”. Bien. Agradezco una imagen alejada de la sexualidad plástica que prolifera en nuestro paisaje visual. Lleva tacones para estar por casa y nunca sale sin maquillaje. Es aquí cuando la felicito. La sra. Gilbert ha sobrevivido dos guerras mundiales. El horror. Y sigue arreglándose, es decir, presentándose según las reglas. Sabe que mantener los estándares de higiene y presentación corporal en los peores momentos de caos y dolor puede ser un acto de resistencia. También ahora nos refugiamos de la batalla diaria en los pequeños cuidados. Me pregunto si yo hago méritos suficientes. Tengo que estar aburridísima o muy bien acompañada para ponerme tacones por casa, y no me maquillo a diario. Soy un caso dudoso en un día turbio. No sé si la sra. Gilbert se toma un gin tonic por las mañanas, como —se dice— hacía la reina madre, que vivió hasta los 101. Yo, por si acaso, me estoy preparando uno. Quizás así llegue a los 100 como una reina. A esto yo le llamo un modelo aspiracional.
