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La gran distopía

Arundhati Roy es una de las voces críticas más escuchadas en India En 'Espectros del capitalismo' denuncia los efectos devastadores del sistema económico

Xavier Zimbardo (Getty)

La trayectoria literaria de Arundhati Roy (Shillong, 1961) es asombrosa por inesperada. La escritora india ha utilizado el inmenso prestigio literario que obtuvo con su novela El dios de las pequeñas cosas, ganadora del Premio Booker en 1997, para convertirse en una de las voces críticas más escuchadas, respetadas y controvertidas en su país. Su beligerante activismo le ha valido premios internacionales, pero también le ha supuesto verse vilipendiada y hasta amenazada de muerte. En India, donde vive, su postura sobre el conflicto en Cachemira provocó que en 2010 fuese tratada como una delincuente. “Día tras día, en los telediarios de mayor audiencia se me llamaba traidora, terrorista de cuello blanco y otros apelativos reservados a las mujeres que se rebelan”, escribe en su último libro, Espectros del capitalismo (Capitán Swing).

Este breve y denso ensayo contra el depredador capitalismo global va de lo particular a lo universal y de lo universal a lo particular para mejor ejemplificar su argumento. De India a Estados Unidos y vuelta. Dinero, poder, corrupción, devastación humana y ecológica… La gran distopía. “Muertos humanos, también la tierra muerta, los ríos, las montañas muertas y las criaturas muertas en bosques muertos”. Sus palabras afectan a todo –el ámbito cultural tanto como el político y empresarial– y a todos. Irónica, Roy señala que su ensayo puede ser leído como un reconocimiento de la visión, sofisticación y determinación de aquellos que han dedicado su vida a hacer que el mundo siga siendo seguro para el sistema capitalista. Especialmente impactantes son las páginas dedicadas a la filantropía corporativa: las grandes fundaciones que están detrás de prestigiosas instituciones educativas, becas, festivales literarios, bienintencionadas ONG… El negocio más visionario de todos los tiempos, lo llama Roy.

Afirmaba Nietzsche que él solo amaba aquello que alguien escribía con su sangre. “Escribe tú con sangre y te darás cuenta de que la sangre es espíritu”. Y a continuación recomendaba el aire ligero y puro, el peligro cercano y el espíritu lleno de una alegre maldad. Le van bien esas palabras a Roy: ella empapa su hermosa y afilada pluma en su sangre, tan vulnerable.

Pasión y datos

Arundhati Roy denuncia con pasión y datos los efectos devastadores del capitalismo global y del imperialismo cultural estadounidense en su país, India, pero también en nuestro planeta y en nuestras vidas. Roy finaliza su alegato con un homenaje al movimiento global de protesta civil Occupy y a su lucha por acabar con un sistema que genera una desigualdad crónica.

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